martes, marzo 12, 2013

¿La reforma que ‘todos’ quieren?


De Zócalo Saltillo
Campos Elíseos
Katia D'Artigues

¿Un Papa mexicano? 
El primero de diciembre, en Palacio Nacional, los 3 grandes magnates de las telecomunicaciones en México —Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego y Carlos Slim— se sentaron juntos, codo a codo, en una de las primeras filas frente a donde hablaba el recién ungido Presidente, Enrique Peña Nieto. Estaban contentos y hasta sonrieron para la foto (los acompañaba, también el segundo de a bordo de Televisa, Bernardo Gómez). 

Aunque no estaba de frente para ver sus reacciones en cuanto Peña anunció que propondría dos nuevas cadenas de televisión abierta y el derecho a internet para todos, la reacción no fue notablemente en contra. 

A la salida, en plática banquetera me topé con Azcárraga quien calmadamente me dijo que no lo sorprendía (hasta insinuó que ya lo sabía) y que en todo caso el pastel de publicidad para televisión era limitado y quizá no tan buen negocio. 

Algo diferente podría ser el negocio de telefonía móvil e internet, comentó.

Ciento un día después, ayer Peña Nieto presentó vía la Cámara de diputados una reforma en telecomunicaciones que cumple eso y más. Lo hace también vía “El Pacto por México” con lo que se entiende que PRI, PAN y PRD en su mayoría están de acuerdo con ello y pasará —se supone— sin tantos problemas. 

Por el momento (vamos a ver cómo se aterriza todo en detalles, donde como siempre está el diablo) la iniciativa ha dejado callado hasta a especialistas críticos en la materia.

No son sólo dos nuevas cadenas y una más para el Estado (que no para el gobierno, o al menos así debemos exigir que sea), sino también órganos independientes que otorgarán y quitarán las concesiones. Que tienen dientes para castigar a los concesionarios que no cumplan con el hecho de que las señales son un bien público y que incluso, por el bien de la competencia, pueden hasta dividir empresas que tengan más del 50 por ciento del mercado. Estos son la Cofeco (Comisión Federal de Competencia) y el nuevo IFETEL (o Instituto Federal de las Telecomunicaciones). 

Ahora usted sospechará, como muchos: suena bien, pero, ¿cómo le harán para que los integrantes de estos organismos no sirvan a intereses que no sean “los de la nación”? Es interesante lo propuesto: tendrán que ser personas que no hayan trabajado por lo menos los últimos 5 años en las empresas reguladas; que tengan un visto bueno académico y una carrera que venga al caso; que después de pasar un examen, por así decirlo, accedan a una lista de la cual el Presidente forme una terna que luego será votada (de 3 queda 1) por la Cámara de Senadores. 

Súmele a eso que la iniciativa propone que los concesionarios —que en un pasado abusaron de los amparos, todos— y paralizaron al sector no lo podrán hacer; además de que también en el mismo sentido viene la ley de amparo que sólo falta que la promulgue el Presidente. 

Además del famoso must carry y must offer que hará que los cableros no puedan no transmitir canales de televisión abierta, por ejemplo y sin costo para el usuario final. O sea usted y yo. 

Tres nuevos canales, al menos. ¡Una gran oportunidad, también, para muchos jóvenes comunicadores, ingenieros, mercadólogos y un largo etcétera que necesitan los medios!

No es que quiera a todo verle algo malo, pero como decía Purificación Carpinteyro: suena muy bueno para ser cierto. Ojalá y sí lo sea. 

Y una duda: si justo esta fue una de las grandes banderas del movimiento #Yosoy132, ¿por qué ayer no vi a nadie del grupo festejando? No entendí. 

Y dudosos siempre hay, como ayer AMLO, en su cuenta de twitter @lopezobrador_: 
—Circo EPN: ¿Quiénes son los nuevos concesionarios; bajarán los precios; darán voz a opositores no paleros? Y su nieve, ¿de qué la quieren? 

Preguntas válidas que hay que seguir de cerca, sin duda. 

Hoy, en el Vaticano inician los trabajos del cónclave para la elección del nuevo Papa. Para cuando usted lea estas líneas, seguramente ya se ofició la Misa Eligendo Sumo Pontífice. Por la tarde, iniciará la reunión en la Capilla Sixtina. 

Y en medio de las apuestas sobre quiénes son los cardenales más papables, que estarían entre Odilio Pedro Scherer, de Brasil y el italiano Angelo Sodano, surge un tercero que podría emparejar la votación e incluso, ser electo. 

Se trata del cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, quien tiene a su favor la edad: acaba de cumplir 64 años. 

El muerto… al mausoleo y el “hijo” a la campaña. Con esa frase podría resumirse la situación que se vive en Venezuela. ¿Cómo están las cosas allá? Se lo digo en la edición on line de esta columna, además de qué ex góber reapareció para defenderse de presuntas anomalías financieras, la obra de teatro para Gordillo, entre otras notas.

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