domingo, junio 22, 2014

Duarte, ¡Listo el segundo madrazo!

COLUMNA. Línea Caliente
TEMA. Duarte, ¡Listo el segundo madrazo!
POR.  Edgar Hernández Premio Nacional de Periodismo
“No confundas nunca la suerte con la                                           
destreza”, Tite Kubo
Previsible que tras el golpe mortal al corazón yunista, los miguelistas, los pepistas y los hectoristas a través de sus operadores, desataran una campaña mediática contra Javier Duarte a quien acusan de ser el artífice, oculto y en abierto, de la irreversible modificación constitucional que permitirá un gobierno de transición de dos años a partir de diciembre de 2016.
Que si fue él quien negoció con Yulen; que si compró a los izquierdosos; que si ya instruyó a Juan Nicolás; que si la bancada legislativa priista ya tiene línea… esas y muchas cosas más se dicen de quien todos pensaban era un iniciado.
Y cuánta razón tienen los caídos porque así es.
Sin prisas, pero sin pausas Javier Duarte está construyendo las reformas al Código Electoral y a la carta suprema veracruzana en fechas ya definidas para que una vez publicado el mandato, se dé un segundo golpe, no a los adversarios, sino a sus enemigos declarados.


Una iniciativa que ya se cocina desde el propio Congreso del Estado, misma que habrá de encabezar el diputado del Movimiento Ciudadano, Francisco Garrido, entrará en breve.
¿De qué se trata?
Pues ni más ni menos que ajustar los periodos de revisión de la cuenta pública anual para que en el 2016 el gobernador saliente no tenga que esperar un año para recibir la sanción aprobatoria o desaprobatoria de la legislatura.
Esto es, el gobernador Javier Duarte rendirá cuentas a su Congreso, a su legislatura pues, y no a la siguiente en donde otro mandatario estará en funciones.
Así que en caso de que el próximo gobernador o la nueva legislatura le quisieran poner las peras a 20, Javier Duarte ya tendrá en las manos la constancia de revisión y aprobación de la cuenta pública y como nadie puede ser juzgado dos veces… pues habrán de quedarse con las ganas los opositores de cobrarle venganza a través de temas tan sensibles como son las finanzas estatales.
Con este uno-dos del régimen que a la vuelta de 27 meses concluye, solo le restará consensuar si el  próximo gobierno –cuya elección cuesta 2 mil millones de pesos, según los Yunes y según Duarte 800 millones de pesos y según el INE 80 millones de pesos- se va por la elección ciudadana o por el “dedazo” legislativo que incluye un Congreso de coalición.
En paralelo, tal como escribe el acreditado periodista Luis Ramírez Baqueiro en su columna “Astrolabio Político”, el mandatario estatal proyecta otra jugada, que le permitirá construir un escenario para que en caso de no verse favorecido con los resultados a pesar de perder la mano de la baraja termine favoreciéndole.
Es decir, al incorporar al debate la figura de la “Revocación del Mandato” propuesta por Movimiento Ciudadano en voz de Cuauhtémoc Pola, la administración Duartista se curará en salud, pues tendría el elemento constitucional para arengar a las demás fuerzas políticas y destituir a quien pretenda cobrar venganzas personales.
Entonces sí, juego perfecto.
“¡Política pura!, estamos hablando de ¡Política pura!”, dice el hombre más cercano al gobernador.
Y sí.
Los golpes efectistas de Palacio de Gobierno han sacudido la estructura política y de opinión de manera por demás impactante.
Y es que la noticia fue tan sorpresiva que los auto amarrados transitaron del abierto rechazo a la homologación electoral que daría lugar a un gobierno de transición de dos años, a la descalificación.
Sí, no. No, sí. El balbuceo. El golpeteo periodístico. La Duda. El “que mejor vaya Pepe por la de dos y yo por la de seis”, de Héctor Yunes Landa. La agria respuesta de Miguel Angel Yunes Linares de que no va por la de dos en sintonía con José Francisco Yunes Zorrilla.
Luego la embestida mediática que todavía ahí está ventilándose en las redes y cierta prensa.
Todo el foco contra Javier Duarte a quien identifican como el autor de todo este entramado que agarró a los ya seguros con los calzones abajo.
Por demás interesante observar que el ejecutivo a través de su vocería ha salido a aclarar que la iniciativa de reforma constitucional parte de la oposición –PAN, Movimiento Ciudadano, PRD- y no del propio gobernador.
La precisión declarativa aunque válida revela un juego de poder bien tramado en donde no se ve la mano operadora pero se siente el efecto de la cirugía. Por ello quienes afirman que Javier está metido hasta el tuétano tienen toda la razón.
¿Acaso per se los actores políticos, los de casa y los aliados opositores, se mueven por la libre? ¿No la política es una lucha por el poder?
Es un infantilismo creer que Duarte desde el arranque aplaudió que se hiciera un traje a la medida a quien va arriba en las encuestas o a quien más ruido opositor hacía ¡Claro que no!
Solo un iniciado se atrevería a concluir que todo se está dando por obra y gracia del espíritu santo y que el gobierno de Javier Duarte de hinojos esperaría que Diosito ayudara que no llegara Miguel o Héctor porque dos que tres ya se ven en Pacho.
Por tanto, es cierto. 
Todo lo que se dice de Javier es cierto. Todo cierto, excepción de una observancia que muchos dejan pasar de largo de manera intencionada. El primer priista veracruzano no alteró de manera arbitraria las reglas de juego no escritas. No sin antes consultarla a Los Pinos.
La de dos años por supuesto que se vio, analizó y determinó bajo la tutela de Enrique Peña Nieto, Miguel Angel Osorio Chong, Luis Videgaray y Aurelio Nuño, al igual que el planeamiento del formato electoral para la sucesión de Javier Duarte.
El argumento de los centavos es sólo una estrategia que se usa de ambos lados para distraer. El fondo real es la encarnizada lucha por el poder. Lo sabe el PRI –no el de Elizabeth, por favor-. Lo sabe Gustavo Madero, quien es un atrevido, pero no come fuego; él sabe cómo se están moviendo las fichas y el interés del aparato de poder federal por Veracruz, un Veracruz sin Miguel Angel Yunes Linares.
De cualquier modo el pastel sigue estando lo suficientemente grande y hay para todos.
A la vuelta de nueve meses conspicuos duartistas pelan gallo de Xalapa. Van por las diputaciones federales y luego al Congreso de la Unión para desde ahí esperar el “destape” que ya desde ahora está etiquetado.
¿Quién es el bueno?..
No caben las obviedades. Todo mundo lo grita. No hay trampas.
La política de la fidelidad y el duartismo es lineal, predecible, acaso tan solo llena de bullicio y ruido mediático.
Todo está enmarcado en tres jugadas: gobernador de 2 años; cuenta pública revisada por una legislatura afín y un “dedazo” estatal con el respaldo presidencial.
En esta lucha de poder solo los más fuertes habrán de sobrevivir.
Pepe seguirá, tal como ha manifestado, fiel a su partido y habrá de esperar, de nuevo, hasta el 2018 para ir por la sexenal; Héctor será objeto de una negociación que cierre su ciclo y Miguel habrá de disciplinarse al mandato de su partido y de los “Hidalgos”, de ello no hay duda.
Hoy todo es cuestión de tiempo.

Tiempo al tiempo.

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