Las madres de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos ya no encuentran consuelo en nadaFoto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 26 de octubre de 2014, p. 11
Domingo 26 de octubre de 2014, p. 11
Ayotzinapa, Gro.
Uriel Alonso Solís no puede dormir, tiene pesadillas, está
angustiado, deprimido. Desde aquella azarosa noche del 26 de septiembre
su vida ha cambiado. Tiene una duda existencial que no le deja vivir en
paz; los recuerdos le atormentan:
Me siento culpable. Ellos eran de primero, nosotros de segundo, se supone que debíamos cuidarlos.
Al cumplirse un mes, el síndrome del superviviente como consecuencia
del estrés postraumático ha empezado a afectar a decenas de estudiantes
de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, que fueron testigos de la muerte y
desaparición forzada de sus compañeros.