De NotiGodinez
¿De qué sirve el trabajo de Carmen Aristegui?
por Juan Godínez
El despido de los periodistas Daniel Lizárraga e Irving Huerta,
integrantes de la Unidad de Investigaciones Especiales de Noticias MVS y
cercanos colaboradores de la conductora estrella de ese noticiero,
Carmen Aristegui Flores, no pasó desapercibido en la prensa
internacional que, contrario a la mayoría de los medios mexicanos, ha
informado a la opinión pública de sus países lo que realmente significa
el cese de ambos comunicadores: censura, represión y hostigamiento
contra una de las pocas periodistas mexicanas que desde los medios
masivos de comunicación, intentan –sin conseguirlo– realizar una labor
informativa honesta e independiente.
¿Por qué “intentan sin
conseguirlo”? Porque en este país es imposible hacer periodismo en toda
la extensión de la palabra, si en su acepción más llana entendemos
“hacer periodismo” simplemente como INFORMAR CON LA VERDAD. La mayoría
de los medios que la ciudadanía “consciente” identifica como
independientes o contestatarios, en realidad también están alineados al
sistema de mentiras y simulación institucional cooptado por los
delincuentes más peligrosos de México y el mundo. Esto se puede
comprobar una y otra vez en las secciones de “política” de La Jornada o Proceso,
por ejemplo, donde nota tras nota reconocen al actual régimen como
“gobierno”, al asesino de Atenco como “presidente” y de ahí para abajo a
los demás farsantes y vividores que se presentan como “autoridades”
siendo sólo esbirros al servicio de una mafia desde los poderes que
están usurpando, solapados por los medios de comunicación que en lugar
de nombrarlos por lo que son, les otorgan legitimidad y con ello
desinforman a sus lectores.
Carmen Aristegui no es la excepción en
tal sentido. Cierto, su trabajo exhibe la naturaleza delincuencial de
quienes detentan un poder que se han robado desde hace décadas. Pese a
ello, la admirada y querida Carmen también se empeña en reconocer a los
sujetos investigados –comprobados criminales– como “gobernantes”,
sometiéndose entonces al propio régimen de corrupción que está
denunciando y llevándose entre las patas a su audiencia
multitudinaria. ¿Qué mensaje envía Carmen a sus radioescuchas y lectores
al nombrar “presidente” a un sujeto que ella misma exhibió por violar
las leyes electorales (Caso Monex, Soriana, etc)?
Con
el poco sentido común que me queda tras años de recibir el bombardeo
manipulador desde los falsos medios de comunicación, incluyendo los
“contestatarios”, pregunto: ¿El “gobierno” debería ser corrupto?
¿Deberíamos ser “gobernados” por asesinos? Nadie en su sano juicio
respondería afirmativamente a esas preguntas. Entonces, ¿por qué necear
en reconocer como “gobierno” al grupo genocida que usurpa el poder? Más
importante aún, ¿por qué seguir colaborando con él y POR QUÉ SEGUIRLO
MANTENIENDO?
Para eso sirve el trabajo de Carmen Aristegui: exhibir a los criminales que detentan el poder en este país.
Por más que ella misma los reconozca como “autoridades”, no son más que
peligrosos delincuentes dispuestos a todo para perpetuarse donde están y
la reciente ofensiva de MVS contra Aristegui vuelve a confirmarlo. El
cuentazo del “mal uso de sus marcas” no lo creería ni la abuela de
Joaquín Vargas y hasta el ombudsman de la empresa calificó las acciones de MVS como “desproporcionadas e inéditas”.
Los
criminales saben que su verdadero rostro está quedando al descubierto,
como resultado del trabajo de Carmen Aristegui. Ahora la están
desmembrando, hostilizando y arrinconando a través del dueño de Grupo
MVS, Joaquín Vargas, quien debería estar protegiendo al “capital humano”
–usando la jerga empresarial del propio sujeto– que le ha hinchado los
bolsillos de dinero, en lugar de prestarse cobardemente a este nuevo
atentado contra Carmen y sus radioescuchas. Es obvio que la consigna
viene desde arriba y Joaquín Vargas, por segunda ocasión, se vuelve tan
criminal como el grupo al que sirve, ya nos enteraremos a cuenta de qué.
¿Y
nosotros? ¿De qué sirve realmente el trabajo de Aristegui al exhibir a
los delincuentes que tienen secuestrado a México si no actuamos en
consecuencia? Las etiquetas #EnDefensadeAristegui y
#EnDefensadeAristegui2 han saturado las redes sociales con mensajes de
solidaridad y apoyo hacia la periodista… ¿y?
Verdadera defensa
sería darle sentido a su trabajo sacudiéndonos a los rufianes que, como
ella lo demuestra, nos están vejando, saqueando y asesinando. Verdadera
defensa sería definir y emprender una estrategia inmediata, no violenta
pero firme y contundente, para derrocar al régimen usurpador que busca
por enésima vez silenciar a quienes, bien o mal, están exhibiendo sus
trapacerías. Verdadera defensa sería honrar el trabajo de Carmen
Aristegui adoptando un compromiso genuino de lucha, más alla de seguir
aplastados frente a las computadoras o celulares “combatiendo a los
peñabots” o “recabando firmas virtuales” y otras estupideces.
La
información y el conocimiento implican RESPONSABILIDAD. Si ya somos
conscientes de lo que está ocurriendo en el país, tenemos la obligación
de evitar DESDE AHORA –no hasta 2018– que se sigan cometiendo más
traiciones a la patria y crímenes de lesa humanidad, de lo contrario
seremos cómplices por omisión y los esfuerzos de Carmen Aristegui no
habrán servido de NADA. ¿”Ayotzinapa somos todos”? Sí, somos
todos CULPABLES por no impedir la imposición del asesino de Atenco en la
presidencia, causa primera de ése y otros crímenes de Estado usurpado, incluyendo el vandalismo a la Constitución denominado “reformas”.
“La desobediencia civil es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo”.
Esto lo dijo Andrés Manuel López Obrador el 31 de agosto de 2012, luego
de haber sido despojado de la presidencia por segunda vez. ¿Sí se
acuerdan, sus millones de seguidores, o necesitan que les refresque la memoria?
Foto: Revolución 3.0
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