De Hugo Sadh
Estos
últimos días estamos oyendo hablar mucho de la crisis griega. Alguna
gente cree que la crisis griega puede tener graves consecuencias para la
economía de la Unión Europea.
Pero quizás las cosas sean diferentes de
como parecen y realmente no importe si Grecia va a pagar a los
acreedores, si quebrará definitivamente como país o si se unirá a Rusia y
a los BRICS.
Porque en el fondo, todo este asunto no es más que un gran teatro, dirigido por los financieros y globalistas internacionales.
Es muy importante recordar los
fundamentos, sin distraernos en elementos decorativos. La clave es que
Grecia incumple sus deudas. Y que no hay manera de evitarlo. Entonces,
poco importa que alcance un pacto para alargar sus pagos o no: a medida
que pase el tiempo, la capacidad del país para sacrificarse y tratar de
pagar sus deudas, que aumentan exponencialmente, le llevará
inevitablemente a la quiebra.
Sabiendo pues, como va a terminar el
asunto de forma inevitable, ¿Por qué son tantos economistas se muestran
tan preocupados por un pequeño país como Grecia?
Todo es debido a una gran mentira:
una narrativa deshonesta creada por el establishment, que afirma que si
Grecia cae, o sale de la UE, esto podría desencadenar un efecto dominó
en otras naciones.
La mentira incrustada en esta narrativa es que “Grecia causará un contagio cuando incumpla con sus pagos”. Y la verdad es que no puede haber contagio.
Múltiples países de la UE han
desarrollado sus propios problemas con la deuda, con independencia de lo
que haya hecho Grecia en el último par de décadas. Cada uno de estos
países, Italia, España, Portugal, etc. tiene sus propios problemas
independientes.
En realidad, la Unión Europea está en
problemas, no a causa de Grecia, sino debido a la interdependencia
supranacional forzosa. La UE tiene problemas porque tiene un sistema de
moneda única supranacional centralizado.
También cabe señalar que las
instituciones globalistas, como el Fondo Monetario Internacional, están
muy motivadas para iniciar un desastre en la UE, a pesar de que mucha
gente crea que la UE es una especie de modelo representativo de la
globalización.
Lo cierto es que no lo es.
Si este fuera el caso, entonces el FMI no
estaría estrangulando a Grecia con la deuda, mientras ayuda a Ucrania, a
pesar de la flagrante incapacidad que tiene Ucrania para pagar esa
deuda.
Puede parecer extraño, pero los poderes globalistas están buscando una ruptura parcial de la Unión Europea.
¿Por qué? ¿Qué iban a ganar con ello?
La respuesta es obvia; ganan una crisis, crean un caos y adquieren la oportunidad de presentar una falsa dialéctica.
Europa no es en absoluto representativa
de lo que los globalistas quieren realmente en términos de estructura
económica y política. Es más bien, una especie de facsímil; un boceto.
Cuando Europa golpee el fondo del abismo
financiero y el público desconcertado comience a preguntarse qué diablos
ha pasado, las élites globalistas aparecerán con una explicación
inmediata. Ellos afirmarán que el problema no fue la interdependencia
entre los estados de la UE. Todo lo contrario. Lo que nos dirán es que
el problema de la Unión Europea es que no estaba suficientemente
CENTRALIZADA.
La idea que tratarán de vendernos es que
para que una economía supranacional y una moneda funcionen, también
debemos tener un gobierno supranacional centralizado.
En otras palabras, nos dirán que en la Unión Europea el sistema falló porque se necesitaba establecer un GOBIERNO GLOBAL.
Los socialistas fabianos argumentarán
que fue la institución bárbara y anticuada de la soberanía nacional la
que causó la crisis. Nos dirán que estamos en una aldea global y que
debemos aceptar la idea de que todos triunfamos o fracasamos juntos. Nos
venderán la idea de que los mercados libres y la innovación individual
aparentemente no tienen nada que ver con una estructura económica
próspera. Nos dirán que lo que realmente necesitamos es formar una mente
colectiva que nos convierta a todos en piezas fácilmente reemplazables
de una gran máquina dedicada “al bien global”.
La caída de la Unión Europea es un medio para alcanzar ese fin.
No hay prácticamente ninguna nación o
institución que los globalistas no estén dispuestos a sacrificar, si ese
sacrificio se puede aprovechar para impulsar su objetivo de dominación
política y económica mundial total.
Ellos no sólo quieren un sistema
completamente centralizado; quieren que todos nosotros les supliquemos
que lo apliquen. Quieren que las masas crean que fue idea suya. Esta es
la forma más efectiva de esclavitud: cuando se manipula a los esclavos
para que exijan su propia esclavitud.
Quieren engañar a los esclavos para que crean que su esclavitud es un motivo de orgullo.
La caída de los EEUU no será diferente en el fondo, aunque el colapso será ligeramente diferente en las formas.
Los estadounidenses están destinados a desempeñar el papel de imperialistas mimados que finalmente reciben lo que merecen.
EEUU es la nueva Roma del pan y circo. Y
cuando los EEUU se vengan abajo como Europa, los globalistas estarán
allí de nuevo para amonestar la codicia inherente a la soberanía
nacional y esas aspiraciones destructivas de poder, que debe ser
aplastadas para crear un sistema político global más imparcial.
Nadie parece darse cuenta de ello, pero
los EEUU están jugando el papel de chicos malos en este teatro mundial
dirigido por las élites. Los estadounidenses son los villanos, el resto
del mundo hace el papel de víctima inocente, y los poderes globalistas
como el FMI o el BIS (Banco de Pagos Internacionales) están destinados a
desempeñar el papel de héroes, viniendo al rescate de la humanidad
cuando todo parezca perdido.
La deuda de EEUU, supera con mucho la totalidad de deuda de las naciones de la UE combinadas.
A diferencia de países como Grecia, sin
embargo, los EEUU tienen la opción directa de imprimir moneda fiat a
voluntad con el fin de prolongar la agonía.
Sin embargo, como hemos visto con las
recientes reacciones de los mercados financieros ante la posibilidad de
que la Reserva Federal aumente las tasas de interés en septiembre, tal
evento provocaría una salida de dinero de los mercados de valores y
podría provocar graves disturbios financieros. Y la pregunta que debemos
hacernos es: ¿por qué los banksters quieren hacer algo así? ¿Por qué no
mantienen las tasas de interés a cero de forma constante?
Nadie les presiona para dejar de hacerlo.
Entonces, ¿Por qué la Reserva Federal ignora los cientos de señales que
muestran que los EEUU entrará en una recesión y siguen adelante con la
idea de alzar las tasas de interés a pesar de que mantenerlas a cero es
el mejor interés para los EEUU y para la propia Reserva Federal?
La Reserva Federal sabe que lo único que
apuntala los mercados norteamericanos es el dinero gratis y la fe ciega
del público en que que los bancos y el gobierno actuarán para detener
cualquier problema económico si se presenta un potencial de crisis.
Cuando el dinero barato desaparezca y con él desaparezca esa fe en las instituciones, entonces se producirá el desastre en EEUU.
Los globalistas que controlan la Reserva Federal lo saben muy bien y quieren provocar una versión controlada de esta caída.
Las élites NECESITAN la caída del actual
sistema de Estados Unidos, precisamente porque provocará la necesidad de
un “gran reajuste económico”. Este gran reajuste es la siguiente etapa
en el plan para la centralización económica mundial total.
Así pues, no hay problema de contagio con
Grecia. Es todo una excusa, una distracción diseñada para desviarnos
del verdadero problema. Se trata de un esfuerzo concertado por los
globalistas durante las últimas décadas para llevar a las culturas
occidentales a una situación de vulnerabilidad.
Cuando las personas están débiles y
asustadas, se vuelven maleables y se muestran dispuestas a acatar
“soluciones” que las saquen de su estado.
Los cambios sociales que ahora creemos imposibles, pueden convertirse en posibles en medio de una gran crisis.
Es posible que ahora estemos asistiendo al inicio de la próxima gran crisis.
No debemos olvidar que la crisis es en sí misma, también es una distracción.
Cualquiera que sea el dolor que sintamos
en el futuro, no olvidemos quienes han sido los causantes del problema:
esa élite globalista formada por la banca internacional y sus
contrapartes políticas globalistas.
Suceda lo que suceda, no debemos aceptar
un sistema centralizado a escala mundial. No importa lo razonable o
racional que pueda parecer enmedio del terror de la incertidumbre fiscal
o de la incertidumbre de un posible conflicto bélico.
No nos dejemos engañar, porque si
permitimos que este poder centralizado global se establezca, ya no habrá
marcha atrás y esas élites globalistas habrán cumplido con el viejo
sueño de todos los emperadores, conquistadores, dictadores y criminales
de la historia: gobernar el mundo por completo.
Es cierto que todos debemos unirnos ignorando nuestras diferencias, nuestras razas y nuestras procedencias.
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