jueves, junio 18, 2015

Revelan que entre los 43 normalistas desaparecidos había un soldado de Sedena infiltrado

De Noti Godinez



México, 18 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- El caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace casi 9 meses en Iguala, Guerrero, da otro giro espeluznante que confirma la infiltración de las fuerzas del régimen usurpador en el movimiento normalista, y por tanto su responsabilidad directa en ese crimen de Estado.


De acuerdo con la agencia Proceso, uno de los 43 jóvenes víctimas de desaparición forzada el 27 de septiembre de 2014 por parte del Estado usurpado, es efectivo del Ejército Mexicano y está dado de alta en activo en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), aunque su identidad no ha sido revelada para “protegerlo”.
La información fue confirmada por la propia Sedena, luego de que Proceso solicitara información a la dependencia.
“Proporcionar la información representa un riesgo real para la seguridad de la familia del militar desaparecido, ya que podrían ser identificados con facilidad, dando como resultado posibles atentados en su contra”, contestó Sedena a Proceso.
Según el citado medio, en abril pasado se realizó una solicitud de información a la Sedena con folio 77315, en la que se inquirió si entre los normalistas desaparecidos había militares en activo. La solicitud se realizó a raiz de una línea de investigación sobre la infiltración del “gobierno” en la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, considerada por el régimen como un “semillero de guerrilleros”.
En respuesta, Sedena confirmó que en efecto había un soldado entre los 43 normalistas secuestrados por policías municipales en presencia de federales y militares, la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre pasado.
“Se hace de su conocimiento que se localizó a una persona que corresponde al nombre de uno de los 42 estudiantes desaparecidos de la escuela rural Isidro Burgos que refiere en su solicitud; sin embargo, el nombre se encuentra clasificado como confidencial por tratarse de datos personales”, señala Proceso citando el oficio 2433, firmado por el subjefe administrativo y logística del Estado Mayor de la Sedena, General David Córdova Campos.
Según Sedena, el nombre del militar es confidencial porque revelarlo “potenciaría considerablemente una amenaza en agravio de la vida, seguridad y salud de su familia”, pues la información “podría ser utilizada por grupos desafectos a las fuerzas armadas, incluyendo la delincuencia organizada, poniendo en peligro la vida, la seguridad y salud de la familia del militar desaparecido”.
El hecho, que ni siquiera fue mencionado por el régimen en su versión oficial, abriría una nueva línea de investigación y confirmaría la colusión de las fuerzas federales con los delincuentes que supuestamente masacraron a los normalistas desaparecidos. Es decir, los militares no solamente presenciaron el momento del ataque y posterior secuestro de los normalistas, sino que disponían de información de primera mano sobre todas las actividades de los estudiantes a través de su infiltrado.
Con información de Proceso

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