martes, junio 30, 2015

Se apuntala la participación de ejército en la desaparición forzada de los 43 estudiantes: Tlachinollan

Por: Redacción Revolución / 29 junio, 2015
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Ilustración: Pe Aguilar

(29 de junio, 2015)-  Declaraciones del abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, VIdulfo Rosales Sierra, se apuntala la participación de ejército en la desaparición forzada de los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela rural de Ayotzinapa, de acuerdo a “varios” testimonios.
 En consulta telefónica para El Sur, periódico de Guerrero, Tlachinollan afirmó que hay datos que indican que desde la primera agresión a balazos, cerca de las 9 de la noche, los soldados estuvieron en las calles de la ciudad, no sólo en el hospital Cristina, donde hostigaron a un grupo normalistas que buscaron refugio en ese lugar, por la madrugada.
 
 Dentro del marco de la clausura de la jornada global por Ayotzinapa frente al Palacio de Bellas Artes, El estudiante de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos, Carlos Martínez insistió: “no vamos a aceptar lo que dice la PGR que pasó los días 26 y 27 de septiembre del año pasado en Iguala, Guerrero. Nuestros compañeros fueron víctimas de la policía y los militares, y exigió castigo a los autores materiales e intelectuales de la desaparición de los 43 normalistas.”
 “No es la clase política ni los partidos políticos los que van a venimos a resolver el problema. Al contrario, gracias a la clase política tenemos más de 23 mil desaparecidos en el país” Es necesario que para avanzar en la lucha nos rencontremos todos, organizaciones sociales, civiles, campesinos, sindicatos. Ante los gritos de apoyo de no están solos, no están solos
 Cada vez van sumando las pruebas que evidencian a un Estado represor y mentiroso, sólo hay que recordar las declaraciones de Jesús Murillo Karam, cuando se negó a abrir una línea de investigación hacia el Ejército, argumentando que los soldados no intervinieron, que los únicos responsables de los agresión fueron policías municipales y sicarios del grupo de narcotraficantes Guerreros Unidos, cuyos mandos eran el alcalde de iguala y su esposa, José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda Villa.
Las mentiras tratan de ser ridículamente tapadas, pero el caso aún necesita pasar por un proceso jurídico, en donde esperemos no se sigan maquillando las cosas, y que la Comisión Internacional de los Derechos Humanos no quite el dedo del renglón, ya que la sociedad civil en México sigue pendiente demostrándolo en actos de apoyo como el de ayer frente a Bellas Artes.
(con información de El Sur ; La Jornada)

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