Foto: Facebook Tierra de Cártel
Si en un futuro alguien quiere revisar la historia de las autodefensas en Michoacán -al parecer hoy pulverizadas-, será obligado que se siente a ver el documental “Tierra de Cárteles“, de Matthew Heineman.
El filme es un material periodístico, y a la vez histórico, sobre el levantamiento armado, encabezado por el doctor José Manuel Mireles, hoy preso en Sonora.
Aunque también expone la historia, un poco suelta, de Tim Foley
-quien se armó en Arizona para detener y entregar a la justicia a los
inmigrantes-, ésta pasa a segundo término, o sirve como un descanso para
el público, quien se mantiene tenso con todo lo que ocurre en tierras
michoacanas.
El canto de un gallo, Mireles a punto de dormir, o despertando, y
cortejando a una jovencita menor de edad, son algunas de las escenas que
rompen la tensión en la sala.
El documental deja al espectador absorto con escenas grabadas en un narcolaboratorio, con las que inicia y cierra; o la petición del noctámbulo Mireles, para que maten y entierren a alguien, porque no confía en la justicia.
Y produce diferentes sensaciones a la hora de presentar imágenes de
un enfrentamiento verbal entre militares y pobladores de Apo,
Michoacán.
Así va recorriendo el collage de la encrucijada mexicana: ¿qué hacer
si vienen por ti?, como pregunta el doctor Mireles. Confiar en la
justicia o hacer justicia uno mismo.
Las líneas entre el mal y el bien, como Matthew Heineman lo apuntó en entrevista con Carmen Aristegui,
se difuminan. Pero a la postre queda claro que el gobierno no es “el
bueno”: primero no actuó y fue omiso, después dividió y traicionó a las
autodefensas con las que antes se alió. Y en la escena final, se muestra
cómo se funde con los narcotraficantes, que dice combatir.
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