sábado, septiembre 26, 2015

Hace un año en Iguala: “Íbamos alegres, echando relajo, jugando con los choferes”

De Sin EmbargoMx

Hace 12 meses 43 jóvenes con un futuro como educadores todavía estaban vivos. Hoy no se sabe dónde están.

 

 

Ciudad de México, 26 de septiembre (SinEmbargo).– De acuerdo con la descripción de los hechos ocurridos en Iguala hace un año y contenida en el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), unos 100 estudiantes salieron de la Normal Rural de Ayotzinapa, Raúl Isidro Burgos, alrededor de las 17:30 horas de ese viernes con el fin de hacer actividades de boteo y “toma” de camiones para llegar, junto con otros normalistas del país, a la marcha del 2 de Octubre en la ciudad de México.
De acuerdo con la información, tomaron dos camiones que ya tenían en la escuela, los Estrella de Oro 1531 y 1568, que fue de los que terminaron desapareciendo 43 de ellos.
“Ya estaba planeada la actividad, Bernardo era el encargado. Yo, A y F fuimos de voluntarios, le dijimos te acompañamos, te echamos la mano. No hay gente, dice, hay puro de primero y me agüita porque no saben los compas. Los de segundo ya sabemos. A la vez yo también tenía ganas de ir, pero me ponía a pensar, sentía que algo iba a pasar. Se me venía de que iba a haber seguramente una represión antimotines, eso me imaginé, fue donde me dieron ganas de decir no, pero dije sí, voy porque iba mi cuate paisano, el Kínder, el más chaparrito, por eso me les pego y voy con ellos. En el transcurso del camino nunca pensábamos que eso fuera a pasar, todos íbamos alegres, echando desmadre, relajo, alegres con los choferes, jugando, cruzando de un chofer a otro”, dice uno de los estudiantes, identificado sólo como  “G” y citado en el reporte de los expertos extranjeros.
Por el tránsito, agrega el documento, tardaron más de lo normal y, entre 19:30 y 20 horas, llegaron a la caseta de Iguala. Fue ahí, dice el informe, donde uno de los choferes vio una patrulla de las fuerzas estatales y los normalistas vieron que pasó una patrulla de la Policía Federales a la que después se sumaron otras.
Fue ahí también donde, “de acuerdo con las declaraciones obrantes en el expediente”, los vio también un agente de Inteligencia militar.
“Dicha información ha sido contrastada con la declaración del teniente JG, al parecer su responsable directo, quien afirma que a las 19:30 horas aproximadamente se encontraban dos autobuses con normalistas de Ayotzinapa en las inmediaciones de Iguala, uno en Rancho del Cura y otro en la caseta de cobros Iguala/Tixtla, refiriendo que informó de dichos hechos al comandante jefe del Batallón 27, así como a la Zona Militar 35. También el teniente coronel C, segundo mando del Batallón 27, señala que a esa hora tenía información de que los estudiantes se encontraban boteando. El agente de inteligencia refirió que fue solo, en moto y vestido de civil. Esta información coincide con la versión dada por los normalistas sobre la existencia de una moto conducida por una persona de civil que pasó varias veces por donde ellos se encontraban, confirmando que se trataba de acciones de vigilancia”, dice el documento.
Luego, alrededor de las 20:15, a su paso por un rancho llamado Del Cura, los estudiantes toman un tercer camión, un Costa Line 2513, que se dirigía con pasajeros a Iguala.
“Los normalistas entrevistados refirieron que el conductor les dijo que tenía que dejar el pasaje en la Central de Autobuses de Iguala, tras lo cual podrían completar su acción. Se subieron en ese autobús entre cinco y seis normalistas, con el objetivo de llegar a Iguala y, una vez que los pasajeros bajaran del autobús, llevarlo a Ayotzinapa. Dicha versión es confirmada por el chofer, quien afirmó que un grupo de encapuchados detuvo el autobús y el acuerdo que hicieron de que el vehículo regresaría al mismo lugar posteriormente”, agrega.
Alrededor de las 20:30, el Costa Line llega a la Central de Iguala, y es ahí donde, una vez que se bajan los pasajeros, el chofer encierra a los estudiantes mientras va a hablar con miembros del servicio de la Central. Los estudiantes que están en los otros autobuses, al ver que los que están en la Central no regresan, deciden ir por ellos a Iguala.
“Los autobuses Estrella de Oro 1531 y 1568 llegaron a la Central a las 21:16 horas y se quedaron a ambos lados de la entrada. Mientras, personal de seguridad avisó a la policía de la presencia de un grupo numeroso de estudiantes de Ayotzinapa. Los normalistas iban en busca de sus compañeros encerrados en el Costa Line 2513, pero el autobús se encontraba ya abierto cuando llegaron. Cuenta G que “entonces vemos que llegan nuestros compañeros, nos bajamos, ya no estábamos encerrados, fue cuando el chofer se sienta en una silla afuera”, dice el informe.
PROMO-AYOTZI
Es ahí que deciden tomar tres camiones (dos Costa Line, diferentes al que tomaron en la carretera, y un Estrella Roja) para llevárselos a Ayotzinapa: “En ese momento, los normalistas tomaron la decisión de llevarse más autobuses, lo que no estaba previamente acordado. Las imágenes obtenidas por el GIEI de las cámaras de la Central muestran a un grupo numeroso de jóvenes que se baja de los dos autobuses y deambula por la zona de andenes. Algunas personas observan la escena sin mayor sobresalto. Los videos de las cámaras de la Central, obtenidos a petición del GIEI y que no habían sido investigados hasta entonces, muestran cómo los jóvenes se mueven en grupos y se llevan tres autobuses”, dice el documento.
A las 21:23, salió de la Central uno de los autobuses Costa Line y a las 21:26 salió el segundo, los dos por la puerta de la terminal, uniéndose al Estrella de Oro 1568 que se encontraba fuera, ya que el Estrella de Oro 1531 ya se había adelantando para salir de Iguala.
Los cinco camiones se dividieron en tres recorridos: el 1531 salió hacia el Periférico Sur, hacia donde salió también, pero por la parte de atrás de la Central de autobuses, por la calle Altamirano, salió el autobús Estrella Roja. Los otros tres –dos Costa Line y el Estrella de Oro 1568–, tomaron la calle Galeana, pasando por la plaza del Zócalo, donde la calle, en dirección a Periférico Norte, se transforma en la calle Juan N. Álvarez.
Fue entonces, en cuanto salieron los camiones de la Central, que empezaron los ataques. “Las imágenes de las cámaras muestran que a las 21:17 horas, nada más salir los autobuses, algunos policías llegaron con el arma en la mano, a pie y reportando por radio en la misma calle Galeana, en la puerta de salida de los autobuses”, dice el informe.
“Según el testimonio del chofer del autobús Estrella de Oro 1568, CH2, que iba al final de la caravana de tres autobuses, observó varias patrullas que iban disparando. Tras un primer episodio en que algunos normalistas se bajaron de los autobuses para destrabar el camino y de un forcejeo con la policía, siguieron su camino pero se dieron cuenta de que ya no iba delante el autobús 1531. Al autobús Estrella de Oro 1531 se subieron, según su conductor, unos 15-20 normalistas”, agrega.
promoreuniónpeña
Al pasar por el Zócalo, testigos observaron pasar la caravana de autobuses Estrella de Oro 1568 y dos Costa Line seguida por entre cuatro y cinco patrullas de la policía municipal de Cocula. Ahí, algunos estudiantes bajaron de los autobuses.
“Nosotros que íbamos en el segundo autobús decidimos bajar para poder ver en qué apoyarnos, en eso al ver que la situación del chavo, yo forcejeo el arma con un policía de ellos, llegándole por la parte de atrás, abrazándole, agarrando lo que es la culata y lo que es el cañón, en lo cual nosotros, el policía me decía: suéltame o te voy a matar, le digo: no, no te voy a soltar, lo que le hice era bajar lo que era el arma, apuntar hacia abajo, en lo cual en el forcejeo, el policía empezó a accionar el arma, dimos vueltas y lo que fue en ese transcurso, los autobuses empezaron a avanzar”, relató un  normalista identificado como TC en el informe.
“Llegamos con las luces de la torreta encendidas, sin la sirena activada, observando un autobús a una distancia aproximada de unos veinte metros, el cual estaba parado sobre la calle (…) el supervisor Tenescalco, armado con la arma larga dirigiéndose hasta donde yo estaba y antes de que él llegara hasta mí, dos individuos me sujetaron por el cuello por atrás de mi espalda y en ese momento forcejeé tratando de quitármelos, y en ese momento el supervisor Tenescalco realizó unos disparos, al parecer con su arma corta, sin poder precisar cuántos y en ese acto corte cartucho con mi arma larga y realicé dos disparos al aire por lo que en ese momento los sujetos me soltaron (…)”, declaración de Raúl Cisneros.
Al lugar llegaron otros policías. Posteriormente, el normalista salió corriendo mientras el policía realizaba un disparo, hiriendo levemente al estudiante que, junto con el resto, trataba de escapar.
“Yo incluso hasta le pregunté al señor, al chofer, llévale la puerta abierta y acelera. Los chavos gritaban ¡acelera! Le pregunté a un señor, oiga, ¿cómo le hacemos para salir a Chilpo? Dijo agarre unos 100, 200 metros van a ver el Periférico Norte, está el Bodega Aurrera, a mano derecha, todo derecho es Chilpancingo. ‘ah, órale gracias’, nosotros seguimos avanzando, íbamos despacio porque había autos estacionados, estaba angosto, las ramas golpeaban el autobús”, cuenta otro estudiante citado también en el documento.
Los autobuses fueron perseguidos por la policía todo el trayecto sobre la calle Juan N. Álvarez. Luego de los primeros disparos, que según testigos se realizaban al aire, los agentes comenzaron a disparar directamente contra los camiones, alcanzando una llanta del último camión, el Estrella de Oro 1568, que apenas podía seguir. Los normalistas, mientras, se protegieron tirándose en el suelo en los diferentes autobuses.
“En la parte de atrás había como unas siete patrullas. Cuando pasa todo esto, ya en el Zócalo había más patrullas. Ahí nos están disparando a matarnos. Algunos chavos están sentados en los asientos y otros tirados en el pasillo para protegerse de los disparos. Se para el autobús porque ya no podía pasar. Se paran los 3 autobuses, siguen disparando, le disparan y pincharon todas las llantas, empezaron a disparar a matarnos”, relata otro testimonio.
Los camiones siguieron su camino, pasando frente al Hospital Cristina mientras los seguían varias patrullas con las luces encendidas. Luego se oyó una balacera a unas cuadras del sanatorio.
Todo, insiste el reporte, bajo el conocimiento de autoridades de los tres niveles de Gobierno. “A través del C-4 la Policía Estatal, Federal y el Ejército tuvieron conocimiento de los hechos. El coronel Rodríguez señala en su declaración ante la PGR que el (agente de Inteligencia) OBI enviado a la plaza donde se había desarrollado la presentación del informe del DIF les transmitió información directa, así como a través del C-4, del ‘traslado de estudiantes a la Central de Iguala, el destrozo de un autobús y se apoderan de dos autobuses’. El C-4 informó que había tres patrullas delante y tres detrás de los autobuses de normalistas y el OBI informó al comandante del Batallón 27 de los hechos y de los disparos”, dice el texto.
En este punto, los tres autobuses fueron tiroteados, especialmente en el caso del último autobús, Estrella de Oro 1568, que resultó con treinta disparos que impactaron el interior.
Ahí también resultó herido en la cabeza uno de los normalistas que trataba de mover una patrulla, motivando que de los camiones bajaran otra vez varios estudiantes, para tratar de ayudarlo.
“Cuando los autobuses ya se encontraban totalmente detenidos y se produjo la balacera contra los jóvenes, unos 15 normalistas que se habían bajado de los primeros dos autobuses se protegieron entre el primer y segundo autobús, mientras los agentes de policía disparaban contra ellos desde atrás. El joven apodado Chilango se encontraba entre esos dos autobuses junto a los demás y, según testigos, fue uno de los que grabó en video con un celular todo lo que iba sucediendo. En medio del terror, él y el resto de sus compañeros estaban muy afectados por lo que estaba sucediendo”, dice el informe.
PROMO_TIXTLAAhí también llegan más agentes policiacos cuya corporación no distinguen. Mientras, los estudiantes del 1568, al final de la caravana,  fueron obligados a bajar con las manos en alto y, por orden de elementos de la policía, se colocaron tumbados entra el suelo en fila, uno al lado del otro, mientras les apuntaban con armas.
“Mientras eran bajados, el normalista que se encontraba herido de gravedad en el brazo fue tumbado en el suelo con el resto de sus compañeros. Posteriormente, cuando llegó la ambulancia, fue llevado al hospital mientras los demás seguían tendidos en el piso, antes de ser subidos en unas seis o siete patrullas de la policía municipal de Iguala que se encontraban atrás de los tres autobuses”, dice el informe.
“El herido llevado al hospital es el único sobreviviente conocido del autobús Estrella de Oro 1568”, agrega.
Mientras esto ocurría entre Juan N. Álvarez y Periférico norte, el autobús Estrella de Oro 1531 se había adelantado a la comitiva y había salido por otro camino hacia el sur, en dirección a Chilpancingo.
“La única indicación que el chofer señala que le dieron los normalistas fue que saliera lo más rápido posible para llegar a Ayotzinapa. Sin embargo, el conductor refiere que el autobús fue interceptado por al menos dos patrullas de policía que lo persiguieron por la salida de Iguala hacia Chilpancingo, disparando sus armas de fuego, por lo que quedó bloqueado en la misma carretera justo debajo del puente de Chipote que cruza por encima, frente al Palacio de Justicia de Iguala”, dice el informe.
“Todos los normalistas que iban en ese autobús fueron detenidos y están desaparecidos, por lo que no hay testimonios directos de lo sucedido, más que lo declarado por el chofer del autobús y los agentes de la policía y un miembro del Ejército que llegaron a la escena. Según el chófer, CH1, los policías detuvieron el autobús y lo amenazaron de muerte”, agrega.

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