viernes, octubre 09, 2015

“Pura retórica, nada se hizo y nada se hará”, artículo de Jacobo Dayán

por Jacobo Dayán


 (Foto: Cuartoscuro/Presidencia)

De un solo trago quiso el gobierno mexicano pasarse las críticas a su gestión en materia de Derechos Humanos.
Todo junto para pasar la crisis rápido, desde la sesión del consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el 14 de septiembre, hasta el 7 de octubre, en que finalizó la visita del Alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Entre estas fechas se presentó el informe del Grupo de trabajo de la ONU sobre desapariciones forzadas e involuntarias, se cumplió un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se conmemoró un aniversario más del 2 de octubre y se tuvo la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
 
Todo indica que el gobierno prefirió hacer las invitaciones al Alto y a la CIDH en estas fechas para juntar todo, que se aglutinen las críticas, responder como lo han venido haciendo, aguantar algunas columnas de opinión, parecer abiertos en el exterior aunque se agiten las aguas en el interior y pasar la hoja sin grandes cambios.
Los señalamientos, así como el diagnóstico, fueron muy similares. El Alto señaló que las autoridades han sido intolerantes ante la crítica y recordó de manera muy diplomática “en lugar de matar al mensajero, enfoquémonos en el mensaje…Todos estamos de su lado. Todos queremos ayudar a México”, su advertencia a la clase política fue clara: “ignorar lo que sucede en México no debe ser opción para los políticos”. Muchas gracias por su visita pero ya váyase, parece haber sido la respuesta oficial. Después de comprometerse (solo de dientes para afuera) a colaborar con el sistema internacional de protección de los derechos humanos, Peña Nieto afirmó que lo mismo ocurre en todo el mundo, ¿de qué mundo hablará? Nuestra crisis se compara o se ve rebasada en cifras solo con Siria, Somalia, República Centroafricana, Sudán y otros países con conflictos serios.
De qué colaboración hablará Peña Nieto si en los últimos meses su gobierno ya desestimó los informes de la CIDH, del Comité contra la desaparición forzada, del Relator sobre tortura, del Relator sobre ejecuciones extrajudiciales, de distintas organizaciones no gubernamentales, de la prensa y de expertos nacionales, entre otros.
Pero en el exterior hay que dar otra cara. Las palabras del subsecretario Roberto Campa en la sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas retratan otro país, resaltó que el Estado mexicano reconoce en el sistema internacional de Derechos Humanos una herramienta de gran utilidad para avanzar en la promoción y protección y que es con la colaboración con organismos internacionales, otros países y la sociedad civil que se podrán generar estrategias innovadoras y adecuadas.
Para tranquilidad de este gobierno, puede decir que tampoco es el primero que incumple, que dice que hará y no hace nada. La CIDH realizó en 1998 un informe sobre la situación de los Derechos Humanos en México. Para sorpresa, más bien no tanta, en  casi dos décadas los problemas continúan, hoy mucho más graves. Algunos puntos en este informe:
682. La aparición de nuevos grupos armados disidentes de distinto tipo, ha provocado no solo el recrudecimiento de prácticas de control por las fuerzas de seguridad, sino además el sometimiento indiscriminado de organizaciones y dirigentes sociales. Actualmente la militarización se extiende a varios Estados, justificándose con argumentos de combate al tráfico de drogas y la delincuencia. Sin embargo, esa presencia ha traído consigo el aumento de denuncias de violaciones a los derechos de la población civil, inclusive su derecho a la vida.
686. A pesar de los esfuerzos y en particular de diversas iniciativas del Estado para depurar las fuerzas de seguridad, siguen existiendo denuncias de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, ocurridas bajo los rubros de lucha contra la guerrilla, el narcotráfico o la delincuencia común.
687. La inexistencia dentro de la legislación nacional de un tipo penal que describa dentro de su presupuesto de hecho la desaparición forzada, contribuye a la incapacidad estatal de prevenir y sancionar esa práctica.
688. La tortura y los tratamientos crueles, siguen siendo utilizados por algunos sectores de las fuerzas de seguridad…
730. Que fortalezca la autonomía e independencia del Ministerio Público.
759. Que adopte las medidas necesarias para sancionar a los responsables de delitos cometidos contra personas que ejercen el derecho a la libertad de expresión, incluyendo la investigación rápida, efectiva e imparcial de las denuncias relacionadas con el hostigamiento a periodistas, defensores de derechos humanos, y miembros de organizaciones sociales.
Si en realidad pretenden ser un gobierno responsable y a la altura de la crisis que enfrentamos deben partir de reconocer que el Estado es quien ha recibido críticas, no solo este gobierno federal, que el Estado no puede o no quiere resolverlo, que la asistencia internacional es necesaria, que descalificar a quien presenta diagnósticos no cambia la realidad, que el discurso no resuelve, que las plumas a modo empeoran la situación al tapar o maquillar la realidad, que callar voces críticas en la prensa y movimientos sociales es parte central del problema, que la cooperación internacional no pone a la soberanía en juego, que reconocer el problema es el primer paso hacia una posible solución, que la responsabilidad es de los 3 poderes y de los 3 niveles de gobierno, que no es un asunto de partidos políticos ni de elecciones, que es insostenible, que la impunidad y la corrupción crónicas son insultantes, que no se ha hecho gran cosa, que no se tiene un diagnóstico claro y efectivo, que el dolor y el desgarramiento social por la falta de verdad-justicia-reparación es enorme, que no son casos aislados, que no es como en “todo el mundo”, que más de 150 mil muertos en 9 años es un horror, que más de 25 mil desaparecidos debería poner en jaque a cualquier gobierno, que la tortura es generalizada, que las graves violaciones a los Derechos Humanos en nuestro país son crímenes de lesa humanidad (sí, así, de ese tamaño), que ya no se aguanta mucho más …
La responsabilidad de “patear” hacia adelante el problema es criminal, son responsables tanto este gobierno como varios del pasado, miles de víctimas se acumularán por la inacción.

Jacobo Dayán

Especialista en derechos humanos y analista internacional. Fue Director de contenidos del Museo Memoria y Tolerancia de la ciudad de México.

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