De El Universal
La amnistía de AMLO y el hipócrita griterío
¡Cuánta hipocresía desborda el escandalizado griterío que desató AMLO
al declarar que analiza la posibilidad de una amnistía con los capos
del narco, con tal de pacificar al país!
¿Negociar con narcotraficantes? ¡Jamás! Pero ¿acaso no lo han hecho
los poderes político, económico y financiero para beneficiarse del
multimillonario negocio? ¿No se acuerdan de los ex gobernadores priístas
tamaulipecos Tomás Yarrington y Eugenio Hernández o de los coahuilenses
hermanos Moreira o de los generales Gutiérrez Rebollo y Quiroz
Hermosillo, por sólo citar a algunos? ¿Cómo explicar que el Estado
mexicano y toda su fuerza de fuego no haya podido derrotar al
narcotráfico en una década de guerra sangrienta, si no es por los pactos
inconfesables que lo evitan? ¿Qué, entonces, propició semejante follón:
lo que dijo López Obrador o lo que se interpretó que dijo?
Veamos: el foco de su declaración en Guerrero fue la ingente
necesidad de pacificar al país. ¿Cómo? Lo explicó así: “Vamos a explorar
todas las posibilidades, desde decretar una amnistía, escuchando
también a (los familiares) de las víctimas, hasta exigir al gobierno de
EU que lleve a cabo campañas para aminorar el consumo de drogas”. Vino
después la pregunta periodísticamente válida: “¿La amnistía sería para
los líderes de los cárteles? a la que respondió: “Vamos a plantearlo, lo
estoy analizando”.
Eso fue lo que dijo El Peje. Y lo que se dijo que dijo es que quiere
perdonar a los delincuentes que han matado a miles de mexicanos. De ahí
la andanada de epítetos procedentes desde todas las fuerzas políticas
con las que competirá por la Presidencia: otra locura, otra ocurrencia
peligrosa, una descarada complicidad, un inaceptable desprecio a la ley.
La reacción más sensata, en mi opinión, provino de Miguel Ángel
Mancera, al fin doctor en Derecho. El jefe de Gobierno de la CDMX
recordó que “una amnistía es una ley de perdón, una ley de olvido” y que
“la ley que sanciona las conductas relacionadas con el narcotráfico no
puede hacer distinciones en materia de capos”. Completó así su
razonamiento: dar curso a una amnistía de esa naturaleza implicaría
cambios legislativos en los que el narcotráfico dejara de ser un delito,
es decir, legalizar las drogas. De ahí que la declaración de AMLO, aún
como propuesta a analizar, sea a juicio de Mancera “poco meditada”, “sin
pies ni cabeza”.
Quien esto escribe comparte tal opinión, pero tiene claro —tras
seguir por años su lucha política— que López Obrador no está loco ni es
un idiota. Todo lo que hace lo calcula, como dice la voz popular, “le
mide el agua a los camotes”. Cierto que esa agua hierve y sin duda se
quemó al medirla. Una proposición de tal naturaleza no puede hacerse en
una entrevista banquetera. No sólo debe ser clara y estar sólidamente
sustentada, sino que es preciso comunicarla correctamente. Por eso fue
un error hacerlo como lo hizo. Debió ponerla en perspectiva y destacar
el elemento inédito del aserto: el perdón de los familiares de las
víctimas, es decir, la reconciliación social y personal. Por eso dijo
“olvido no, perdón sí”. ¿Cómo evitar que una reconciliación privilegie
la impunidad, ese caldo de cultivo de las injusticias y violencias que
nos carcomen? Nada dijo de eso.
En cualquier caso, la polémica declaración del líder de Morena
arrebató reflectores al destape priísta y a las definiciones del Frente,
volvió a marcar agenda y subió al debate nacional un tema crucial tras
los 121 mil muertos del gobierno de Felipe Calderón y los 117 mil que
lleva el de Peña Nieto. La estrategia contra la inseguridad ha
fracasado. ¿Qué vamos a hacer para pacificar al país?
INSTANTÁNEAS. 1. EL OTRO DESTAPE. Hoy renuncia al
IMSS Mikel Arriola. Se registrará como precandidato del PRI a la
Jefatura de Gobierno de la CDMX. No es priísta, lo hará como
simpatizante, una réplica del mecanismo seguido por José Antonio Meade
como precandidato presidencial. La convocatoria del PRI capitalino fue
publicada anoche. De la puja se bajaron los secretarios de Salud, José
Narro, y de Turismo, Enrique de la Madrid. No quisieron asumir el
riesgo, que Arriola sí tomará, de perder en un territorio vedado al
tricolor. Mikel Adoni Arriola Peñaloza dejará buenas cuentas en el
Seguro Social: números negros, reservas mejoradas, transparencia en
adquisiciones y clínicas en construcción. Es un gran jugador de pelota
vasca (pelotari) y gusta de torear becerros. ¿Podrá con el miura que es
la Ciudad de México?
2. PREPARATIVOS. Miguel Ángel Mancera no quita el dedo del renglón:
buscará la candidatura presidencial del Frente o del PRD. Sus más
cercanos ya conforman el equipo que le ayudará a realizar una campaña
sólida. Entre ellos está Luis Serna Chávez, uno de los funcionarios que
mejor lo conoce y a quien sus propios compañeros lo consideran “la mano
que mece la cuna”.
3. ENCUENTROS. El que volvió a intensificar su actividad política es
Manlio Fabio Beltrones. El lunes pasado comió en el Cardenal de la
Alameda con sus amigos Ricardo Monreal y el ex gobernador de
Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre. Después estuvo con el
canciller Luis Videgaray en el homenaje post mortem de Rosario Green.
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