De La Jornada
Elecciones
2012
Destaca
también la importancia que su gobierno conferirá a la pequeña y mediana
empresas
"Para
sacar adelante al país se requiere de un acuerdo con todos los sectores de la
economía"
Alonso
Urrutia y Alejandra Arroyo
Enviado
y corresponsal
Lunes
23 de abril de 2012, p. 7
Monterrey,
NL, 22 de abril. En el corazón de la ciudad más industrializada del país, donde
reside buena parte de la cúpula empresarial, el candidato presidencial del
Movimiento Progresista (PRD-PT-Movimiento Ciudadano), Andrés Manuel López
Obrador, planteó "una alianza no sólo estratégica, sino definitiva con los
empresarios. Para sacar adelante al país se requiere de un acuerdo con todos
los factores de la economía, la iniciativa privada y los sectores público y
social".
En
la Macroplaza de esta ciudad, López Obrador subrayó que no se puede sacar
adelante la economía nacional, hacerla crecer a 6 por ciento anual, generar 1.2
millones de empleos cada año, sin la iniciativa privada. En este contexto, el
candidato de las izquierdas destacó la importancia que su gobierno conferirá a
la pequeña y mediana empresas, que son las principales generadoras de empleos.
Foto
Mitin
del candidato del Movimiento Progresista realizado en la MacroplazaFoto Carlos
Ramos Mamahua
Ahora
"todo se hace para apoyar a las grandes corporaciones; no quiere decir que
nosotros no vamos a apoyarlas, pero se privilegiará a la pequeñas y medianas
empresas". No obstante, insistió en que desde su eventual gobierno se van
a combatir los monopolios: "No es posible que un bulto de cemento cueste
más del doble en México que en Estados Unidos", dijo el candidato en la
ciudad sede de una de las más grandes cementeras del mundo.
López
Obrador hizo un largo pronunciamiento para definir su relación con el sector
privado, y extendió su "mano sincera, en signo, en señal de amistad, de
reconciliación. De manera sincera, yo no albergo rencores, yo no odio, lo que
quiero es justicia, no venganza".
Su
visita fue horas después de que su contendiente de la alianza Compromiso con
México (PRI-PVEM), Enrique Peña Nieto, sostuviera un encuentro privado con
Lorenzo Zambrano, presidente de Cementos Mexicanos (Cemex). Sin embargo, el
candidato presidencial del Movimiento Progresista matizó los alcances de sus
relaciones con la iniciativa privada: "Vamos a apoyar a los empresarios
porque hay muchos que tienen vocación productiva con dimensión social (...)
Porque los que están arriba, que no quieren el cambio, ni siquiera son
empresarios, son traficantes de influencias".
López
Obrador fue vitoreado por las bases petistas y perredistas que lo escucharon
exaltar a empresarios presentes en el mitin, como Alfonso Romo –quien lo llamó
su presidente– o Fernando Turner –mencionado como secretario de desarrollo
económico–, pero al mismo tiempo condenar las prácticas monopólicas que,
anunció, van a terminarse, porque habrá libre competencia. No a los monopolios,
dijo, si bien advirtió que el peor de ellos es el del poder, para luego sugerir
que México está afectado por el monopolio de la comunicación.
Casi
una hora de discurso enfocado principalmente a la economía, pero también con un
espacio para ofrecer a los regiomontanos que estará muy pendiente de la
seguridad de Monterrey. "Sí hay manera de lograr el renacimiento de
nuestro país. No hace falta quitarle a los ricos para darle a los pobres; no
hace falta expropiar bienes de particulares para apoyar a la gente humilde; todo
depende de que se manejen los recursos con honradez", dijo el tabasqueño.
López
Obrador se dio espacio para aludir a las decisiones recientes del sindicato
magisterial, que se rehúsa a admitir las evaluaciones a los maestros cuando,
dijo, todas las políticas publicas deberían estar sometidas a revisión. Por
ello, insistió en que cuando arribe al gobierno hará a un lado a la lideresa
magisterial, Elba Esther Gordillo.
En
el templete escuchaban a López Obrador lo mismo empresarios que la senadora
Rosario Ibarra de Piedra, mientras en la plaza, con banderas y pancartas, las
bases petistas y perredistas festinaban la oferta del tabasqueño, que incluyó
también la seguridad. Casi tres horas lo esperaron quienes ocupaban los sitios
contiguos al templete pero que, interrogados sobre su presencia tan temprana
aclaraban de inmediato: "No somos acarreados".
Inusual
mitin en la ciudad norteña. En los alrededores, según informes, esperaban 100
camiones, cada uno de los cuales transportó alrededor de 70 simpatizantes del
movimiento, más las personas que llegaron a pie.
En
esta ocasión, el operativo de seguridad se desplegó de manera importante y si
bien en un primer círculo estaban la policía estatal y la municipal, en los
alrededores hubo vigilancia de elementos del Ejército.
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