El consejero electoral Alfredo Figueroa señala que se busca un formato más flexible, que permita a la audiencia conocer mejor cómo piensan y reaccionan los candidatos presidenciales
Roberto Rock:
Bueno, esencialmente estamos trabajando cotidianamente para la instalación de las más de 143 mil casillas que instalaremos el primero de julio en el país. Tenemos en este sentido una actividad operativa en todo México muy importante; más de 30 mil personas visitan a las ciudadanas y los ciudadanos que han sido sorteados para ser funcionarios de mesa directiva de casilla y estamos en una fase de capacitación, digamos ya sustantiva, en donde las personas se apropian del rol que ya van a cubrir en la mesa directiva de casilla, ya sea como presidente, como secretario, como escrutador.
Estamos oyendo en anuncios del IFE que estas personas, estos ciudadanos de a pie que van a ser invitados, que ya fueron invitados a formar parte de las mesas de escrutinio, van a participar en un esquema como de simulacro de la elección, en una especie como de ejercicio de práctica.
¡Exactamente! Cómo se llena el acta, en dónde hay problemas, cómo proceder frente a distintas conductas. Alguien, por ejemplo, llega en estado de ebriedad, en fin; cómo se debe proceder en cada uno de esos casos, y esa parte es en la que las ciudadanas y los ciudadanos se apropian y entienden mucho mejor lo que va a ocurrir el día de la jornada electoral, y lo hacen y nos han mostrado que es, digamos, la parte de la capacitación mejor para el ciudadano.
Sí, nos ha servido; incluso en el 2009, yo te doy un dato que me parece revelador: aún con las complejidades que tiene hoy la consignación del voto en el acta de escrutinio y cómputo, superamos por 21 puntos el modo en que se llenaron las actas en el 2006, así como en el 2006 se había superado el cómo se llenaron en el 2000.
Yo quisiera revisar con más detalle este tema, pero le quería preguntar: usted forma parte importante de una comisión que está analizando la realización de los debates entre los candidatos presidenciales.
El próximo debate, el segundo y último ya está también a la vista, el día 10, y justo en estos días el IFE tuvo un pronunciamiento, llamando a que el debate fuera menos rígido, que los temas fueran más abiertos, que los candidatos no estuvieran en un atril. ¿Cómo se imagina ese ejercicio, si es que los candidatos... −y esta es la pregunta− ¿depende de los candidatos y los partidos atender esta recomendación? o, ¿cómo es?
No, a partir de la reforma constitucional de 2007 y de 2008, la legal, quien es el responsable de la organización de los debates es el Instituto Federal Electoral, como lo consagra el artículo 70; ya no es como ocurría en el pasado, en donde el IFE coadyuvaba a ese proceso. Sin embargo, en el primero de los debates se ha privilegiado la búsqueda de consensos...
Hemos pensado que esas no son exactamente las características que debiera tener el segundo de los debates; hemos pensado en una mesa circular; hemos pensado que el micrófono esté abierto, que no esté cerrado, que se puedan interrumpir; que no exista una rigidez en rondas; que el tiempo, siendo igualitario para todos, pueda usarse con mayor flexibilidad, generando un debate; y otras características como las que se experimentan en otras naciones del mundo: el caso chileno, francés, brasileño, en fin; colombiano incluso.
Es correcto, y eso pensamos que debemos ir iniciando, digamos, desde el punto de vista de los debates presidenciales; se han hecho estos debates, pero no se han planteado, digamos, como parte del famoso debate presidencial que tenemos en el país desde 1994, así que esta es la postura del Instituto...
Hacerlo profundo, pero hacerlo ágil también; hacerlo libre en la mayor medida posible, y creo que quien va a beneficiarse de una práctica así son las ciudadanas y los ciudadanos que lo van a ver; van a poder conocer si la candidata o los candidatos quieren profundizar en uno de los temas, cómo reaccionan frente a una pregunta que les formula el otro candidato, cómo debaten; el asunto es si pueden tener control, en un determinado momento, en relación a imputaciones que se estén estableciendo. Me parece que eso le va a permitir a los ciudadanos y a las ciudadanas conocer mejor quiénes son estas personas que aspiran a gobernar el país.
Estamos en esa conversación con los representantes, están estudiando el formato, seguramente que habrá comentarios, planteamientos, preocupaciones que deberán irse resolviendo en los próximos días, para que estemos listos a llevar el debate el 10 de junio en Jalisco.
Me da la impresión, viendo el debate y viendo las reacciones de los candidatos, que sus operadores, sus negociadores, son mucho más miedosos −a lo mejor por eso les pagan−, son mucho más miedosos, cautelosos, timoratos, que los candidatos mismos.
Mire, esto sí no lo sé; pero lo que yo puedo advertir es que en el propio debate hubo momentos en los que a todos les faltó tiempo para seguir abonando en una idea y tenían que limitarse, digamos, y esperar a una ronda posterior; eso pierde la posibilidad de que el ciudadano termine de entender cuál es la propuesta final o termine de entender cuál es la crítica que se están haciendo entre unos y otros. Que una moderadora o un moderador pueda decirle a un candidato: mueve de esta manera la fotografía, ponla en esta condición; hay que entrar a cuadro, que la cámara se mueva, en fin, tener un lenguaje de televisión más que un lenguaje rígido, en donde pues no podemos, como ciudadanos, advertir qué es lo que se está planteando en todos sus órdenes.
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