De Zócalo Saltillo
Campos Elíseos
Katia D'Artigues Le tomo la palabra a Enrique Peña Nieto. Me refiero a su discurso de victoria en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI en los últimos minutos del 1 de julio.
Las negritas son sus palabras. Las itálicas son mías.
“A quienes votaron por otras opciones, les aseguro que gobernaré para todos.
Tengan la certeza de que me esforzaré al máximo para dar respuesta a sus legítimas demandas”.
La mayoría que votaron no lo hicieron por él y no puede ignorarlos. A él le da el triunfo, grosso modo, 18 millones de votos contra 15 de AMLO y 12 de Josefina Vázquez Mota. Que su triunfo parece incuestionable, sí, más de 3 millones de personas más votaron por él… pero la mayoría de los que votaron, no. No puede ignorar a 27 millones de mexicanos.
“Voy a ejercer una Presidencia democrática, que entienda los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas y actuaré conforme a las nuevas realidades, de democracia plena de libertades y de participación social”.
La ciudadanía a la que gobernará a partir del 1 de diciembre no es la misma que gobernó el PRI. Aunque quisiera, no podría. Eso incluye a la participación ciudadana. Cuando el PRI gobernó no teníamos asociaciones fuertes, en todos los ámbitos, que criticaran las acciones del gobierno federal y los locales. Ahora ahí están los Sicilia, los papás de la #GuarderíaABC, María Elena Morera, Alejandro Martí, Mexicanos Primero y un largo etcétera.
“Voy a ejercer una Presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos”.
Me centro en “abierta a la crítica”. Los medios tampoco somos los mismos que cuando gobernó el PRI desde Los Pinos. Algunos dueños de medios podrán ser los mismos, pero los que trabajamos en ellos no y más aún: los que nos leen, ven, o escuchan ¡menos! Son, además, ciudadanos más informados que —crecientemente— tienen acceso a medios que tienen su plataforma en internet y que influyen. Y a redes sociales. Que se comunican a un click de distancia con el mundo…
Retomo una parábola que nos contó en abril de 2006, Jacobo Zabludovksy en Shalalá sobre la libertad de expresión. De cómo él —que conoció al PRI de antes, ese que dice Peña que no es el mismo— disfrutaba ahora una nueva etapa de su vida:
“¿Te sabes la parábola del perro que brincó el Muro de Berlín? Bueno, está el Muro de Berlín, y entonces matan a todo el que pase, a todos los perros que quieran pasar, ¡pum! Un día, se brinca un perro y lo encuentra un perro del lado occidental, y le dice al perro que venía del mundo comunista: oye, perro, ¿cómo que te saltaste para acá?, si allá donde tú estabas, en el mundo comunista, los perros tienen seguro médico, les dan un hueso todos los días, les dan una casa, a sus cachorros los educa un psicólogo de perros, y les dan de comer y de beber a todos los perros allá. No tienen problema. ¿Por qué te saltaste aquí?
“Y contestó el perro: porque de vez en cuando quiero ladrar”.
Reitero lo que dije en este mismo auditorio durante mi campaña: quien no tenga un compromiso firme con la democracia, las libertades y la transparencia, no tiene cabida en este proyecto para transformar a México.
Esto es clave. Porque, mmm, el PRI ha dado muestras de que no han cambiado en los muchos estados que sigue gobernando. Hay muchos ejemplos, pero pongamos uno: el joven gobernador Javier Duarte, Javidú, a quien Peña Nieto (quiero pensar que sólo por la edad) lo nombró representante de “un nuevo PRI”.
Espero no sólo que Peña Nieto lo diga en serio; sino que lo tomen en serio todos los priistas. Que en ese sentido el virtual Presidente priista, el “primer priista de la nación”, ejerza sobre de ellos un filtro muy cuidadoso.
Dicen prominentes priistas que así es. Que lo dicho en el auditorio, a lo que se refirió Peña Nieto fue tomado muy en cuenta y para lenguaje priista (ese al que nos deberemos de acostumbrar de nuevo, de lo dicho entre línea) fue duro. Fue cuando leyó su manifiesto por una Presidencia democrática, la respuesta —la única— al movimiento #Yosoy132.
Luego de conocer los resultados del PREP, ¿qué planea hacer Andrés Manuel López Obrador? Se lo digo en la edición on line de esta columna, además del “cuchi cuchi” transformado en “fuchi fuchi” a Josefina Vázquez Mota y al PAN.
Las negritas son sus palabras. Las itálicas son mías.
“A quienes votaron por otras opciones, les aseguro que gobernaré para todos.
Tengan la certeza de que me esforzaré al máximo para dar respuesta a sus legítimas demandas”.
La mayoría que votaron no lo hicieron por él y no puede ignorarlos. A él le da el triunfo, grosso modo, 18 millones de votos contra 15 de AMLO y 12 de Josefina Vázquez Mota. Que su triunfo parece incuestionable, sí, más de 3 millones de personas más votaron por él… pero la mayoría de los que votaron, no. No puede ignorar a 27 millones de mexicanos.
“Voy a ejercer una Presidencia democrática, que entienda los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas y actuaré conforme a las nuevas realidades, de democracia plena de libertades y de participación social”.
La ciudadanía a la que gobernará a partir del 1 de diciembre no es la misma que gobernó el PRI. Aunque quisiera, no podría. Eso incluye a la participación ciudadana. Cuando el PRI gobernó no teníamos asociaciones fuertes, en todos los ámbitos, que criticaran las acciones del gobierno federal y los locales. Ahora ahí están los Sicilia, los papás de la #GuarderíaABC, María Elena Morera, Alejandro Martí, Mexicanos Primero y un largo etcétera.
“Voy a ejercer una Presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos”.
Me centro en “abierta a la crítica”. Los medios tampoco somos los mismos que cuando gobernó el PRI desde Los Pinos. Algunos dueños de medios podrán ser los mismos, pero los que trabajamos en ellos no y más aún: los que nos leen, ven, o escuchan ¡menos! Son, además, ciudadanos más informados que —crecientemente— tienen acceso a medios que tienen su plataforma en internet y que influyen. Y a redes sociales. Que se comunican a un click de distancia con el mundo…
Retomo una parábola que nos contó en abril de 2006, Jacobo Zabludovksy en Shalalá sobre la libertad de expresión. De cómo él —que conoció al PRI de antes, ese que dice Peña que no es el mismo— disfrutaba ahora una nueva etapa de su vida:
“¿Te sabes la parábola del perro que brincó el Muro de Berlín? Bueno, está el Muro de Berlín, y entonces matan a todo el que pase, a todos los perros que quieran pasar, ¡pum! Un día, se brinca un perro y lo encuentra un perro del lado occidental, y le dice al perro que venía del mundo comunista: oye, perro, ¿cómo que te saltaste para acá?, si allá donde tú estabas, en el mundo comunista, los perros tienen seguro médico, les dan un hueso todos los días, les dan una casa, a sus cachorros los educa un psicólogo de perros, y les dan de comer y de beber a todos los perros allá. No tienen problema. ¿Por qué te saltaste aquí?
“Y contestó el perro: porque de vez en cuando quiero ladrar”.
Reitero lo que dije en este mismo auditorio durante mi campaña: quien no tenga un compromiso firme con la democracia, las libertades y la transparencia, no tiene cabida en este proyecto para transformar a México.
Esto es clave. Porque, mmm, el PRI ha dado muestras de que no han cambiado en los muchos estados que sigue gobernando. Hay muchos ejemplos, pero pongamos uno: el joven gobernador Javier Duarte, Javidú, a quien Peña Nieto (quiero pensar que sólo por la edad) lo nombró representante de “un nuevo PRI”.
Espero no sólo que Peña Nieto lo diga en serio; sino que lo tomen en serio todos los priistas. Que en ese sentido el virtual Presidente priista, el “primer priista de la nación”, ejerza sobre de ellos un filtro muy cuidadoso.
Dicen prominentes priistas que así es. Que lo dicho en el auditorio, a lo que se refirió Peña Nieto fue tomado muy en cuenta y para lenguaje priista (ese al que nos deberemos de acostumbrar de nuevo, de lo dicho entre línea) fue duro. Fue cuando leyó su manifiesto por una Presidencia democrática, la respuesta —la única— al movimiento #Yosoy132.
Luego de conocer los resultados del PREP, ¿qué planea hacer Andrés Manuel López Obrador? Se lo digo en la edición on line de esta columna, además del “cuchi cuchi” transformado en “fuchi fuchi” a Josefina Vázquez Mota y al PAN.
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