De Zócalo Saltillo
Indicador Político
Carlos Ramírez
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) regresará
hoy jueves al redil priísta. La elección y toma de posesión del nuevo
presidente del sindicato patronal responde a la lógica de intereses de
reacomodo de la cúpula empresarial con el nuevo gobierno federal
priísta. El ascenso a la presidencia de la Coparmex del sinaloense Juan
Pablo Castañón se hizo como parte de un acuerdo político entre el PRI
nacional y el PRI chihuahuense para sacar de la elección al
independiente Carlos Chavira Rodríguez, presidente de la Coparmex de
Ciudad Juárez, inventándole una inexistente indagación judicial.
Más que la defensa de los intereses empresariales en la lógica de la
reorganización política por el regreso del PRI a la presidencia de la
república, el relevo en la Coparmex ha sido manipulado sólo para enfilar
a su ex presidente Gerardo Gutiérrez Candiani a la gubernatura de
Oaxaca. De ahí que la elección hoy en la Coparmex nada tenga que ver con
los empresarios y sí con la alianza del organismo con el PRI vía el ex
priísta-neopanista-futuro neopriísta Diódoro Carrasco Altamirano para el
relevo en el gobierno oaxaqueño.
La lógica de los intereses de las redes de poder de las élites políticas
ha funcionado a la perfección. El actual gobernador de Oaxaca Gabino
Cué Monteagudo fue secretario de Carrasco en el gobierno oaxaqueño
1998-2004 y en esa misma administración Gutiérrez Candiani fue contralor
diodorista. De ahí que el objetivo de colocar al pequeño empresario
Gutiérrez Candiani --hoy beneficiario de contratos con el gobierno de
Oaxaca-- como el sucesor de Cué Monteagudo forme parte de los estilos
priístas oaxaqueños de operar el poder como familias políticas.
El ex presidente del sindicato patronal Gutiérrez Candiani operó la
sucesión en la Coparmex al estilo priísta, con una intervención directa
en el proceso de Carrasco Altamirano. La maniobra para excluir al
juarense Chavira Rodríguez tuvo el apoyo del poder judicial chihuahuense
para sacarlo del proceso. Las elecciones de hoy se darán entre el
delfín Juan Pablo Castañón y la candidatura arreglada para la derrota de
Patricia Terrazas, ésta última por cierto vicepresidenta de finanzas de
la Coparmex en el periodo de Gutiérrez Candiani y por tanto involucrada
en el maquillaje de las cifras internas del organismo para ocultar el
peculado de Gutiérrez Candiani.
El activismo político de la Coparmex revivió en los 80 al enfrentarse
con el último aliento estatista del gobierno lopezportillista al
expropiar la banca. Como sindicato patronal, la función de la Coparmex
ha sido la de defender los intereses de los patrones. Sin embargo, en
los últimos años el organismo se convirtió en un aparato de control
político del Estado sobre los empresarios, bajo los gobiernos del PRI y
del PAN, para subordinar a los patrones a los intereses del partido en
turno en el gobierno. Gutiérrez Candiani, ex presidente de la Coparmex y
hoy presidente del Consejo Coordinador Empresarial, quiere posicionarse
como el interlocutor privilegiado del nuevo gobierno federal priísta.
Así, la Coparmex pasó de sindicato patronal de resistencia al poder
político del partido en Los Pinos a una especie de CTM de empresarios
interesados en aliarse con la nueva presidencia priísta en Los Pinos. El
reacomodo de los intereses políticos de las cúpulas empresariales
coincide con la declinación presidencial del PAN y el egreso del PRI a
Los Pinos para revivir el viejo modelo priísta de control de clases.
La mala noticia para los empresarios es que el relevo en la Coparmex
coincide con el regreso del PRI al poder presidencial y la nueva
subordinación de las cúpulas empresariales a los intereses del poder
central presidencial. Gutiérrez Candiani había logrado el apoyo de los
empresarios del Grupo Monterrey a cambio de no regresar a los nefastos
dedazos sucesorios en los organismos, pero a la hora decisiva ya cayó en
las primeras traiciones: impuso incondicional en la Coparmex y hará lo
mismo en el Consejo Coordinador Empresarial y se irá como candidato
priísta a gobernador por Oaxaca en el 2016.
Lo más grave para los empresarios de la Coparmex es que Castañón es un
activo político del grupo conservador del Yunque panista, aunque con
objetivos de subordinar al sindicato patronal a los intereses del nuevo
gobierno presidencial priísta.
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