De Zócalo Saltillo
Plan B
Lydia Cacho
Hace apenas 23 días nuestro secretario de Economía, Bruno Ferrari,
justificó la demanda de un procedimiento para instalar el panel de
solución de controversias en contra de China en la Organización Mundial
de Comercio (OMC), acusando al país asiático de otorgar subsidios
indebidos en los sectores textil y del vestido.
Paralelamente, Quintana Roo y el Gobierno federal han dado luz verde a
la apertura de el proyecto Dragon Mart (del que hablé en mi columna
pasada) y que podría causar un colapso de las pequeñas y medianas
industrias no sólo en el sureste mexicano, sino en todo el país.
Mientras el secretario Ferrari asegura, con toda razón, que China ha
ocasionado “una enorme afectación a los intereses de México”
beneficiando a sus productores con exenciones o reducciones de
impuestos; el otorgamiento de bienes y servicios como tierra y
electricidad, y materias primas como algodón y poliéster, bajo términos
preferenciales, Dragon Mart anuncia en sus documentos oficiales (en
manos de quien esto escribe) y autorizados por el Gobierno de Quintana
Roo la importación masiva de productos textiles para todo México, centro
y Sudamérica.
El lunes pasado enlisté en este mismo espacio, los productos que Dragon
Mart, impulsado por la Secretaría de Comercio de China, traerá
masivamente a México. Entre ellos se encuentran textiles, acero, y
productos de ferro-tlapalería. Mientras la Organización Mundial del
Comercio acepta el procedimiento, la empresa china avanza a pasos de
gigante en el sudeste mexicano para construir su megaproyecto en un
terreno de 192 hectáreas localizadas a 7 kilómetros del aeropuerto de
Cancún. A pesar de las denuncias formales ante Profepa por parte de
organizaciones serias como el Centro Mexicano de Derecho ambiental
(Cemda) y un millar de ciudadanas y ciudadanos de Quintana Roo, el
terreno es desmontado para la construcción del dragón empresarial.
Bruno Ferrari ha demostrado que China brinda la transferencia directa de
fondos en forma de donaciones y condonación de deudas (prácticas
inequitativas en el mercado internacional). Y aseguró que “algunos de
estos subsidios, al estar supeditados a resultados de exportación o a la
utilización de productos nacionales en detrimento de los importados,
están prohibidos bajo las reglas de la OMC”.
A pesar de que la Secretaría de Economía inició hace más de un mes el
proceso para establecer el panel contra China, acompañado de la Cámara
Nacional de la Industria Textil (Canaintex) y la Cámara Nacional de la
Industria del Vestido (Canaive), el Gobernador de Quintana Roo no se ha
pronunciado sobre la protección de la industria regional, sino solamente
sobre las supuestas virtudes de la llegada de esta megaimportadora
oriental a México.
Aunque sin duda el tema medioambiental es importante, por los actos de
corrupción en que se ha incurrido para cambio de uso de suelo y desmonte
de selva media, me parece que es un error concentrar los esfuerzos de
las organizaciones únicamente en la defensa ecológica; la defensa debe
ser integral y multisectorial. Sin duda el gobernador Borge puede, y
debe, trabajar de la mano del secretario de Economía y de las cámaras
industriales para proteger la economía nacional, ya que el documento
oficial presentado a la OMC asegura que “los subsidios otorgan una
ventaja artificial a los productores de China, distorsionan los mercados
internacionales y ocasionan un perjuicio grave a la industria
mexicana”.
La pelota ahora está en la cancha del Gobernador quintanarroense, veremos si entiende lo que se está jugando con Dragon Mart.
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