De Plumas Libres
Dos
mujeres desnudadas y revisadas en sus partes íntimas, varios jóvenes
golpeados y maltratados, el robo de teléfonos, cámaras y una laptop,
fueron algunas de las vejaciones que, según estudiantes de la
Universidad Veracruzana –integrantes del Frente Anti Imposición-,
vivieron tras ser detenidos por policías en la Plaza Lerdo y alrededores
y remitidos al Cuartel San José, en el maro del desfile conmemorativo del 102 aniversario de la Revolución Mexicana....
En entrevista con Plumas Libres, los jóvenes activistas anunciaron
que recurrirán a las comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos y
emprenderán una campaña contra la represión policíaca en Veracruz.
A continuación se presentan algunos testimonios de jóvenes que pidieron el anonimato.
Nadia. Yo vivo cerca de Humanidades y caminé al
Teatro del Estado. Ahí unos policías me quitaron una manta y no me
querían dejar pasar a lo que era Ávila Camacho. Me quitan la mantas y
unas personas intervinieron para que pudiera pasar, pero dos personas
con chaleco café, que tenían logo del PRI, me fueron siguiendo y tomando
fotografías, de frente y espalda. Pasé a Los Tecajetes y ahí estaba un
grupo de cinco de mis compañeros repartiendo globos con mensajes
políticos. Los tipos me siguieron hasta la Catedral y ahí me reuní con
mis compañeros. No hacíamos nada más que ver el desfile, pero comenzaron
a fotografiarnos los marinos, los policías estatales y gente de
gobierno que traía unos chalequitos y policías vestidos de civiles. Eran
alrededor de 30 que nos tenían con una agresión visual. Yo me quería
subir a una tarima, porque enfrente estaba Duarte, entonces una mujer
policía me dijo, ‘si te subes, te voy a trepar a la patrulla’. Se me
acercaron cinco chavas. ‘si te subes, te vamos a partir la madre’, me
dijo entonces. Nos movimos y cuando quise reunirme con mis amigos en la Catedral, a varios se los habían llevado y sólo quedábamos cinco personas.
Laura. A mí me llevaron a la patrulla pero no me
presentaron. Me detuvieron por estar grabando mientras detenían a una de
mis compañeras, unas mujeres jóvenes vestidas de civil, quienes la
estaban golpeando. La tenían del pelo y de los brazos y en eso me
detuvieron, me empezaron a arrastrar. Una de ellas me quitó celular y me
empezó a amenazar ‘ya valiste madre’, ‘te voy a partir la madre’.
Cuando llegamos a esquina de Lucio con Revolución, otras de las
compañeras que vieron que me llevaban intentar evitarlo, lo mismo que
unas personas, pero en ese momento me jalaron más. Me llevaron a Juárez y
Landero y Coss y una de las chicas soltó mi brazo y se lo dio a otro
policía vestido de civil. Y le dijo, ‘llévatela, porque me voy a chingar
a estas’. A las que pedían que me soltaran. En eso pasa una patrulla
que estaba doblando la esquina y le dicen ‘llévatela’. Y a mí me suben
solita en una patrulla y en la esquina de Lucio con Juárez, se suben
otros policías y me dicen. ‘No te preocupes, a ti no te vamos a llevar,
te vamos a dejar aquí’ y me van diciendo que las órdenes es detectar
integrantes del Frente y sacarnos de los eventos y el desfile. Que
estamos alterando el orden público. A mí me dejaron tirada por Clavijero
y llegué a San José para buscar a mis compañeros. Me dejaron sin celular, porque se lo quedaron ellos.
Javier. A mí me empezaron a rodear en la Plaza Lerdo
personal del municipio con chalecos que decía Adelante. Lo único que
hice fue ponerme en el brazo izquierdo la palabra ‘revolución’ y en el
derecho, ‘represión’. Me alejé de mis compañeros como unos cuatro metros
y me cayeron al instante cuatro elementos y luego otros cuatro, entre
ellos una mujer que nos estaba checando desde hacía tiempo. Les pedí que
se identificaran, ví una credencial y me la pasaron por la cara y me la
ocultaron de nuevo. Me dieron un golpe en la espalda y otro en las
costillas y me dijeron que no pusiera resistencia. Me revisaron casi en
la puerta de la Catedral, en una esquina. Me quitaron el celular y
dijeron ‘cállate pendejo’, y ‘quédate sentado, porque si no te vamos a
madrear’. Empezaron a traer a compañeros. Hasta que reunieron como a
cuatro o cinco, nos subieron a la patrulla. Uno de mis compañeros pidió
de nuevo que se identificaran, un policía enseñó su credencial y una
mujer policía le dijo: ‘no seas pendejo, para qué le enseñas tu
credencial’. No tenían nada que los identificara, ni un logo, bien
pudieron pasar como miembros del crimen organizado. En el Cuartel San
José nos mantuvieron aislados. Cuando llegamos pidieron que apagáramos celulares.
A uno de mis compañeros le pidieron que se volteara y el dijo que no y a
la primera, le rociaron la cara con gas pimienta. Nos hicieron firmar
un acta de salida donde se hacía manifestar que estábamos perturbando el
orden público o no salíamos. A dos de mis compañeras, hicieron que se
desnudaran, yo lo escuché de los policías, les hicieron hacer
sentadillas y las revisaron, tocaron senos, partes íntimas, todo. Fueron
dos mujeres policías, pero había un policía hombre. Fue en un área
donde estaba el médico legista. Desde que llegaron escuché a policías
hacer mención de que a mis compañeras las checaran bien y revisaran
bien. Luego dejaron que se vistieran de nuevo. Es algo inaudito, a mí me
detuvieron enfrente del gobernador y del comandante de la zona militar.
Rafael. A nosotros nos agarraron en el Hotel México.
Llegaron elementos de la policía estatal y algunos vestidos de civil,
nos empujaron contra las paredes del edificio y nos empezó a subir un
cuate, porque nos iban a chingar allá, que nos iban a partir la madre.
‘Te subes a tu cuartito’ y empezaron a subir. En ese momento intervino
un compañero periodista que empezó a fotografiar a los elementos de
civil, entraron en pánico y nos soltaron. Nosotros decíamos que porqué
se nos detenía. Que por molestar a una señorita, que por portación de
droga, que por intento de homicidio y al final, por ninguno, ‘pero se
van con nosotros’. Cuando nos toman fotografías de que nos estaban
deteniendo ilegalmente, nos sueltan. Vemos como un policía recibe una
orden del intercomunicador y arremete de nuevo con nosotros, ‘cómo no,
si nos los vamos a chingar’. Es cuando empiezan a gritar los compañeros
que nos dejen en paz, que es un atropello, que es la libre
manifestación. Al final, nos subieron en una camioneta y golpearon los
testículos. A mi compañero contantemente lo golpearon en rostro y se
colocaron unos guantes. Escuché que iba un policía de civil y le dijo:
‘no me lo mallugues’. Llegando allá (en el Cuartel San José), ya nos
habían rociado gas pimienta. Nos separan y nos pusieron en celdas
separadas. Nos enteramos de lo que le habían hecho a las compañeras.
Ellos nos dicen que por el bando de policía y buen gobierno tienen
derecho a detenernos cuando consideren que estamos alterando el orden
público. Cuando quieran pueden detener a periodistas, a twitteros. Una
mp nos dijo que pertenecíamos a un estado y que cuando nosotros
cambiamos nuestras conductas, ellos tienen todo el derecho de
penalizarlos. Lo dijo cínicamente. Nos dijeron que podían detenernos en
cualquier momento, por cualquier cosa, si ellos consideraban que se
alteraba el orden público por decir
una grosería u algo ofensivo para la vista.
Fuimos detenidos trece compañeros por estar parados, otros por
repartir globos y otros por colgar una manta que decía ‘Revolución, no
represión, no más muertos periodistas, gobierno represor’.
Al salir nosotros del Cuartel San José vimos como ingresaba un
comando de más de 50 hombres y mujeres vestidos de civil, entre estas,
algunas mujeres policías que nos habían robado pertenencias.
El 15 de septiembre hubo una manifestación pacífica en Plaza Lerdo y
desaparecieron forzadamente a tres compañeros. Nunca los procesaron, los
desaparecieron por varias horas, los golpearon, les hicieron una
simulación de ejecución, les robaron sus pertenecías y los dejaron por
Las Trancas, sin zapatos. En esta ocasión sí nos presentaron, pero nos
pueden detener y desaparecer y decir que somos narcos y ni el cuerpo a
nuestras madres van a entregar, pero no vamos a dejar de luchar, están
endeudando al país y alguien lo tiene que decir.
¿Qué esperan del rector Raúl Arias Lovillo a todo esto?
“Esperamos que el rector por primera vez sea congruente y haga algo
por defender estos atropellos contra estudiantes. La vez pasada tuvo una
actitud tibia por la desaparición forzada de un compañero. Se habló con
él en un evento en el Museo de Antropología y nos dijo que iba a hacer un pronunciamiento, pero nunca llegó más que a decir que éramos vándalos”.
Según los activistas, entre los robado por los policías están dos
blacberrys, una cámara digital, dos carteras, “tres celulares de
chicharito y una laptop”.
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