Informe del 27 batallón confirma que Ejército estuvo involucrado en agresiones a normalistas
Por: Redacción Revolución /
23 marzo, 2015
(23 de marzo, 2015).- Contrario a lo
dicho ante diputados, por el general Salvador Cienfuegos, el Ejército sí
conoció de las agresiones de la policía igualteca a los normalistas de
Ayotzinapa entre el 26 y el 27 de septiembre y no hizo nada por
evitarlas, según un informe de el 27 batallón de Infantería con cede en
Iguala.
En el texto se indica que
“aproximadamente a las 22:30 horas arribaron al lugar tres patrullas a
bordo de las cuales bajaron policías vestidos de negro, encapuchados,
los cuales les dijeron a los estudiantes que se bajaran, por lo que los
estudiantes les mencionaron que tenían compañeros heridos; a las 22:35
horas, los policías que llegaron trataron de bajar a los estudiantes.”
Del camión que transportaba a
estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, la mayoría de
pasajeros fueron desaparecidos. Personal castrense lo supo esa noche y
posiblemente estuvo presente, como quedó asentado en la bitácora.
Según los reportes de la secretaría
desde las 23:00 horas del 26 y hasta las 06:00 del 27 hubo dos unidades
de la Fuerza de Reacción de ese batallón patrullaron las calles; vieron
los cadáveres, acudieron a los hospitales donde encontraron a los
heridos, supieron de las balaceras y de los ataques.
Durante esa madrugada 43 normalistas
fueron desaparecidos. El día 27 los estudiantes buscaban por las calles a
sus compañeros desaparecidos y otros declaraban ante el Ministerio
Público, pero el reporte de los patrullajes que hizo ese día personal
del 27 Batallón culmina con un “sin novedad”.
El expediente entregado incluye notas
extemporáneas dando cuenta tardía de detalles no registrados en los
primeros informes, líneas enteras le fueron borradas, las fotos
censuradas y eliminados los nombres de los militares participantes (sólo
se mencionan dos mandos), contiene croquis mal hechos y errores
evidentes en temas clave, como los sitios donde ocurrieron los hechos o
el número y las marcas de los autobuses implicados.
Los datos del informe difieren de los
testimonios de los normalistas sobrevivientes y de ciudadanos que
presenciaron los hechos, de declaraciones que han dado autoridades sobre
ese día y de algunas pruebas documentales.
El expediente entregado por la Sedena,
describe actividades ocurridas a las 21:20 horas (faltan 15 reportes que
cubrirían lo ocurrido durante siete horas y deberían dar cuenta de la
salida de un par de militares al informe de María de los Ángeles Pineda,
presidenta del DIF local y esposa del alcalde José Luis Abarca). El
título de referencia del reporte es: “Arribo de los normalistas” y
evidencia que personal militar estuvo al tanto de la llegada de los
estudiantes a Iguala.
También evidencia que los militares
estuvieron al tanto de que la agresión fue cometida por policías
municipales: “elementos de la Policía Municipal los siguieron con la
finalidad de evitar que se llevaran mencionados autobuses y en la
intersección de las calles Hermenegildo Galeana con Melchor Ocampo, los
normalistas descendieron de los mismos y agredieron con piedras a los
elementos policiacos, por lo que estos últimos respondieron a la
agresión efectuando detonaciones de armas de fuego”.
No contiene la hora en la que ocurrieron
los tiros, pero se desprende que fue entre las 21:20 y las 22:00 horas;
a esa hora, del batallón se comunicaron con el coordinador operativo de
la Policía Estatal de la zona norte, José Adame, quien les dijo que no
acudiría “a prestar apoyo a la Policía Municipal” de Iguala. No se
menciona que los normalistas fueran quienes requerían el apoyo.
Cabe señalar que en la Cámara de
Diputados el secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, no destacó
que los disparos de la policía ocurrieron 55 minutos antes y en el
propio reporte quedó escrito que los policías eran los agresores, además
que los hechos se “minimizaron”.
El mismo reporte agrega que testigos
indican que hubo disparos “entre policías y ocupantes de un autobús”, y
que un camión Futura había sido detenido por aproximadamente cinco
patrullas de la Policía Municipal, en las cuales se llevaron a cuatro
normalistas detenidos.
Otra de las narraciones de dicho
expediente, que demuestran de forma puntual que el ejército mantenía
conocimiento de los hechos y la bitácora de éstos, es la descripción que
dice “sobre la carretera Iguala-Chilpancingo, frente al Palacio de
Justicia, ubicaron otro autobús, el cual fue detenido por dos patrullas
de la Policía Municipal, los cuales con palabras altisonantes les
mencionaron a los estudiantes que descendieran del autobús”.
Dicho reporte está dirigido a la XXXV
Zona Militar, de Chilpancingo, Guerrero; la mayoría están firmados por
el coronel José Rodríguez Pérez. Pese a la información que tenían esa
noche, los primeros patrullajes de los militares no fueron para ayudar a
los estudiantes, sólo para obtener información.
Los reportes indican que en sus
patrullajes por Iguala las unidades sólo se limitaron a recabar
información. Acudieron una segunda vez al Hospital General “con el fin
de indagar sobre las personas heridas” y registraron a 13 baleados.
El ejército reafirma que conoció y
presenció los hechos cuando escribe en su reporte que al Hospital
General de Iguala, ingresaron 3 normalistas, uno herido en el brazo,
otro al que le amputaron cuatro o cinco dedos y un desconocido que
después se sabría que era Aldo Gutiérrez, (el estudiante que quedó en
coma por un balazo en la cabeza).
Al día siguiente, en la bitácora de
entradas y salidas del batallón quedó registrado que militares y
policías estatales se reunieron durante dos horas por la mañana para
luego, desde las 12:40 y hasta las 17:20 horas, patrullar juntos la
ciudad a fin de cumplir con el operativo Guerrero Seguro; su reporte fue
“sin novedad”. Los reportes de ese día dan cuenta de actividades que
ocurrieron el 26, pero no habían sido registrados en la bitácora
original.
El año pasado frente a Diputados Federales, Salvador Cienfuegos afirmó “En Iguala, el Batallón 27 del Ejército no intervino para
evitar el asesinato de seis personas y el secuestro de los 43
normalistas porque la Secretaría de Seguridad Pública ocultó los hechos y
porque, además, ninguna otra autoridad le pidió que lo hiciera”.
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