De la Razon
La Razón Online -
Lanzando al aire besos para despedirse de su esposa, y en medio de acusaciones de que no recibió un juicio justo, Joaquín El Chapo Guzmán
Loera fue condenado a cadena perpetua más 30 años adicionales de
prisión por una decena de delitos por la Corte Este de Brooklyn, del
Distrito de Nueva York, Estados Unidos, por lo que el exlíder del Cártel de Sinaloa terminará sus días con un limitado contacto con otras personas.
Quien fuera el “Enemigo público número uno de Chicago” hasta su
captura en 2016, será enviado a una cárcel de máxima seguridad, y se
espera que sea el Centro Penitenciario y Administrativo de Máxima
Seguridad en Florence, Colorado, conocido como ADX Supermax o el “Alcatraz de Colorado”, donde no ha habido escape alguno desde su apertura en 1994.
En esta prisión están recluidos terroristas como Zacarias Moussaoui, conspirador de los atentados del 11 de septiembre de 2011, y Dzhokhar Tsarnaev, quien puso una bomba en la maratón de Boston.
En este lugar, donde pasaría el resto de sus días encerrado 23 horas
al día en una celda de 3.6 por 2.1 metros, sin derecho a visitas ni a
realizar llamadas telefónicas, y que además están insonorizadas para
evitar el contacto entre reos, se han suicidado al menos seis presos,
quienes se colgaron con sus sábanas.
Al llegar a la sala del juzgado de Brooklyn el capo buscó con la
mirada a su esposa Emma Coronel. Al verla sentada entre el público, le
mandó un beso y se tocó el corazón, aunque ella apenas lo miró.
Tras
los aproximadamente 50 minutos de audiencia, se despidió nuevamente
enviándole besos. Posiblemente será la la última vez que Guzmán Loera
vea a la exreina de belleza, quien tras el veredicto se marchó rodeada
por sus abogados y policías, y abordó una camioneta sin ofrecer
declaraciones.
En una carta que leyó en la Corte, El Chapo agradeció a
sus familiares y abogados, se quejó del trato que recibió en la prisión
federal de Manhattan, donde su estancia fue una “tortura psicológica,
emocional y mental las 24 horas del día. Lo más inhumano que he pasado.
Ha sido una total falta de respeto a mi dignidad humana”.
Denunció que bebe agua “no higiénica” todos los días, que no puede
ver la luz del sol y que le duelen la garganta, los oídos y la cabeza
debido al aire contaminado que respira, además de no poder recibir la
visita de su esposa o abrazar a sus hijas cuando lo visitan en su celda.
En su intervención de 13 minutos, el capo de 62 años de edad acusó al juez Brian Cogan
de no haberle dado un juicio justo, pues no investigó exhaustivamente
las denuncias de mala conducta de los jurados: “Se me quitó la
oportunidad de ser juzgado sólo por la evidencia presentada”.
Y añadió: “Dado que el gobierno de Estados Unidos me enviará a una
prisión donde nunca se volverá a escuchar mi nombre, aprovecho esta
oportunidad para decir que aquí no había justicia. Quedó en evidencia
que Estados Unidos no es mejor a otros países corruptos que ustedes no
respetan”.
Al hacer uso de la palabra, el juez Cogan destacó que es posible que Guzmán sea “un buen padre y tenga otros atributos”, pero su “abrumador lado malvado” es muy fuerte.
Finalmente, el capo fue sentenciado a cadena perpetua por nueve
cargos de conspiración internacional para producir, importar y
distribuir cocaína y otras drogas, así como por lavado de dinero; y por
el décimo, uso de armas de fuego, se sumaron otros 30 años.
Además, el juez ordenó como reparación el pago de 12 mil 600 millones
de dólares de ganancias mal habidas, la suma que supuestamente ganó El Chapo dirigiendo el Cartel de Sinaloa.
Al concluir la audiencia, el abogado del capo mexicano, Jeffrey Lichtman, adelantó que impugnará la sentencia, ya que Guzmán Loera
fue “víctima” de un montaje por parte de otros narcotraficantes que
fueron testigos del gobierno, con el objetivo de reducir sus propias
sentencias.
“No vengo a decir que Guzmán Loera es un santo, pero
solo pedíamos un juicio justo (…) los miembros del jurado mintieron al
juez y eso no fue tomado en cuenta”, señaló el litigante.
- El Dato: La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda informó que trabaja de manera coordinada con EU para detectar posibles operaciones vinculadas a El Chapo.
En el desarrollo del denominado “Juicio del Siglo”, los fiscales
presentaron evidencia para demostrar la culpabilidad del capo en los
cargos más graves, como el envío de cientos de toneladas de droga de
México a Estados Unidos, causar la muerte de personas con el fin de
mantener a salvo sus rutas de tráfico y a su persona, así como lavado de
dinero, uso de armas y participación en empresas criminales.
Las fugas de El Chapo (quien en su momento fue uno de los más
buscados por la DEA) de los penales de máxima seguridad de Puente
Grande, Jalisco, en 2001, y del Altiplano, en el Estado de México, en
2015, contribuyeron a su fama, hasta que fue capturado en 2016 y
extraditado a Estados Unidos en enero de 2017.
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