De El Financiero
Leticia Hernández Diana Nava
El Gobierno de México y Carso, IEnova y TC Energy, empresas constructoras de gasoductos para la Comisión Federal de Electricidad (CFE) llegaron a un acuerdo por el cual la administración federal ahorrará 4 mil 500 millones de dólares, aseguró este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Quiero señalar o subrayar que esto fue posible por la voluntad, la disposición al diálogo de los empresarios. Legalmente
ya se habían firmado los contratos, ya se habían acordado condiciones
que nosotros consideramos dañinas para la Hacienda pública, y por eso se
acudió a los dueños de las empresas para que, haciendo a un lado los
compromisos legales, se llegara a un acuerdo en beneficio de todos",
dijo.
López Obrador destacó la voluntad del empresario Carlos Slim en las negociaciones, pues "fue el primero en llegar a un acuerdo con la comisión", así como la participación de Carlos Salazar Lomelín y Antonio del Valle, presidentes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN).
El
presidente del CCE confirmó la cifra dada por López Obrador sobre que
el proceso de negociación con las empresas concluyó con un ahorro de 4
mil 5oo millones de dólares para el Gobierno.
Sobre el proceso de renegociación con Fermaca, este sigue vigente, agregó el mandatario.
El acuerdo permitirá la comercialización de 8 mil 200 millones de pies cúbicos de gas natural al día, señaló Manuel Bartlett, director de la CFE.
Bartlett
agregó que, en consecuencia, el primer canal de distribución que
entrará en operación después de este anuncio será el ducto Sur de
Texas-Tuxpan, que llevará el producto a la zona Golfo y centro de
México.
La industria privada coincidió al unísono en que el acuerdo anunciado en Palacio Nacional dará certidumbre a los inversionistas.
“Esto
marca el inicio de un proceso de inversión importante en el país, todos
lo estábamos esperando. Ha sido un ganar–ganar”, dijo Carlos Salazar
Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), quien en
conjunto con Antonio del Valle, del Consejo Mexicano de Negocios, fungió
como mediador en las negociaciones.
“Dio
espacio a los empresarios y tuvo la sensibilidad de entender la
situación”, dijo Sergio Ampudia Mello, presidente del grupo promotor de
la Cámara Nacional de la Industria Energética.
La calificadora Moody’s también se pronunció al respecto. “El acuerdo entre CFE y empresas constructoras de
los gasoductos es un factor positivo para el crédito de estas empresas,
ya que brinda certidumbre a las inversiones y asegura que los proyectos
seguirán avanzando”, dijo Roxana Muñoz, analista de la firma.
Tras el anuncio, las acciones de Grupo Carso, vieron un aumento de 2.11 por ciento, las de IEnova y TC Energía avanzaron en 1.66 y 0.94 por ciento, respectivamente, incluso las acciones de Fibra CFE subieron 3.64 por ciento.
Al
anunciar el acuerdo durante la conferencia mañanera de López Obrador,
el empresario Carlos Slim subrayó la importancia de que con los
gasoductos ser podrá acceder al “gas más barato del mundo”.
El conflicto entre la Comisión Federal de Electricidad y Carso, IEnova, TC Energy y Fermaca data desde febrero de este año, cuando Bartlett señaló que los contratos con esas empresas generaban daños a las arcas de la empresa.
Bartlett
dijo entonces que se firmaban contratos “realmente leoninos” en los
cuales los constructores privados tienen que pagar todo el tránsito de
la construcción de los ductos, pero por cualquier caso de fuerza mayor
que impida la construcción obliga a la CFE una pena como si estuviera recibiendo el gas sin recibirlo.
Los
contratos de compra garantizada de suministro de gas, donde la empresa
de servicios públicos paga la factura ya sea que obtenga o no el
combustible, no es infrecuente como un medio para garantizar a desarrolladores de tuberías que sus inversiones valdrán la pena.
Los
retrasos en la construcción —los operadores dicen que no fue su culpa—
significaron que México comenzó a pagar los envíos incluso cuando el gas
no fluía.
Por esta situación, la CFE presentó en julio seis reclamaciones de arbitraje preliminares en Londres y una en París dirigidas a gasoductos de gas natural en construcción, entre otros.
En su momento, Bartlett señaló se había tomado esta decisión porque dichas empresas habían entablado primero procesos de arbitraje en el extranjero.
Esta afirmación fue negada por el
embajador de Canadá en México, quien remarcó que las compañías, entre
las que se encuentra la canadiense TC Energy, en realidad lo que habían
buscado eran amparos.
Los
gasoductos son una salida importante para una gran cantidad de gas
producido en Estados Unidos, y México necesita las importaciones de
combustibles fósiles para generar energía para hogares y fábricas, ya que sus antiguos campos no producen lo suficiente para satisfacer la demanda.
Las importaciones del país de gas estadounidense a través de gasoductos
se ha más que cuadruplicado desde finales de 2013, a más de 5 mil millones de pies cúbicos por día, según datos recopilados por Bloomberg.
Faltan detalles
Analistas consultados coincidieron en que el acuerdo, más allá de los términos, es positivo para el país, pues dará certidumbre a las inversiones. “El gobierno demostró que sí sabe oír razones”, dijo Miriam Grunstein, especialista en el sector.
La
parte central del acuerdo, del cual no se han revelado muchos detalles,
se basa en una disminución inicial de tarifas en hasta 38 por ciento y
un aumento en el tiempo de vigencia de los contratos de 25 hasta a 30 o
35 años.
La CFE buscaba dentro de la negociación un desembolso de 3 mil millones de dólares. Sin embargo, en los detalles dados este martes no se mencionó algo relacionado con esta cantidad.
El ahorro de 4 mil 500 millones de dólares mencionado por López Obrador fue cuestionado por analistas.
“Momentáneamente habrá un ahorro porque se prorrogaron los pagos”, dijo Grunstein.
“Es
un ahorro mal entendido porque es sobre el valor nominal, no sobre el
valor presente neto”, dijo Bernardo Cortés, asociado senior de Dentons
López Velarde; “lo único que están haciendo es que estás pateando el
bote, no que estés atacando el problema de raíz, explicó.
Con información de Bloomberg y Axel Sánchez
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