De La Jornada
Astillero
Julio Hernández López
▲ Durante el congreso nacional extraordinario de Morena, en el que
participaron más de mil 300 consejeros, se tomó protesta a Alfonso
Ramírez Cuéllar (centro) como presidente interino del comité nacional de
ese partido en sustitución de Yeidckol Polevnsky, quien impugnará la
decisión.Foto Jesús Villaseca
Siendo sus motivaciones
esenciales absolutamente válidas y susceptibles de compartir, la
Caminata por la Verdad, Paz y Justicia fue afectada por las biografías e
intenciones de algunos de sus principales convocantes, como los
hermanos LeBarón, que están inaugurando el activismo político en México
con copia ejecutiva para Estados Unidos, y el poeta Javier Sicilia,
exigente de ser recibido en persona por el presidente Andrés Manuel
López Obrador en esta, su primera reaparición luego de nueve años de
retraimiento, en un lapso que incluyó el silencio total durante la
administración de Enrique Peña Nieto.
Con una baja respuesta ciudadana, más la respetable participación de
organizaciones de legítima defensa de derechos humanos y de búsqueda de
desaparecidos, la mencionada caminata concitó el interés, promoción y
asomo de figuras relacionadas con la oposición al obradorismo, que han
intentado varias vías de organización contra la administración federal
actual. La marcha, además, recibió una cobertura mediática excepcional,
centrada en los perfiles distintivos de sus principales figuras, Sicilia
y los LeBarón.
Sin embargo, los líderes de dicha caminata se creyeron inflados de
tal manera que exigieron que una marcha de poca monta numérica,
impugnada en redes sociales e incluso mediante presencia de
simpatizantes de AMLO en el propio Zócalo capitalino a la llegada de los
marchistas, tuviese en su debut una obligada atención personal del
Presidente de la República, en la hora y lugar fijados por dichos
dirigentes, quienes confundieron la fuerza de sus motivaciones
originales con la capacidad de imponer agenda e interlocutores.
El tamaño de la desproporción de los dirigentes de la caminata quedó
de manifiesto al negarse a dialogar y buscar puntos de acuerdo con el
gabinete de seguridad en pleno, es decir, con los secretarios de
Gobernación, Protección y Seguridad Ciudadana, Defensa Nacional y
Marina, entre otros servidores públicos de primer nivel. Sólo entregaron
a algunos de estos un documento de propuestas para que sean analizadas
directamentepor el presidente López Obrador. Sobran organizaciones de lucha social con persistencia de muchos años que apreciarían en extremo la oportunidad de ser atendidas por un conjunto de funcionarios de ese nivel y, si sus intenciones fueran en el sentido de avanzar en la solución de sus demandas, difícilmente se negarían a hablar con amplitud con un gabinete sectorial en pleno. El propio Sicilia dijo
no tenemos nada que hablar con el gabinete de seguridady señaló que
Si (AMLO) nos recibe o no, ese es su problema.
El gravísimo problema de la inseguridad pública en todo el país, el ascenso dominante de los cárteles
del crimen organizado y de bandas e individuos criminales y la
ineficacia de las políticas públicas desplegadas hasta ahora para
enfrentar esa crisis heredada pero ni siquiera paliada, no deberían
convertirse en instrumentos de oposición personalizada, a menos que el
propósito sea justamente el de inflar y sostener una confrontación
política al Presidente de la República, más allá de las motivaciones
oficiales de esas marchas y protestas.
La facción de Morena que encabeza Bertha Luján, la candidata
cuasioficial a presidir ese partido por un periodo completo, realizó
ayer un congreso nacional extraordinario que, tal como se preveía,
decidió desplazar a Yeidckol Polevnsky de la presidencia del comité
nacional y, en secuencia, instalar de manera interina a Alfonso Ramírez
Cuéllar, ex dirigente de El Barzón y actual diputado federal y
presidente de la estratégica Comisión de Presupuesto Público, cargos
estos a los que pedirá licencia para encargarse de dirigir esa sección
de Morena. El congreso y sus decisiones serán impugnados por la vía
judicial y ello podría llevar a que durante un lapso hubiera dos
sedicentes presidentes de Morena: Polevnsky y Ramírez Cuéllar. ¡Hasta
mañana!
Twitter: @julioastilleroFacebook: Julio Astillero
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