De La Jornada
Astillero
Julio Hernández López
▲ ROBLES LLEVA
PORRA. Mientras Rosario Robles comparecía ayer ante un juez del Reclusorio Sur, afuera familiares y amigos de la ex secretaria de Desarrollo Social se manifestaron en favor de que alcance pronto su libertad.Foto Víctor Camacho
Al original Instituto Federal
Electoral (IFE) le cambiaron una palabra, para que quedara como
Instituto Nacional Electoral (INE), pero en esencia todo ha seguido
igual: es un organismo público teóricamente autónomo que prepara y
realiza las elecciones federales en México, aunque en la realidad ha
sido en su cúpula ejecutiva una instancia de procesamiento (fraudulento
en varios casos históricos) de esas jornadas comiciales conforme a los
intereses de los grupos políticamente dominantes desde que Carlos
Salinas de Gortari creó tal instancia, en 1990 (como
respuestaa las acusaciones de fraude electoral e ilegitimidad de su llegada a Los Pinos), pasando por la Docena Trágica de Vicente Fox y Felipe Calderón (éste, otro caso escandaloso de fraude electoral), hasta llegar a 2018, cuando una aplastante suma de votos y una convenenciera atrofia mapacheril de última hora de Enrique Peña Nieto inutilizaron cualquier pretensión de adulterar los resultados.
En términos generales, los consejeros ciudadanos o electorales del
IFE y del INE han sido designados en función de repartos por cuotas
entre los principales partidos políticos, cuyos representantes para
estos efectos negocian como podría hacerse en un tianguis, incluso
intercambiando favores o designaciones en otros ámbitos, como el Poder
Judicial, organismos
autónomoso cargos directivos en el Poder Ejecutivo, a cambio del voto de los
opositorespara que el partido dominante se haga del control del IFE-INE. Claro, esos opositores se quedan con algunos asientos en el consejo de esos institutos electorales.
A fin de cuentas, los consejeros así nombrados suelen obedecer a las
instrucciones políticas de sus promotores individuales o partidistas. Ha
habido ejemplos de posturas decorosas, sobre todo en el periodo
presidido por José Woldenberg (1994- 1996), con el periodista Miguel
Ángel Granados Chapa y el abogado José Agustín Ortiz Pinchetti (actual
fiscal especializado en asuntos electorales) como figuras relevantes. En
otros momentos, destacaron el abogado Jaime Cárdenas Gracia, Mauricio
Merino y Jesús Cantú (segundo de a bordo, actualmente, en la
coordinación de comunicación social de la Presidencia de la República,
con Jesús Ramírez Cuevas).
Pero, más allá de las intensas discusiones que pudieran darse en el
Consejo General del IFE o el INE, donde participan representantes del
Poder Legislativo y de los partidos políticos con registro (todos éstos
con voz, pero sin voto, a diferencia de los 10 consejeros electorales y
el presidente, que tienen voz y voto), la clave operativa está en la
Junta General Ejecutiva que preside la misma persona que preside el
Consejo General, actualmente Lorenzo Córdova Vianello.
Es desde esa Junta General Ejecutiva, su presidente, secretario
ejecutivo y directores ejecutivos, que se despliega la operación real.
Una estructura amplia, que consume una gran cantidad de recursos y desde
la cual, si así se desea, se pueden sembrar maniobras y luego cosechar
resultados que permitan presentar como veraces los resultados de una
votación que no lo hubieran sido.
Como puede verse, la integración del actual Consejo General del INE y
de sus órganos ejecutivos ya no corresponden a una realidad política
que cambió el pasado julio de 2018. En abril próximo deberán renovarse
cuatro de los 11 asientos de ese Consejo General, en una decisión
legislativa en la que Morena, PT, PES y el Verde pueden hacer que se
cumplan las propuestas que por política real vendrán de Palacio
Nacional. Ya con un consejero proclive a Morena, más estos cuatro por
nombrar y alguno que ceda a lo pragmático, el obradorismo tendría
mayoría.
Es de desearse que el poderío numérico de Morena-Palacio Nacional
instale perfiles cívicos sin partidismo semioculto o condicionante.
Pero, lo que sí es seguro, es que el modelo faccioso y proclive al
fraude electoral del IFE-INE está por cambiar, al igual que directivas
ejecutivas como la que hoy encabeza Lorenzo Córdova. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastilleroFacebook: Julio Astillero
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