De La Crónica
Crecen actos de pillaje en plataformas de Pemex
Cronica
Crecen actos de pillaje en plataformas de Pemex
Los atracos se concentran en Campeche y Tabasco. Detonantes.
La empresa lo atribuye a la reducción de áreas de seguridad y a la
crisis económica regional desde 2016. Ilícitos. Roban cargamentos de
crudo y equipo; aún no determinan si los autores son “pescadores” o
“bandas sofisticadas”.
[ Primera Parte ]
El desmantelamiento progresivo de Pemex y la crisis económica en las
zonas petroleras de Campeche y Tabasco dispararon los actos de pillaje
en plataformas y terminales marítimas, de acuerdo con datos de la propia
empresa.
Mientras en la década previa a la crisis, antes de 2016, los actos
vandálicos en perjuicio de la petrolera eran ocasionales, uno cada tres
meses, a partir del segundo semestre de ese año y hasta la fecha el
promedio es de casi uno al día.
En los últimos 42 meses —de julio de 2016 a diciembre de 2019— la petrolera tiene registrados 936.
Los atracos se han concentrado en dos regiones marinas: la Suroeste,
con 508 —el 54.3 por ciento—, la cual abarca instalaciones en aguas
territoriales colindantes a Ciudad del Carmen, en Campeche, considerada
durante más de 40 años la capital petrolera del país; a Centla, Paraíso y
Cárdenas, en Tabasco, y a Coatzacoalcos y Aguadulce, en Veracruz.
Y la Noreste, con 428 —el 45.7 por ciento—, la cual comprende
estructuras en los litorales aledaños a la ya referida Ciudad del
Carmen, Hecelchakán, Champotón, Tenabo y Calkiní, en Campeche, además de
los límites costeños de Yucatán y Quintana Roo.
Se trata del robo de cargamentos de crudo y de herramientas y
materiales, en especial válvulas, rollos de cable eléctrico, tableros de
control y de seguridad, monitores, reguladores, bombas hidráulicas,
baterías, gabinetes, mallas, luces de navegación y hasta placas
antiderrapantes u otros componentes de helipuertos.
El hurto incluye equipos de trabajo como cascos, botas, pantalones, chaquetas y salvavidas.
“Los actos ilícitos en la Zona de Plataformas Marinas y en la
Terminal Marítima de Dos Bocas se habían presentado de manera
esporádica, presentándose un aumento considerable a partir del segundo
semestre de 2016, coincidiendo con la liberación de las Zonas de
Seguridad en la Sonda de Campeche y con la baja de la economía de la
región”, refiere el reporte de Pemex.
LA FARSA. De manera paradójica, la liberación del
perímetro de seguridad en derredor de las instalaciones petroleras,
ahora citada como detonante de la delincuencia, fue anunciada por el
gobierno de Enrique Peña Nieto a principios de mayo de 2016, como parte
de un supuesto Programa de Reactivación Económica y Desarrollo
Productivo para Campeche y Tabasco, cuyas economías habían comenzado
entonces un proceso de deterioro.
La medida requirió de un Acuerdo, publicado en el Diario Oficial de la Federación
el 11 de octubre de ese año, en el cual se redujo el área de seguridad
“alrededor de los pozos, plataformas y demás instalaciones para la
exploración y extracción de hidrocarburos en zonas marinas mexicanas”, a
sólo 500 metros, con el argumento de impulsar el desarrollo pesquero y
acuícola en la región.
“Esto significa que se autoriza la pesca en una zona en la que estaba
prohibida, que se extiende aproximadamente a 10 mil kilómetros
cuadrados, lo que permitirá que un importante número de pescadores
puedan ejercer su actividad”, justificó Peña.
Este decreto pretendió anular el Acuerdo Secretarial 117 del 11 de
septiembre del 2003, signado para determinar áreas de exclusión para los
pescadores y áreas de prevención en torno a las más de 230 plataformas
de la compañía nacional.
Pero el 7 de diciembre de 2017, apenas unos meses después de la
decisión de Peña y ante el incremento desmesurado de los saqueos, la
Secretaría de Marina intentó revertir con urgencia aquella liberación,
ampliando de nuevo los polígonos en un radio de 5 mil metros.
“Recientemente se han presentado una serie de robos y actos
vandálicos a la infraestructura petrolera por medio de embarcaciones
menores que se encubren con las embarcaciones ribereñas dedicadas de
manera legal a realizar actividades de pesca. Estas circunstancias han
provocado cuantiosos daños y pérdidas materiales, que ponen en riesgo de
sufrir daños mayores a las plataformas y afectar al proceso de
producción petrolera. De generalizarse un esquema de inseguridad en la
Sonda de Campeche, se podría afectar el flujo de inversión nacional
privada y extranjera, elementos fundamentales de la reforma energética”,
expuso la dependencia en el acuerdo modificatorio.
Sin embargo, sin una política federal clara sobre el tema y entre
jaloneos en Sagarpa, Semar, Pemex y autoridades estatales, hubo quien, a
nivel local, impulsó la idea de una apertura no de 10, sino de 15 mil
kilómetros cuadrados, lo cual facilitó aún más, según la petrolera, el
accionar de la mafia.
CONTUBERNIO.¿Quiénes son los malhechores?... Las visiones son opuestas.
“Participa gente que se dedicaba a la pesca en Ciudad del Carmen, que
conoce esas rutas exclusivas, que tiene medios de transporte, pero
están en complicidad con las autoridades, porque saben dónde
comercializar el combustible robado y la Marina parece extraviada en el
asunto”, asegura Moisés Frutos, investigador de la Universidad Autónoma
del Carmen.
—¿Complicidad?
—Hemos recabado testimonios de quienes trabajan en plataformas y lo
que nos dicen es que no son ataques piratas con grupos armados hasta los
dientes, sino actos consentidos por los capitanes de navíos, quienes
llegan a acuerdos para comercializar el combustible, para entregar lo
que tienen en sus tanques u ordeñar los buques oficiales de Pemex;
incluso nos han contado que la tripulación se reparte el dinero del
botín.
“Hay otras instalaciones petroleras en desuso por los contratos de la
reforma energética que se incumplieron; dejan a cuatro o cinco
trabajadores de Pemex que, cuando llegan los bandoleros, no oponen
resistencia. En algunos casos los robos se atribuyen a quienes han sido
lancheros, pero no hay evidencia concreta”, refiere Esther Solano
Palacios, otra investigadora de la UNACAR.
Y desde un ángulo distinto, Ramón Martínez, experto en acuacultura de
la Universidad local, descarta criminalidad por parte de los
pescadores: “Son organización de otro tipo. Los pescadores normalmente
no saben qué hay en una plataforma ni tienen las herramientas para
desmontar las estructuras; quien conoce el valor de los equipos es gente
que ha operado ahí. Son bandas más sofisticadas, que se han venido
especializando con el tiempo y se camuflajean. Hay pescadores que
incluso han sido afectados: les roban sus motores, sus lanchas, los
dejan a las deriva”.
Pero el problema, cristalizado en los atracos, también encierra historias de vida en la desmoronada zona petrolera…
LA ESTRATEGIA EN EL GOBIERNO DE AMLO
► La actual administración todavía no define las zonas de seguridad
en torno a las instalaciones marítimas o terminales de Pemex. Hasta
ahora, para el resguardo, ha apostado por la coordinación de su
Subdirección de Salvaguarda con la Guardia Nacional, la Secretaría de la
Defensa y, sobre todo, la Secretaría de Marina.
► A partir de este año se firmó un convenio con Semar, para que al
menos dos marinos realicen labores permanentes de protección en
plataformas, en jornadas de rotación de 14 horas. En una primera etapa,
han subido a bordo alrededor de 80 elementos, pero el número crecerá
este año.
► Hasta 2019 no se había apostado por la presencia física, y las
labores de vigilancia se reducían al uso de helicópteros, lanchas
interceptoras y drones.
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