De La Jornada
Astillero
Julio Hernández López
▲ CRECE EL CONFLICTO EN LA UNAM. La jornada de ayer en la Universidad
Nacional Autónoma de México inició con un fallido intento por cerrar la
Facultad de Derecho y finalizó con decenas de encapuchados intentando
romper las puertas de la Rectoría a martillazos. En tanto, tres nuevas
escuelas iniciaron paros de labores, con lo que este miércoles no tienen
clases más de 60 mil estudiantes de nueve planteles.Foto Alfredo Domínguez
El ácido conflicto interno de
Morena pone de relieve, en particular, la crisis del sistema actual de
partidos políticos. Puede confirmarse al ver hoy la deshilachada textura
organizativa e ideológica de un partido que fue espectacularmente
triunfador a pocos años de su constitución, pues obtuvo en 2018 la
Presidencia de la República y la mayoría en el Poder Legislativo federal
mediante una histórica cosecha de votos y que no ha cesado de obtener
victorias electorales, además de estar ensanchando su dominio en el
Poder Judicial y en organismos de gobierno teóricamente autónomos.
Sin embargo, Morena no ha sido un partido sino un instrumento formal
para hacer viable el acceso al poder público de un personaje con un
arrastre social y electoral impresionante: Andrés Manuel López Obrador,
quien ha constituido un movimiento popular variopinto desde su arribo a
las grandes ligas de la política mexicana en 2000, al ganar la
gubernatura de la Ciudad de México al mismo tiempo que su entonces jefe
político y principal impulsor, Cuauhtémoc Cárdenas, perdía en otro
intento por alcanzar la Presidencia de la República.
El poder político real reside, pues, en la persona del popular López
Obrador y no de una organización partidista estable y trascendente. Por
ello es que la vida de Morena ha sido políticamente paupérrima en
comparación con la enorme prosperidad del personaje dominante: no
importa Morena, ni sus conflictos y desaguisados, pues la fuerza
verdadera, el motor electoral, la figura convocante, está en Palacio
Nacional, activa desde las primeras horas del día, viajera en fines de
semana, discursiva y proselitista: un Presidente en campaña y una
presidencia con la vista puesta en las intermedias de 2021 y en la
sucesión presidencial de 2024.
Pero, si tal es la condición maltrecha de la Morena que dicen
presidir Yeidckol Polevnsky y Alfonso Ramírez Cuéllar, cada cual por su
lado y en espera de una resolución del tribunal electoral federal, peor
es la situación de sus partidos adversos. Lo que queda del Partido
Revolucionario Institucional es una famélica estampa de recuerdo de lo
que fue el partido hegemónico y el otro partido que ha ocupado Los
Pinos, Acción Nacional, se remueve en la intrascendencia aspirando a que
de ahí salgan himnos guerreros imposibles. Del resto de los partidos
poco hay que decir: son meros amasijos de intereses regionales y
grupales, atenidos a los golpes de suerte de sumarse a proyectos
electorales o camarales que les compartan rebanadas proporcionales.
Es viable, en ese escenario, aspirar a que tal sistema de partidos, y
su tinglado institucional, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), dejen de
funcionar como lo hicieron durante la larga noche controlada por el PRI
y el PAN. Es un clamor popular que ya no se entreguen tales carretadas
de dinero a los partidos y que se reforme, con gastos también a la baja,
a los muy desacreditados INE y TEPJF.
Astillas
Donald Trump rindió ayer su tercer discurso sobre el
Estado de la Unión y, con un sostenido tono de aires electorales y entre
constantes aplausos de la élite de sus seguidores, habló del nuevo
tratado comercial entre Estados Unidos, Canadá y México como un triunfo
político de él mismo. Además, mencionó el avance en la construcción del
muro fronterizo. Trump enfila todo hacia la búsqueda de su segundo
periodo presidencial... A diferencia de lo sucedido con los gobernadores
priístas, que luego de una reunión en Palacio Nacional con el
presidente López Obrador anunciaron su adhesión al Instituto Nacional de
Salud para el Bienestar (Insabi), los panistas comieron con el político
tabasqueño pero aún no firmaron los convenios correspondientes, pues
esperarán a que haya corridas financieras sobre el tema que los dejen
convencidos... Y, mientras se ha aceptado la inminencia de la llegada
del coronavirus a México (el subsecretario de Salud dijo que es de
Twitter: @julioastilleroaltísima probabilidad), ¡hasta mañana!
Facebook: Julio Astillero
juliohdz@jornada.com.m
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