De La Jornada
Astillero
Julio Hernández López
C
omo el mismo subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, lo recordó durante la conferencia presidencial mañanera, el plazo mínimo de riesgo en cuanto al coronavirus en México es de unos tres meses.
Es probable que las anteriores menciones relacionadas con la duración estimada de la crisis de salud no hubiesen sonado en su momento tan impactantes como sucedió ayer, pues en las horas recientes se ha ido formalizando en la percepción colectiva la dimensión del problema que hasta ahora parecía agravado sólo en arenas extranjeras.
La actualización cronológica del subsecretario que es más activo, al menos en términos mediáticos, que muchos otros secretarios, incluyendo al de Salud, se produjo con antelación al encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con su gabinete extendido, según hizo saber la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
Temas prioritarios, se precisó que era la causa de la convocatoria.
Esta reunión cumbre se realizó el mismo día en que el peso llegó a canjear 23.2 unidades por dólar y el precio de la mezcla del crudo mexicano de exportación llegó a 18.78 dólares por barril. En el curso del martes aumentó la presión de los partidismos adversos a López Obrador, sobre todo desde los flancos de Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.
A la hora de cerrar la presente columna, no había terminado la sesión del Presidente de la República con su gabinete. Es probable que el reloj técnico y político haya llevado al habitante del Palacio Nacional a la toma de decisiones más fuertes. El subsecretario López-Gatell concitó el enojo de diversos segmentos antiobradoristas por la referencia a que el Presidente es una fuerza moral y no una fuerza de contagio. Además de los ataques directos al citado funcionario de Salud, podrían haberse considerado en la reunión presidencial el tono y la cantidad de acciones de sus opositores, acusándolo de inacción e ineficacia en el tratamiento del tema mundial del coronavirus. De lo que se haya acordado en esa reunión se comentará en la próxima entrega de esta sección.
Astillas
En el conjunto de medidas preventivas contra el coronavirus que se están adoptando en el país destaca (por el impacto en una zona delicada como es la fe, en este caso la católica) la cancelación, por este año, de la representación del Viacrucis en la ahora alcaldía de Iztapalapa, a cargo de Clara Brugada. Según se informó, esa medida fue acordada con el comité organizador, que a su vez representa a los pueblos de esa demarcación. A cambio, habrá una escenificación simbólica, con pocos actores y transmisión televisiva… El secretario de Protección y Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo, aseguró que en las cárceles mexicanas se tomarán
las medidas de aislamiento necesarias para evitar el contagio entre esa población, en la eventualidad de que se presente algún caso positivo. En Irán, en cambio, se han liberado temporalmente 85 mil presos y en otros países y en partes de Estados Unidos se estudia la posibilidad de dejar en libertad a presos por delitos menores y no violentos, para conjurar el riesgo de motines o de contagios masivos incontrolables... Y, mientras la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sigue considerando que aún no se deben tomar medidas más fuertes para evitar el contagio del CV, pues ella asume que su responsabilidad es la salud pública,
pero también la seguridad y la economía, el bienestar de la población, además que la presunta precandidata presidencial (3P) estima que
todo a su tiempo... ¡hasta mañana, con Donald Trump ligando abierta, electoralmente, el coronavirus con los migrantes mexicanos, al anunciar que devolverá de inmediato a México a quienes ingresen sin la documentación adecuada y señalando que hay riesgos de contagio en los centros de detención y en otras zonas adonde llegan los trabajadores mexicanos!
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