
En Palacio Nacional hay una lectura más profunda de esta situación y viene a sostener que detrás de la reaparición de la ex dirigente se encuentra Marcelo Ebrard.
La lógica sería que Yeidckol le quite votos a Claudia Sheinbaum y que eso le permita al ex canciller reducir la brecha con su competidora más consistente. Así Yeidckol, solo por una cuestión de género, le reste dos o tres puntos, es una ganancia que puede ser decisiva para Ebrard.
Este plan, meses atrás, en los los largos conciliábulos del bunker de Ebrard en la colonia Del Valle, en la CDMX, se iba a ejecutar con Tatiana Clouthier pero se hizo imposible por ciertos detalles vidriosos referidos a su salida de la Secretaría de Economía.
Yeidckol asoma así como una opción secundaria y reemplaza a Clouthier. Es notable: dos actrices principales de la llegada de Andrés Manuel López Obrador al Gobierno que terminan el sexenio en una periferia lejana y en ambos casos con señalamientos muy inquietantes por parte del círculo primario de la 4T.
Yeidckol entiende que va a entrar a las encuestas por la fuerza judicial y en ese sentido tiene en su favor el cabildeo de un interesado con fuertes nexos en la justicia electoral: el ahora ex mandamás del Senado Ricardo Monreal. Reducir a Sheinbaum en las encuestas es un objetivo primordial.
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