miércoles, septiembre 09, 2015

“Vivimos en un narcoestado”: Solalinde

De Radio La Nueva Repùblica

A mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto, el padre Alejandro Solalinde observa un gobierno discursivo y mediático frente a una realidad de atropello a derechos humanos. “Vivimos en un narcoestado”, reconoce el defensor de derechos humanos. A la Iglesia la llama a volver “al modelo de Jesucristo…Era gente del camino, no gente acomodada; era gente que sentía y vivía la inseguridad, el hambre…”

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Reportero:Inés García Ramos

La labor del padre Alejandro Solalinde Guerra no para.
Desde que en 2007 fundó el albergue ‘Hermanos en el Camino’ en Ixtepec, Oaxaca, ha dedicado su vida a la defensa de los miles de migrantes que atraviesan México.
Este año recibió apoyo de Naciones Unidas para abrir un segundo refugio, también en Oaxaca, para alojar familias, mujeres y niños.
“Nos han llegado bastantes jóvenes, menores no acompañados y estamos abriendo una casa ‘Menores en el camino’ para darles espacio”, explica con calma.
Horas antes, frente a un auditorio lleno en El Colegio de la Frontera Norte (Colef), donde acudió a hablar sobre la vulnerabilidad de los migrantes, reconocía la contrariedad de su figura.
“Los albergues son un paliativo, la solución es que ni siquiera existieran albergues y ojalá que ni siquiera existiera la necesidad de defensores y defensoras de derechos humanos”.
Sin embargo, sabe que su papel es necesario en un país cuya realidad es dictada por un gobierno priista, discursivo, de atropello a los derechos humanos.

Tráfico de órganos: “El aniquilamiento total de la persona”

Son muchos quienes se acercan a Solalinde. No solo religiosos o activistas, también quienes han vivido y atestiguado crímenes cometidos en su contra.
Aunque desde 2007 le llegaron noticias del tráfico de órganos de migrantes en Veracruz, después en Michoacán y Oaxaca, fue hasta hace poco en California, donde conoció el modo de operación de quienes “reducen a la persona, la venden en partes”, particularmente en Tijuana.
— Padre, usted ha documentado grandes crímenes cometidos contra migrantes y sobre todo la impunidad en la que se sumergen estos actos. Recientemente hablaba del tráfico de órganos, suena verdaderamente una historia de barbarie. ¿Qué sabe, dónde lo ha visto, qué nos puede decir?
“Es un acto de barbarie, quizá lo último que se pueda hacer contra un ser humano para transformarlo en mercancía. Reducir a la persona, venderla en partes, matarla, separarla de su familia, cortarle las alas de sus aspiraciones, impedir que siga su destino. Es el aniquilamiento total de la persona. Esto que se está haciendo sobre todo aquí en Tijuana y en la frontera norte, es una prueba del contexto de deshumanización general que estamos viviendo en la sobrevaloración del dinero, el desprecio hacia la persona, el desconocimiento de su dignidad, obviamente a sus derechos humanos y nos habla de un sistema perverso que se ha corrompido cada vez más y que ha corrompido a la clase política que finalmente es cómplice por omisión, acción y comisión con estos grupos delictivos y estas formas inhumanas, diabólicas de sacar dinero a costa de las personas”
El padre Solalinde narra cómo estos traficantes de órganos –entre quienes se encuentran médicos— se convirtieron en testigos protegidos del FBI.
“Hicieron una demostración en un cadáver, una persona que ni siquiera era de personal médico, aprendió a retirar la piel en minutos”, describe mientras recorre su dedo índice derecho desde el inicio de su antebrazo izquierdo hasta la muñeca, “mientras médicos retiraban órganos internos”.
Explica que estos traficantes, engañan a los migrantes, particularmente a familias, con ofrecimientos de apoyo o traslados dentro de Estados Unidos. Luego de reunir a familias, particularmente mujeres y niños, los separan “y los tienen para ser sacrificados cuando fuera necesario, cuando hubiera la petición del órgano solicitado”.
Y es el que el tráfico de órganos, representa ganancias por encima de la trata, el narcotráfico o la venta ilegal de armas.
“Estamos hablando de más de 100 mil dólares por cada órgano, córnea, piel, órganos internos. Todo se vende. Cuando se extraen los órganos de la persona que ya se sacrifica, lo que queda se manda a un crematorio y no queda nada, ni ceniza”.
De acuerdo con el sacerdote, estos traficantes explican que los procedimientos se realizan como si se tratara de “donadores voluntarios, nunca se dice que son migrantes ni tampoco los beneficiarios preguntan ni quieren saber de dónde vinieron porque finalmente lo que les interesa es su vida y pagan por eso, lo que sea”.
Entonces viene la pregunta del propio Solalinde, “De estas investigaciones, el FBI seguramente dieron vista al gobierno de México, ¿por qué no ha hecho nada? ¿Por qué no han investigado? ¿Por qué aquí en Tijuana no se ha investigado nada?”.
— ¿Son cárteles de las drogas o qué organizaciones?
“Son cárteles con su brazo político, porque hay que decirlo, imposible hablar de solo cárteles. Es inseparable, vivimos en un narcoestado”.
— ¿Cuáles son sus clientes, podrían ser gente de dinero o de poder?
“Gente que puede pagar, los pobres nunca van a estar en lista de espera”.

“Peña Nieto no tiene nada que decir en el informe”


Con la entrega del tercer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, ¿qué diagnóstico tiene de este país bajo la administración priista?
“Es una política discursiva y mediática. Es un gobierno que hace su función ante las cámaras, no sale de Los Pinos o si sale, es bien custodiado. La realidad de la acción del gobierno priista, es discursiva. Lo que sí es real el atropello a los derechos humanos en los migrantes, la complicidad con los cárteles, la omisión con las mujeres. Peña Nieto no tiene nada que decir en el informe, ni siquiera verlo porque voy a hacer corajes, pero voy a tener que hacerlo para ver las mentiras que dice porque es un gobierno cínico”.
—En ZETA documentamos que en los 32 meses de gobierno de Enrique Peña Nieto han sido ejecutadas 57 mil 410 personas, la cifra supera incluso al número de asesinatos violentos ocurridos en los primeros tres años de gobierno de Felipe Calderón y supera por miles a la cifra oficial, ¿qué es lo que está pasando en México que se puede asesinar con tanta impunidad?
“En México el gobierno es simulador e impune”.
— ¿Qué papel juega Estados Unidos en este derrame de sangre?
“Estados Unidos tiene un papel muy importante en tanto que es el que vende armas, el que genera la guerra contra las drogas. También es culpable porque sostiene a este gobierno títere, atropellante de derechos humanos”.
—Padre ¿deben preocupar los discursos de odio de Donald Trump en contra de los migrantes, de los mexicanos? Pretende ser el próximo presidente de Estados Unidos.
“No me preocupa lo más mínimo porque esas voces las ha habido siempre. Estados Unidos ha traído ya en su sangre, el racismo y la discriminación. Entonces, el hecho de que un candidato tenga que ser racista y xenófobo para tener prestigio en una sociedad que se supone con esas cualidades, va a ganar, no habla más que hacer una radiografía real del pueblo norteamericano”.
“Ellos están muy preocupados por las fronteras, son paranoicos y piensan que los migrantes son una amenaza, no. La amenaza son los poderes fácticos que están ahí adentro, los adoradores del dinero, los de capital financiero, los dueños de las armas. La frontera es un efecto psicológico positivo para ellos, si con eso se pueden calmar, que estén tranquilos poniendo muros de ocho metros de alto”.

Iglesia invierte solo en sí misma


— ¿Padre, usted ve una postura más abierta de la Iglesia en cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción que puedan realizar estas parejas? ¿Hacia dónde se dirige la Iglesia Católica?
“La Iglesia lo que está haciendo es aceptar la realidad que ya está. La Iglesia como institución monárquica había impuesto una uniformidad y no había querido reconocer lo que siempre ha existido, una diversidad. No había manera de disentir, de pensar, de creer de manera diferente”.
Solalinde no viste su fe con un cuello eclesiástico ni sotana, la lleva en forma de una cruz de madera que fue tallada por un artista y luego patentada por empresarios de León, Guanajuato como favor al sacerdote.
No se trata de un intento por lucrar con la cruz que siempre cuelga de su cuello, sino para evitar que la Iglesia cobre por el uso de ésta por si un día así se le ocurre hacerlo, cuenta Solalinde como una alegre anécdota.
“La Iglesia ha sido mandada para buscar el reino de Dios y su justicia y no lo ha hecho, no ha evangelizado ni buscado la justicia. Más bien ha captado a la feligresía como clientes. Esto que ha hecho es invertirse a sí misma, gastar dinero para sí misma, pedir colectas y recoger colectas para vivir mejor, más cómodamente. Y si no, dígame un solo Obispo que viva en la pobreza, un solo Obispo que no tenga un estatus social elevado por encima de toda la gente, viven cómodos y viven bien”.
“Se desvía la Iglesia y en lugar de ayudar, es ayudada, en lugar de servir, empieza a ser servida, en lugar de estar abajo, empieza a estar arriba, más arriba si se puede. Hasta llegar a vivir en la Basílica, que es un palacio. La Iglesia tiene que volver al modelo de Jesucristo, un joven misionero, pobre que andaba abajo, fuera, en la calle. Era gente del camino, no gente acomodada; era gente que sentía y vivía la inseguridad, el hambre y la injusticia de los demás. ¿Eso no les dice nada a toda esa jerarquía? ¿No le duele estar recibiendo tanto para seguir engordando, viviendo más cómodamente y lujosamente? Eso es una traición al mandato de Cristo”.

“Nunca voy a aspirar al poder porque no me interesa”


—En unos días, México celebra un aniversario más del inicio de lucha de independencia. ¿Qué tiene que festejar el país?”
“Nada porque nosotros nos independizamos de España, pero gracias a esto, los gobiernos últimos, sobre todo este de Enrique Peña Nieto, nos están entregando prácticamente como paquete. Nos vamos a convertir en extranjeros en su propia tierra si México no echa abajo las reformas estructurales de Peña Nieto y si no es que detiene la entrega de nuestra soberanía y de nosotros mismos. Si queremos festejar la independencia, no puede ser con ceremonias, discursos y palabras hipócritas que el gobierno, tenemos que organizar desde la sociedad civil, tomar conciencia, leer los evangelios, pero también leer los periódicos La Jornada, Proceso, ZETA, que tienen un criterio más crítico, de conciencia y desenmascaremos las hipocresías del gobierno, nos organicemos para echar abajo con la estructuras que nos dan las instituciones y entonces revertir el proceso que llevamos”.
¿Podría en México –tal como hace 200 años– un religioso, un sacerdote encabezar un movimiento social, una revolución, un movimiento de liberación o independencia?
“Yo no soy político, intervengo en la política porque es imposible no meterse en la política, pero política entendida como bien, nunca como partido político. Yo nunca voy a aspirar al poder porque no me interesa, no me interesa el dinero, mi tesoro es la gente. Yo por ella, sí me la juego. Sobre todo por las mujeres, los jóvenes. Mientras me deje vivir este gobierno y el crimen organizado, o los dos, que son lo mismo, entonces voy a seguir luchando por generar un despertar en la conciencia, que la gente se quite el miedo y no tener miedo. Les vamos a dar una sopa de su propio chocolate usando las instituciones mismas que usan contra nosotros por omisión y comisión para cambiar este país. Estoy seguro que si nos unimos, logramos un cambio en el país y echamos abajo esa clase política, depredadora, ladrona, insensible”.
— ¿Le han ofrecido alguna vez alguna candidatura?
“Sí, me han ofrecido. Inclusive, hubo alguien que me ofreció que yo pudiera ser candidato a gobernador de un estado, yo rechacé completamente porque no creo en eso. El día que yo haga eso y acepte un cargo político público, ese día traiciono mi misión, la gente no me va a creer. Mi misión es para todos y para todas, está alejada del poder y del dinero”.
Muchas gracias, Padre.
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