De El Justo Reclamo
Níkolas Stolpkin
Rebelión
Rebelión
El termino del siglo XX y el
inicio siglo XXI han puesto a Venezuela en un lugar privilegiado en la
escena política y los horizontes latinoamericanos que vienen a romper
con el tradicional acomodo a los intereses de EEUU.
El
presidente Hugo Chávez representa, en cierto modo, el cambio de
dirección que hoy Latinoamérica está protagonizando, dando continuidad y
profundidad a un modo de ejercer política iniciado en Chile por
Salvador Allende a inicios de la década del 70 en lo que se refiere a la
construcción del socialismo desde dentro de una formación
socioeconómica capitalista y que bien sabemos cómo acabó todo.
La
amenaza a dicha forma de ejercer política estará latente y no se habrá
de disipar mientras sigan habiendo fuertes intereses contrarios a los
intereses populares, principales beneficiados del actual modo de hacer
política hoy en Venezuela.
Es habitual que los representantes de
grandes intereses habrán de ver siempre una amenaza allí donde sus
intereses particulares se puedan ver perjudicados para desenvolverse.
Hoy
Venezuela está en el foco de atención de los Grandes Medios ya que, al
ser estos representantes ideológicos de los grandes intereses
económicos, saben muy bien lo que significa la continuidad en el poder
de Hugo Chávez.
Para nadie es ajeno de que en las últimas décadas
Latinoamérica ha sido protagonista de serios cambios en relación al
comportamiento sumiso que ha venido arrastrando históricamente muchos
países en el continente. Y Venezuela, con el presidente Hugo Chávez, han
tenido mucho que ver con el actual cambio, transformándolo en el motor
de dichos cambios.
Por lo anterior, es que las elecciones en
Venezuela tienen un alto grado de relevancia para el continente y su
futuro. Al ser Venezuela y su presidente, Hugo Chávez, el motor de los
presentes cambios, se hace fundamental poner mucha atención a lo que
allí suceda.
Un triunfo de Hugo Chávez habrá de significar el
avance de un modo de hacer política que es ejemplo para los pueblos de
Latinoamérica y el mundo y, a su vez, un avance en el desprendimiento de
la influencia de EEUU dentro de la región.
Un triunfo de
Henrique Capriles solo podría significar un retroceso para el continente
Latinoamericano y un afianzamiento de los intereses de EEUU en la
región; significa un retroceso en cuanto al poder alcanzado por las
clases populares de Venezuela, que se verían obligados a retomar el
viejo camino de la apatía.
Hay que estar muy atentos a las elecciones presidenciales en Venezuela a realizarse el próximo 07 de Octubre.
La
presencia de observadores internacionales, como en ocasiones
anteriores, habrán de dar transparencia y validar internacionalmente un
proceso que perfectamente algunos sectores, tanto nacional como
internacionalmente, quieran hacer daño si los resultados le fueran
adversos.
Ya hemos conocido muy bien cómo el “cambio” de jefes de
Estado, en el Magreb y Medio Oriente, ha sido respaldado por la llamada
“comunidad internacional”. ¿Algunos grupos que se puedan ver
perjudicados en los resultados de las próximas elecciones en Venezuela,
querrá importar el modelo de “cambio” que muy bien nos han habituado los
Grandes Medios a observar en el Magreb y el Medio Oriente? ¿Las
próximas elecciones podrían ser un espacio propicio para que los
opositores quieran desestabilizar al país por medio de la violencia
“planificada” y secundada por fuerzas externas?
Mucha atención a
las elecciones en Venezuela. La reforzada presencia militar de EEUU en
la región, y próxima a Venezuela, no es ningún adorno. No podemos
cerrarnos a ninguna posibilidad.
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