De La Jornada
PAN y bloque de izquierda introducen cambios en ocho artículos sobre democracia sindical
PAN y bloque de izquierda introducen cambios en ocho artículos sobre democracia sindical
Revés al PRI; la reforma va de nuevo a la Cámara Diputados
Dentro de la sede senatorial, los panistas Gabriel Ávila y Javier Lozano discuten con el priísta Carlos Romero Deschamps.Foto Francisco Olvera
En el exterior, las protestasFoto Carlos Ramos Mamahua
Andrea Becerril y Víctor Ballinas
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de octubre de 2012, p. 3
Miércoles 24 de octubre de 2012, p. 3
El Senado modificó ayer la reforma laboral al
introducir cambios en ocho artículos en materia de democracia sindical,
que obligan a los dirigentes a transparentar su gestión, llevar a cabo
elecciones mediante voto libre y secreto y rendir cuentas del patrimonio
gremial, por lo que la minuta fue devuelta a la Cámara de Diputados,
donde deberá definirse su destino, ya que se trata de una iniciativa
preferente del presidente Felipe Calderón.
En un debate que se prolongó por más de 12 horas, al que asistieron
la totalidad de los senadores, el PRI se llevó un serio revés ya que
aunque cambió su postura y a última hora votó en favor de los cambios en
materia de transparencia en las organizaciones sindicales, no lo hizo
así en lo que se refiere a rendición de cuentas, tema que fue aprobado
con el voto del PAN y el bloque de izquierda que integraron PRD, PT y
Movimiento Ciudadano.
El artículo 371, que consagra el voto libre y secreto en la elección
de las directivas sindicales, se aprobó con 67 votos a favor y 61 en
contra, toda vez que incluso la senadora Mónica Arriola (Panal), hija de
Elba Esther Gordillo, se sumó al PAN y a las bancadas de izquierda.
Se dio un ríspido debate, ya que el PRI y su aliado, el Partido
Verde, argumentaron que reintegrar a la minuta el artículo 371, en el
que se establece que las directivas sindicales deben ser electas
mediante voto libre, directo y secreto, vulnera la autonomía sindical
garantizada en el artículo 123 constitucional, así como convenios
internacionales.
El panista Javier Corral advirtió que en nombre de la autonomía
sindical no se puede atropellar los derechos de los trabajadores de
elegir libremente a sus representantes, ni puede haber zonas de
impunidad ni elecciones por aclamación, que son
una rémora del pasado.
Agregó que la paz social en el país descansa en sindicatos libres, no
corporativos, y el combate a la corrupción debe darse en todos los
ámbitos, incluido el sindical.
Los priístas Humberto Mayans y Omar Fayad, y Pablo Escudero, del
Verde, insistieron en que se vulneran la Constitución y el artículo 87
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como
resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El primero
sostuvo que con ese cambio
se concibe a los obreros como menores de edad o subnormales.
El debate subió de tono. El perredista Manuel Camacho Solís resaltó
que no pensó que alguien se atrevería a defender en tribuna la
antidemocracia sindical y manifestarse en contra del voto libre y
secreto. Su compañero de bancada Armando Ríos Piter acusó a los priístas
de invocar en forma parcial lo establecido por la OIT y no tomar en
cuenta resoluciones de ese mismo órgano internacional que no ven
contradicciones entre la elección de las dirigencias y la libertad
sindical.
Igualmente, el senador del PAN Roberto Gil Zuarth recalcó que no se
vulnera el 123 constitucional y mencionó que hay resoluciones de la
Suprema Corte de Justicia que consagran el derecho de los trabajadores
al voto universal, libre y secreto.
Con un fuerte aplauso, el bloque del PAN y la izquierda celebraron el
triunfo, que se repitió después cuando ganaron también la votación en
el artículo 373, que señala que los dirigentes deben rendir cuentas
sobre las cuotas y los bienes del sindicato y que aquellos organismos de
más de 150 trabajadores sean
dictaminados anualmente por un auditor externo.
Raspón a Romero Deschamps
Ese artículo (el 373), aprobado con 66 votos a favor y 62
en contra, motivó que incluso salieran a relucir críticas en contra del
senador príísta y dirigente del sindicato petrolero, Carlos Romero
Deschamps, ya que la senadora del blanquiazul Laura Angélica
Rojas Hernández dijo que así como los contribuyentes tienen derecho a
saber en qué se gastan sus impuestos, los sindicalizados deben conocer
el destino de sus cuotas.
Se debe tener
información completa y veraz, porque los recursos gremiales deben servir para mejorar la economía de los trabajadores, no para perpetuar a los líderes y que sus familias vivan, como lo hemos visto, con gastos fastuosos.
Los senadores del PRI se enfurecieron cuando el panista Jorge Luis Preciado dijo que aspiraba a que no hubiera más legisladores
sirvientes del Presidente de la República, de los poderes fácticos o de los sindicatos. De inmediato tomó la palabra David Penchyna para deplorar que el panista
no tenga la humildadde reconocer que Enrique Peña Nieto ganó la Presidencia y el PAN quedó en tercer lugar.
Se votó también la propuesta de la senadora perredista Alejandra
Barrales Magdaleno, de introducir a la minuta los artículos 388 y 390,
para que los contratos se voten antes de revisarse; ello, con el fin de
acabar con el contratismo blanco o de protección.
Por la mañana, la bancada del Revolucionario Institucional rechazó
formular modificaciones a la minuta, pero fue cambiando su postura a
medida que las críticas subieron de tono por oponerse a reintegrar el
tema de democracia sindical. Layda Sansores, del Movimiento Ciudadano,
preguntó
dónde está ese supuesto nuevo PRI que tanto promocionan, y les dijo que en realidad les aplica aquel dicho popular que reza:
chango viejo no aprende maroma nueva.
La reforma laboral fue aprobada en lo general con 100 votos a favor y
28 en contra, estos últimos de los legisladores de PRD, PT y Movimiento
Ciudadano, que en bloque expresaron su rechazo a esa modificación a la
Ley Federal del Trabajo, la que, advirtieron, sólo beneficia a los
empresarios y empobrece aún más a los asalariados.
En lo particular, el debate se prolongó varias horas; se aprobó
modificar los ocho artículos que tienen que ver con transparencia y
rendición de cuentas. Sin embargo, otros 41 artículos reservados por el
PRD, referidos a los ordenamientos más cuestionados, como pago por hora,
contratos temporales, facilitación de los despidos, reducir a 12 meses
el pago de salarios caídos y otros que vulneran conquistas obreras,
fueron desechados sin siquiera discutirse por la mayoría PRI-PAN.
Antes, la discusión de la reforma en lo general se llevó más de tres
horas en que se confrontaron las posturas de los senadores de PRI, PAN y
Verde con las del bloque de izquierda. Los primeros sostuvieron que es
una reforma necesaria que permitirá incrementar la productividad, la
competitividad y el
trabajo decente. La LFT
ya no responde a las dinámicas del siglo XXI, de la globalización y la era digital, recalcó el priísta Ernesto Gándara, presidente de la Comisión del Trabajo, al presentar el dictamen.
Ganar-ganar y perder-perder
El panista Héctor Larios fue más explícito. Expuso que con esa reforma
se busca aumentar la competitividad de las empresas mexicanas. La senadora del PRD Dolores Padierna resumió el sentir de los legisladores de izquierda. Es una modificación a la ley laboral, recalcó, que significa
ganar-ganar para los patrones y perder-perder para los trabajadores. Unos acumulan riqueza y otros eternizan la pobreza.
Agregó que los patrones alcanzan su
viejo sueño de eliminar el trabajo de planta, reducir los salarios y eliminar prestaciones. Expuso que esa reforma cambia la esencia de la Ley Federal del Trabajo al dejar de tutelar los derechos de los trabajadores y pasa a tutelar al capital.
A su vez, la también perredista Alejandra Barrales demandó a los priístas
dar la caray de frente a los ciudadanos expresar con argumentos
por qué aprueban esa reforma perjudicial para las mayorías.
En nombre del Partido del Trabajo, el coordinador Manuel Bartlett
reprochó a los senadores priístas que son al mismo tiempo dirigentes de
centrales obreras, que hayan avalado esa modificación a la LFT, pese a
que vulnera derechos fundamentales de los trabajadores.
Los 128 senadores de todas las fuerzas políticas se mantuvieron en el
salón de sesiones durante la larga jornada, ya que la diferencia de
votos en los dos bloques era mínima. Ninguno de los cuatro dirigentes
sindicales participó en la discusión y resaltó también que las galerías
del salón de plenos estuvieron vacías, ya que no se invitó a nadie.
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