De Zócalo Saltillo
Itinerario Político
Ricardo Alemán
Aún no se cumple un tercio de la instalación de los comités estatales
del Partido Morena –de AMLO–, cuando ya es imposible “tapar con un dedo”
el cochinero en que ha derivado la construcción del nuevo partido
político.
Nadie sabe bien a bien de dónde sale el dinero, pero fluye en grandes
cantidades; suficiente como para pagar el acarreo de cientos y en
ocasiones miles de simpatizantes, pertrechados con todo lo necesario
para la industria del mitin, la protesta y el aplauso.
¿Quién paga? ¿Quién pompó?, es la pregunta de no pocos seguidores de
Morena y del ex candidato presidencial, AMLO, que ven con sorpresa que
la mayoría de los comités estatales están quedando en manos de ex
priístas, ex panistas, de empresarios trapecistas –y oportunistas–, que
literalmente compran la franquicia de Morena. En otras palabras, que los
comités estatales de Morena, con el aval de AMLO, son entregados al
mejor postor.
Y la duda crece, sobre todo porque en algunos casos abunda el dinero
fresco, contante y sonante, lo que contrasta con el lento flujo de
recursos que sostenían a Morena, antes de cortar el dinero público que
se triangulaba desde el Gobierno del Distrito Federal a Morena. ¿Quién
paga hoy el costoso aparato de mover a la militancia, llevar a los
simpatizantes a actos y mítines, realizar asambleas y preparar los
consejos estatales? Una organización de ese tamaño no es barata y
tampoco la puede financiar cualquier ciudadano de a pie.
No, esa tarea es propia de políticos profesionales, vividores del poder y
la política que lo mismo han militado en el PRI, que en el PAN y en las
izquierdas –incluso de vividores del poder que han militado en el
derechista Partido Republicano de Estados Unidos–, que literalmente han
comprado la franquicia de Morena, con el aval de AMLO. ¿Quieren pruebas?
En el Itinerario Político del 29 de agosto pasado, revelamos en
exclusiva que –además de venderen 60 millones de pesos una candidatura
al líder del SME, Martín Esparza–, López Obrador vendió una candidatura a
diputado federal por el PT, al ultraderechista y empresario de medios
–en México y Estados Unidos–, Jaime Bonilla Valdés, quien es ciudadano
mexicano y nortemericano, dueño de estaciones de radio en Tijuana y El
Paso, y quien le regaló a AMLO toda la campaña de su candidatura
presidencial en esa región del país.
Ese miércoles 29 de agosto documentamos que Bonilla Valdés no solo
militaba en el Partido Republicano de Estados Unidos, sino que fue
administrador de la campaña del derechista candidato presidencial Johon
McCain. También revelamos que Bonilla había comprado la franquicia de
Morena en el estado de Baja California y que buena parte del dinero para
financiar Morena provenía precisamente del Partido Republicano. Y
también gracias a ese negocio redondo, Jaime Bonilla Valdés despacha hoy
como diputado federal por el PT.
Bueno, pues resultas que el pasado sábado, en una de las más
escandalosas asambleas para la construcción del Partido Morena
–celebrada precisamente en Tijuana–, una multitud de seguidores de AMLO
montaron una verdadera rebelión contra Jaime Bonilla Valdés, quien
literalmente compró la franquicia de Morena, organizó y financió las
asambleas previas a la instalación del Comité Estatal de Baja California
–y maniobró toda la instalación del propio Comité Estatal–, hasta los
detalles más finos, como aislar a AMLO de las bases. Y sí, si existía
alguna duda… dejó colgados de la brocha a los militantes y seguidores de
AMLO.
“Andrés, te están engañando..”, le gritaban a AMLO sus seguidores,
quienes no pudieron entrar al evento y menos acercarse al dos veces
candidato presidencial. Y es que el dueño de la franquicia de Morena en
el estado de Baja California, el ultraderechista Jaime Bonilla Valdés,
controló todo, al propio AMLO, a quien resguardaban seis guaruras.
Y seguramente algunos incautos se negarán a ver el cochinero sobre el
que se construye Morena. Y si aún tienen dudas, valdría la pena que
vieran el video que sobre la instalación del Comité Estatal de Morena en
el estado de Aguascalientes difundió Milenio televisión, el pasado
miércoles.
En el video se ve y escucha a AMLO dando instrucciones para que ninguno
de los asistentes a la asamblea constitutiva del Comité Estatal, hable
con la prensa (en especial con Milenio), sobre las irregularidades,
trampas, inconformidades y el cochinero de imposición y antidemocracia
que reina en esas asambleas.
¿De qué tamaño será el “cochinero”, como para que AMLO instruya a sus fieles a mentir; a esconder la verdad?
Queda claro; Morena será otra empresa familiar para depredar el dinero público. ¿O no?
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