David Varona Fuentes
Viernes 21 de junio del 2013.
Gobierno sin pies ni cabeza.
A siete meses de su primer año de mandato, el presidente Enrique Peña Nieto no manda señales claras hacia dónde conduce al país.
Ni pareciera
que en los Pinos pernocta un nuevo huésped desde el 1 de diciembre de
2012 quien, por lo cuestionado de su triunfo electoral, está obligado a
legitimar su gobierno con acciones inmediatas en beneficio de los
millones de mexicanos urgidos de respuestas.
Mucho se
criticó al antecesor de extracción blanquiazul, pero con el retorno del
PRI a la presidencia de la República, México se encuentra en iguales o
peores condiciones, políticas, sociales y de seguridad pública, que
durante el régimen calderonista.
He aquí unos cuantos ejemplos:
1.-
Estadísticas criminales, aún maquilladas por la Secretaría de
Gobernación, no bajan, van a la alza. Ejecuciones, levantones,
secuestros, robos a transeúntes y asaltos a negocios y casas habitación,
andan a la orden del día. Las policías estatales siguen mostrando
incapacidad o confabulación para atacar y erradicar el flagelo de la
inseguridad.
2.- El aumento
mensual al precio de las gasolinas, tan cuestionado por senadores y
diputados del PRI en tiempos del presidente Felipe Calderón, continúa y
los críticos del partido tricolor guardan silencio.
3.- De
diciembre de 2012 a junio de 2013, el costo de los productos de la
canasta básica se ha incrementado hasta en un 300 por ciento. Tan sólo
el kilo de carne, de novillo dicen los tablajeros, cuesta hoy 108 pesos,
lo que hace que este alimento resulte inalcanzable para más de 60
millones de trabajadores que ganan miserable salario mínimo no mayor de
70 pesos diarios por 8 y hasta 10 horas de labores.
4.- En lo que
va del mandato peñista, más de 100 mil empleados han sido lanzados a las
calles por recortes de personal en sus centros de labores. Los patrones
argumentan que impuestos, aumentos en los insumos y la inseguridad
pública, han vuelto incosteables a las empresas mantener su platilla de
trabajadores. El mismo gobierno federal, planea despedir en semanas
siguientes un primer paquete de 500 mil de burócratas.
5.- En materia
política los tiempos no son mejores. Por intereses o pasiones
partidistas muchos sectores de la población se encuentran enfrentados,
divididos, llenos de odios y rencores, especialmente en las 14 entidades
que tienen elecciones locales este 7 de julio. Los hechos de sangre
suscitados en entidades como Veracruz, evidencian el grado de
descomposición social que enfrenta el país originada por la corrupción,
complicidad y el manto de la impunidad con el que protege a los
gobernantes sinvergüenzas.
Y qué decir de desarrollo social en los siete meses de peñismo…
No hay nada,
sólo promesas, cruzadas, pactos interpartidistas, reformas y más
reformas, que hasta ahorita son discursos de saliva.
Desde su firma el 2 de diciembre pasado con el PRI, PAN y PRD, Peña Nieto no para de hablar del Pacto por México.
El mandatario pretende que su programa estrella se convierta en eje rector de la vida política y de la gobernabilidad nacional.
Obsesión que ha
ubicado al presidente en el blanco de los bombardeos mediáticos de
representantes del PAN y del PRD, algunas veces por intereses,
caprichos o intentos de chantajes de los dirigentes nacionales, pero
otras por no medir el peso de las declaraciones, como ocurrió en su
reciente gira por países del Reino Unido.
La política es de tiempos y es de circunstancias.
Y lo expresado
por el presidente Peña Nieto al diario Financial Times de Londres,
relativo a la reforma energética, no fue el tiempo ni el momento para
tocar un tema tan delicado como es la privatización de Petróleos
Mexicanos, disfrazada de inversión privada.
Haber dado a
conocer al importante medio informativo francés, que la reforma
energética, contemplada en los acuerdos del Pacto por México, a
planearse en los meses de agosto-septiembre, incluirá cambios
constitucionales para dar certidumbre a las inversores privados, fue
más que suficiente para que partidos opositores se le fueran encima a
Peña.
Para el PRD, incrementar la participación privada en Pemex lleva intentona privatizadora a corto o largo plazo.
Jesús Zambrano, líder del perredismo, señaló:
-“Es una
audacia irresponsable que estén pensando en que lo que hoy requiere
México para modernizar Pemex es abrir más claramente la industria
petrolera a capital privado y entregársela a los extranjeros”.
Recordó que
desde la firma del Pacto por México, no han discutido nada que tenga que
ver con la reforma energética, menos del tema de inversión privada a
Pemex. Amén de que el acuerdo suscrito por el presidente Peña, por
Gustavo Madero, del PAN, César Camacho, del PRI y Jesús Zambrano, del
PRD, establece que los hidrocarburos seguirán siendo propiedad de la
nación y que la industria petrolera permanecerá como empresa pública.
Más claro ni el agua.
Entonces, ¿por qué tambalearse fuera de las fronteras nacionales, estando el piso tan parejo?
Por lo pronto,
el exabrupto presidencial ha provocado otro cisma político al
mandatario nacional que, sin lugar a dudas, repercutirá en el programa
estrella bautizado como Pacto por México.
La inoperante
Secretaría de Gobernación, causante del vacío de poder que se respira en
México, ha salido en defensa de la imprudencia peñista, argumentando
que en materia energética se respetarán los acuerdos del pacto.
Pero, palo dado ni dios lo quita.
¿O usted qué opina?
PD. Alguien podría informar: ¿en dónde se encuentra el ex procurador Reynaldo Escobar?...es pregunta.
davidvaronaf@hotmail.com
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