De Hugo Sahd
México, sin esperanza de vida digna y saludable; medicamentos 106 % más caros que el resto de los países de la OCDE
Antonio C. Tiene 53 años, padece un daño
renal que lo ha mantenido con los riñones funcionando en un 25 %, el
médico le aseguró que si se cuida podría incluso retardar el avance
hasta por 10 años más. Lo que hará posible que Antonio pueda regular su
situación médica, es principalmente una serie de ampolletas semanales
(de por vida), que mantendrán estable su hemoglobina. “Esas ámpulas me
costaban como mil 500 mensuales, el doctor me dijo que si podía que
cambiara a otra inyección, que se ponía una vez al mes, no me lastimaba e
incluso hacía mejor efecto, pero cuesta cinco mil pesos, nada más me
reí, toda mi vida fui empleado temporal, no tengo seguro, ni IMSS, ni
otro tipo de acceso a seguridad social, ya en un mes dejo de ir con el
doctor, no puedo pagar 650 pesos, más estudios que cuestan 525
pesos”. Me envió con una nutrióloga, ella me pidió que comprara una pesa
para ver cuántas calorías llevaban los alimentos que comía, para
quitarle o ponerle, pero no la compré porque salía en mil 200 pesos, me
dio una lista de cosas que sí podía y debía comer, pero me mandó a
comprar un jamón que cuesta 100 pesos los 250 gramos, y que además ni
venden en todos lados, así que la tienda me queda lejos, además están
los medicamentos para la diabetes, debo tomar uno en especial que no
daña mis otros órganos, pero cuesta 900 pesos, yo creo que ya no podré
continuar ni con esas pastillas. Lo único a lo que puedo recurrir es a
los tés medicinales y algunos suplementos, no sé si funcionen, pero es a
lo único que puedo aspirar.
También estoy enfermo del hígado y perdí
un pie por la diabetes. Es posible que en algún momento necesite
diálisis, la cual va por etapas, sin embargo sabré que el momento de mi
muerte ha llegado. La insuficiencia renal crónica por diabetes, aseguran
los especialistas, “tiene un fatal desenlace”. Es por ello que quien
padece esta segunda enfermedad no debe interrumpir ni postergar su
tratamiento, pues de esta manera asegurará que su organismo no sufra las
graves consecuencias, que derivan en la muerte, la cual es altamente
sufrida, debido al dolor. Antes de la insuficiencia el paciente padece
una enfermedad “crónica degenerativa”, la cual se puede, si no detener,
sí retardar el avance, bajo un tratamiento que asciende a poco más de
los 10 mil pesos mensuales. La senadora, Lorena Cuéllar Cisneros,
asegura que a más setenta años de haberse sentado las bases del sistema
nacional de salud en el país, los avances no son suficientes, “y no lo
son, porque hoy en día el sistema nacional de salud tiene el desafío de
enfrentar, los cambios producidos en el perfil demográfico como las
enfermedades crónicas que padece la población mexicana, y no logra
hacerlo”.
Asegura que, “para atender la
insuficiencia renal en México, las instituciones del sector salud se han
enfocado hacia lo curativo y no a la prevención. Es por ello que no han
podido implementarse totalmente políticas en salud, con un enfoque
interinstitucional que articule a los tres niveles de gobierno
incluyendo la iniciativa privada”. Además asegura que la ineficiencia de
los programas sociales especialmente los de salud, se ve reflejado en
el aumento de enfermedades crónico degenerativas, como lo es la
insuficiencia renal que padece un gran número de mexicanos.
Según la nefróloga Esperanza Santibáñez,
en 2025, se tiene calculado que aproximadamente 212 mil pacientes tengan
un diagnóstico de enfermedad renal crónica, lo que derivará en el
deceso de casi 160 mil personas, esto basado en el más reciente estudio,
enfermedad renal crónica y su atención mediante tratamiento sustitutivo
en México. “Al dejar de funcionar los riñones los médicos recurren a la
hemodiálisis, en México, poco más de 70 mil personas la requieren, de
los cuales solamente entre 12 mil y 15 mil se la practican, incluyendo a
un número bajo que pagan por ella, ya que los demás usan la salud
pública. Cada diálisis tiene un costo de mil y mil 500 pesos, la cual se
prescribe tres veces a la semana”, comenta Santibáñez.
“Dichos gastos los cubren las clínicas de
gobierno, quienes envían a sus pacientes a hospitales privados, ya que
no se cuenta con este servicio, el único programa que no costea las
diálisis y hemodiálisis es el seguro popular, ya que su presupuesto
solamente podría cubrir los gatos de esa enfermedad, es por ello que no
falta mucho para que ninguna institución pública los sostenga, ya que el
costo será altísimo”, puntualiza la epidemióloga. Según datos de la
secretaría de salud en México, el Inegi y el Censo Nacional de
Población, la insuficiencia renal crónica se encuentra entre las
primeras 5 causas de mortalidad general, y debido a que ya pocos
programas de gobierno costean el procedimiento de diálisis, las muertes
aumentan año con año. Ya que la no entrada, o la salida de programas de
diálisis, es la muerte de las personas con insuficiencia
renal. Santibáñez asegura que esta enfermedad es una de las dos
principales causas de muerte de la población que carece de recursos
económicos, el estado donde más casos se han presentado es en Chiapas,
considerado el más pobre del país.
El gasto que requiere un tratamiento y
atención de la insuficiencia renal crónica en México es de 4 mil
millones de pesos. Esta inversión representa más del 60% del gasto
médico total; el gasto en medicinas representa en este momento un
promedio el 27% y en ambulancias el 12%. Para 2043, se estima que la
insuficiencia renal crónica representaría una inversión de 20.000 mil
millones de pesos; cifra, que no podrá ser costeada, “lo que augura un
desenlace fatal para la clase de escasos recursos ya que nadie podría
pagar aproximadamente, 30 mil pesos mensuales de por vida”. El anterior
es solo un ejemplo de los altos costo que generan los tratamientos en
México, un país, con medicamentos 106% más caros que el resto de los
países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), según una investigación de la Fundación Mexicana para la Salud
(Funsalud).
“Con esos precios en fármacos que te
salvarán la vida, o te vas a la ruina por adquirirlos y vives para pagar
las deudas que te generarán, o mueres por no comprarlos, porque
mientras en la mayoría de las naciones pertenecientes a la OCDE, el
gasto destinado a la salud por parte de las personas es del 19%, en
México la sociedad destina hasta un 48%, producto que el gasto
gubernamental en materia de salud en nuestro país es el segundo más
bajo, con aproximadamente 80 dólares por persona, suma risible,
vergonzosa y lastimosa, ante los casi 3 mil dólares, que invierten otros
países”, sentencia Santibáñez. “Vivimos en un país sin esperanza de
vida digna y saludable porque el gobierno no apuesta por la prevención,
tampoco por salvar vidas por medio de la inversión en salud, lo cual es
comprensible, sabiendo que la dirección y administración de México se
encuentra en manos de un presidente cuyo objetivo es aniquilar personas,
con cualquier pretexto, absurdo pretender que contribuya a la vida,
estamos dentro de una nación donde los poderosos buscan erradicar al
pobre, y un mecanismo son los medicamentos altamente caros e
inaccesibles para las clases bajas, donde no pueden adquirir ni una caja
de paracetamol de 15 o 20 pesos”, afirma Santibáñez. Según Funsalud, la
mayor parte de los medicamentos se compran con recursos privados.
Aunque en el papel más del 90% de los mexicanos pertenecen a alguna
institución pública de salud, y es que la mayoría de ellos tienen que
comprar las medicinas que necesitan con su propio dinero, porque no las
encuentran en las clínicas o les prescriben medicamentos que afectan o
son productos genéricos que no les funcionan o lo hacen de forma lenta.
SUPERISSSTE, Seguro de Salud y Fondo de Prestaciones en números rojos; pasivos del instituto suman 86 mil 746 mdp
De acuerdo al Informe Financiero y
Actuarial (IFA) 2015, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de
los Trabajadores del Estado (ISSSTE), aprobado por su Junta Directiva
-en la sesión ordinaria celebrada el pasado 24 de junio- “la situación
financiera de SUPERISSSTE genera presión al flujo de operación del
Instituto, ya que sus costos y gastos son superiores a sus ingresos”,
por lo que solicitó al gobierno federal brindar apoyo financiero en el
pago de nómina del personal.
El Sistema de Tiendas y Farmacias de los
Trabajadores al Servicio del Estado (SUPERISSSTE), tiene una plantilla
de trabajadores de 5 mil 681.
En el ejercicio fiscal 2014, los ingresos
por ventas de estas tiendas ascendieron a 3 mil 502 millones de pesos,
lo que significó un decremento de 1 mil 119 millones de pesos, respecto a
2013; es decir, 858 millones de pesos menos en las ventas programadas.
En contraposición, los gastos de
operación de dichas tiendas fueron de 2 mil 121 millones de pesos,
mientras que los costos de venta ascendieron a 3 mil 98 millones de
pesos.
En el mismo 2014, el ISSSTE otorgó un
apoyo financiero al SUPERISSSTE de mil 485 millones de pesos, mismo que
fue destinado al pago de nómina y otras erogaciones como vales de
despensa y aportaciones al Seguro de Salud, entre otros.
Aún con dichos recursos, el SUPERISSSTE presentó un déficit de 355 millones de pesos en sus operaciones.
Más números rojos
El citado informe refiere que en el
Ejercicio Fiscal 2014, los ingresos del Seguro de Salud del ISSSTE
fueron de 52 mil 25 millones de pesos; el 72.1 % del total, representa
las cuotas y aportaciones y el 27.1 %, se refiere a la cuota social. Sin
embargo, dichos recursos fueron insuficientes para cubrir los gastos en
esta área, que ascendieron a 61 mil 435 millones de pesos, lo que
generó otro déficit de 9 mil 410 millones de pesos.
Luego de las transferencias al gobierno
federal de 7 mil 440 millones de pesos de este concepto, el balance
deficitario disminuyó a mil 970 millones de pesos.
El Fondo de Prestaciones Sociales y
Culturales también se ubicó en números rojos; dicha área recibió
ingresos –por conceptos de cuotas y aportaciones- contabilizadas en 3
mil 679 millones de pesos, mismos que fueron insuficientes para cubrir
el monto total de gastos de funcionamiento, ubicados en 5 mil 867
millones de pesos, lo que generó un déficit más para el ISSSTE, de mil
919 millones de pesos.
En lo referente al Seguro de Retiro,
Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, en 2014 se registraron ingresos por
cuotas y aportaciones de 13 mil 754 millones de pesos, mismos que fueron
transferidos al gobierno federal, de conformidad con el artículo 12
transitorio de la Ley del ISSSTE.
Cabe señalar que en 2014, las
transferencias del gobierno federal al ISSSTE disminuyeron en 10.3 %, al
pasar de 14 mil 570 millones de pesos, en 2013, a 13 mil 70 en el
ejercicio fiscal del año pasado.
Activos y pasivos
El ISSSTE informó que sus activos
–incluyendo efectivo, bienes y derechos- ascendieron a 159 mil 474
millones de pesos en 2014; monto superior en 5 mil 177 mdp, en relación
con el Ejercicio Fiscal 2013; es decir, en un año, tuvo un incremento de
3.3 %.
Los pasivos totales del instituto sumaron
86 mil 746 millones de pesos, equivalente a 54.4 % de sus activos. Este
total significó un incremento de 12 mil 048 millones de pesos; es
decir, 16.1 % respecto a 2013.
En tanto, su patrimonio disminuyó en 6
mil 871 millones de pesos, respecto a 2013, cuando alcanzó una cifra de
72 mil 728 mdp; es decir, 45.6 % del total de sus activos, al cierre de
2014.
En general, el estado de las finanzas del
ISSSTE muestra un balance favorable entre sus ingresos y gastos; sin
embargo, tras un análisis de los fondos del instituto, se ve que la
situación positiva se debe a los 13 mil 70 millones de pesos recibidos
como transferencias federales que solventaron los déficits en por lo
menos tres de sus fondos.
Abasto de medicamentos
De acuerdo al informe presentado, el
ISSSTE entregó a los derechohabientes, en 2014, 147.9 millones de piezas
de medicamentos, para lo que erogó al menos el 86 % del total de los
recursos de gasto corriente del Seguro de Salud, mientras que la compra
de materiales y suministros representó el 23.7 % y ascendió a 12 mil 529
millones de pesos.
Al menos el 87.3 % del gasto en
medicamentos se concentró en únicamente en 20 % -284 fármacos-
utilizados principalmente en especialidades como neumología, oncología,
reumatología y traumatología, gastroenterología, endocrinología y
metabolismo, cardiología y neurología.
En 2014, 861 unidades administrativas del
instituto reportaron haber hecho algún gasto en medicamentos. En
particular, las unidades de hospitalización consumieron 80.4 % de los
recursos, distribuidas de la siguiente manera: 46.3 % en unidades
médicas de Segundo Nivel y 34.1 % en las de Tercer Nivel, pues las
unidades de Primer Nivel requirieron únicamente 19.6 %.
En 10 unidades médicas se concentra el
mayor consumo de medicamentos y concentran el 30.5 % del gasto total en
el rubro: 20 de noviembre, con un costo de 697 millones de pesos; 1° de
octubre, 443 millones; Lic. Adolfo López Mateos, 357 millones; Gral.
Ignacio Zaragoza, 354 millones; Valentín Gómez Farías, 312 millones; Dr.
Manuel Cárdenas de la Vega, 288 millones; Vasco de Quiroga, 279
millones y Unidad Médica Monterrey, con 221 millones de pesos. (revoluciontrespuntocero)
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