Cadena perpetua a El Chapo Guzmán
Recibe otra sentencia de 30 años por posesión de armas // El capo acusa al juez Cogan por no anular proceso
▲ Un boceto de la Corte Federal con sede en Brooklyn muestra a Joaquín El Chapo
Guzmán Loera, rodeado por alguaciles estadunidenses y flanqueado por su
abogado Marc Fernich, cuando escucha la sentencia de cadena perpetua
que le impuso el juez Brian Cogan.Foto Ap
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de julio de 2019, p. 3
Jueves 18 de julio de 2019, p. 3
Nueva York. Joaquín El Chapo Guzmán Loera fue
sentenciando ayer por un juez federal en Brooklyn a una condena de
cadena perpetua más 30 años y la confiscación de 12 mil 666 millones 191
mil 704 dólares por delitos relacionados con el tráfico de drogas en
Estados Unidos.
El juez federal Brian Cogan, del Tribunal Federal del Distrito Este
con sede en Brooklyn, Nueva York, afirmó que conforme a los estatutos
federales estaba obligado a sentenciar al acusado por un mínimo de
cadena perpetua. Al señalar la demostración de una
maldad abrumadora tan severaen el juicio en torno a los 10 cargos mayores y una
cordillera (montaña) de evidenciaen el caso, el juez Cogan concluyó con una sentencia total de cadena perpetua y 30 años adicionales.
El Chapo, con nuevo bigote y vestido con un traje entre gris
y verde olivo, no mostró gran emoción al escuchar la sentencia. Pocos
minutos después, como había hecho una y otra vez durante la sesión final
de su juicio, volteó a ver a su esposa, Emma Coronel –posiblemente por
última vez–, sentada entre el público y con la mano levantada para
despedirse. Guzmán se tocó el corazón, le envío un beso e inmediatamente
después desapareció detrás de una puerta de salida escoltado por
alguaciles.
Poco antes de que el juez Cogan anunciara su sentencia, y por primera vez en los más de tres meses que duró el juicio, El Chapo
Guzmán aceptó declarar ante el tribunal. Con voz a veces titubeante,
pero clara, decidió atacar la imparcialidad de su juicio y criticar la
decisión del juez de no anular el proceso cuando se divulgó que el
jurado había violado las reglas del mismo.
Aquí no hubo justicia, afirmó al leer su declaración escrita, traducida al inglés por un intérprete. Luego de agradecer el apoyo de su esposa, su madre y otros familiares, lo cual, sostuvo, lo ayudó a
soportar una tortura durante los últimos 30 meses, detalló que las condiciones de su confinamiento –su aislamiento, la calidad el aire, su privación de la luz solar, la prohibición de poder abrazar a sus hijas y no tener visitas de su esposa–
es lo más inhumano que pasado en mi viday
una falta de que se respete mi dignidad humana.
Suponía, agregó, que gozaría de un
juicio justoen Estados Unidos, pero
lo que pasó fue lo opuesto.
Guzmán Loera indicó que al divulgarse versiones de que el jurado no cumplió con las órdenes del juez y hasta le mintió,
usted decidió hacer nada, ya que eso implicaría posiblemente un nuevo juicio. Acusó: quedó
claro que Estados Unidos no es mejor que cualquier otro país de los que ustedes no respetan.
Uno de sus abogados defensores, Jeffrey Lichtman, argumentó que el proceso estaba
manchadopor las versiones de que el jurado no obedeció las órdenes del juez de cómo comportarse durante el juicio, sobre todo evitar ver noticias del proceso, y por ello el tipo de juicio que “él no podría haber obtenido en México… no llegó a cumplir con esas expectativas”.
El equipo defensor declaró ayer que Guzmán Loera apelará del
veredicto y la condena, debido a que hubo irregularidades y causas en su
juicio suficientes para presentar un argumento ante un tribunal de
apelaciones en un intento final por anular el proceso. William Purpura,
otro de los abogados de El Chapo, comentó a periodistas que hay posibilidades que esto proceda, pero no muchas:
Ciento por ciento de este tipo de casos se apelan, pero 99 por ciento es rechazado.
El equipo de fiscales del gobierno que trabajó el caso estaba
visiblemente feliz. En sus argumentos en apoyo de la sentencia afirmaron
que
la justicia fue servida aquí.
La sesión final del juicio, que duró aproximadamente una hora, incluyó el testimonio en apoyo de la condena de El Chapo de
una víctima. Andrea Vélez, asistente de un socio y capo colombiano del acusado, que después se convirtió en informante de la Oficina Federal de Investigaciones, se presentó para ofrecer detalles de su vida cuando trabajó para el capo y, con lágrimas mientras hablaba y veía fijamente hacia al acusado, afirmó:
Vengo aquí como milagro de Dios, porque el señor Guzmán intentó matarme. Explicó cómo casi fue asesinada en dos ocasiones. Pero El Chapo casi no le prestó atención, volteando a ver hacia su esposa, poco interesado en Vélez.
Así concluyó un proceso judicial que duró tres meses y acabó con un veredicto de
culpableen febrero y con la sesión de ayer, bajo extensas medidas de seguridad visibles e invisibles: detectores de bombas, policías vestidos de paramilitares, alguaciles federales especializados y traslados del detenido en convoy bajo observación de helicópteros.
Se presentaron más de 50 testigos que ofrecieron incontables
acusaciones de corrupción de presidentes, jefes de policía, jueces y
funcionarios mexicanos de los más altos niveles, así como los nexos,
guerras y traiciones entre cárteles y entre familiares, compadres y amantes.
Pero más que nada, para las autoridades y varios medios de
comunicación estadunidenses fue un magno espectáculo sobre los peligros
emanados de México y su culminación fue festejada por las autoridades
como uno de los mayores trofeos históricos de la guerra de Washington
contra las drogas.
“El largo camino que llevó a El Chapo Guzmán desde las
montañas de Sinaloa hasta el tribunal fue pavimentado con muerte, drogas
y destrucción, pero acabó hoy (ayer) con justicia”, afirmó Miran
Benckoswski, jefe de la división criminal del Departamento de Justicia
en conferencia de prensa con reporteros al concluir la sesión.
Esta sentencia demuestra al mundo que no importa qué tan protegido y poderoso seas, la DEA se asegurará de que enfrentes la justicia, agregó el director en funciones de la Agencia Antidrogas Estadunidense, Utam Dhilon.
Nunca más podrá envenenar nuestro país o ganar millones mientras vidas inocentes son perdidas, afirmó el fiscal de Estados Unidos para el distrito este de Nueva York, Richard Donoghue, quien señaló que aunque este final no resuelve todo el dolor y la destrucción que provocó el cártel de Sinaloa en el pasado, advirtió que
el mismo destino espera a los que tomen su lugar.
A pesar del autoelogio por este triunfo en la guerra antinarcóticos
para Estados Unidos, no hay registro de ningún impacto sobre el flujo de
drogas ilícitas en Estados Unidos desde que El Chapo fue extraditado y encarcelado en este país en enero de 2017, y antes en México.
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