De Reporte Indigo
Imelda García
La llegada de Morena al poder es un hito en la política
mexicana no solo porque es el primer partido de izquierda en ganar la
Presidencia, sino porque existen prácticas que con otros institutos no
ocurrían.
Desde hace algunas semanas, integrantes de Morena se han convertido en vigilantes de la actividad de sus propios compañeros; sobre todo cuando se trata del ejercicio de los recursos públicos.
Eso sí, todo inscrito en el proceso interno para elegir a su nuevo dirigente nacional.
Una de las banderas del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)
es el combate a la corrupción. Incluso, en sus conferencias matutinas,
una vez afirmó que si este fenómeno llegara a su partido, Morena, él
renunciaría.
El combate a la corrupción es una de las banderas de López Obrador, quien incluso afirmó que si este fenómeno llega a Morena renunciará
Sin embargo, ese desapego a su partido podría traerle consecuencias
al propio mandatario, pues puede acarrear un descontrol institucional.
Dentro del partido del presidente surgieron acusaciones hasta de “mapacheo” electoral por querer utilizar recursos públicos para orientar la elección interna.
Aun así, con otros partidos en el poder como el PRI o el PAN,
entre funcionarios, legisladores y políticos afines se imponía la
disciplina a su militancia: el silencio ante actos irregulares era lo
más común.
En Morena, el discurso de combate a la corrupción parece haber
permeado en algunos de sus cuadros, pues miembros de ese partido
denunciaron a otros ante las autoridades por lo que consideran son
prácticas incorrectas.
“(Los) que se decían virtuosos, ahora están actuando como mapaches”, acusó Mario Delgado, coordinador de los diputados de Morena y uno de los candidatos a la presidencia nacional de su partido.
El caso más reciente fue la denuncia presentada por diputados de Morena ante la Fiscalía General de la República (FGR) contra Gabriel García Hernández, coordinador de los Programas de Desarrollo en los estados.
A García se le acusa de utilizar a personal que trabaja en las oficinas federales para la elección interna de Morena.
Además se denunció también a Indira Vizcaíno, coordinadora de los Programas de Desarrollo en Colima; y José Ramón Gómez, en Tamaulipas.
El reto para los morenistas será mantener esa actitud de rendición de cuentas más allá de la elección interna.
Operadores electorales
Los diputados federales que sometieron las denuncias ante la FGR y ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade) acusaron que Gabriel García, coordinador general de los Programas Sociales en los estados, está realizando labores de proselitismo para la elección interna de Morena.
García es el coordinador de los llamados “súperdelegados” nombrados por el presidente López Obrador
para fungir como representantes del Gobierno federal en las entidades y
eliminar así todo el aparato burocrático de las delegaciones federales
en los estados.
En los hechos, García tiene el control de los programas sociales, que debería estar en manos de la Secretaría del Bienestar,
pues es él quien controla los padrones de beneficiarios y la forma en
cómo la gente se inscribe en ellos, mediante las visitas de los llamados
“siervos de la nación”.
Claudia Valeria Yáñez, diputada de Morena y una de las legisladoras que presentó la denuncia penal, afirma que no se permitirá el mal uso de los recursos que pertenecen a la población.
“De ninguna manera vamos a solaparlos. Estamos preocupados por tantas
denuncias de la ciudadanía y más bien estamos buscando cómo ayudar a la
Secretaría del Bienestar.
No vamos a solapar a nadie, así sea del mismo partido, no lo vamos a permitir. Estamos en contra de la corrupción y la vamos a denunciar
- Claudia Valeria Yáñez
Diputada federal de Morena
La legisladora expresa que algunos superdelegados están actuando mal
en el proceso interno de Morena, por lo que se dará seguimiento también
en la Secretaría de la Función Pública y en la Auditoría Superior de la
Federación.

Peligroso para el presidente descontrol en Morena
Para Alberto Espejel, académico de la UNAM y experto en análisis de los partidos políticos,
las denuncias al interior de Morena obedecen al proceso interno que
vive y en el que los diferentes grupos buscan hacerse del control.
“Morena es el partido que recibe más dinero público, por haber tenido el mayor número de votos en la elección
pasada. Pelear por la dirigencia implica pelear por el control de ese
dinero”, comenta Espejel en entrevista con Reporte Índigo.
Aunque es normal que en un partido se den diferencias, a la larga el
hecho de que el presidente López Obrador sea acompañado de un partido
conflictivo puede debilitarlo, explica el especialista.
“Es preocupante porque el presidente de la República no pone orden; a
diferencia de otros presidentes que tendían a interferir en la vida
interior de sus partidos. En el PRI esa era una
tradición, los dirigentes de los partidos eran empleados del presidente,
y no había este tipo de pleitos. Con el PAN ocurría lo mismo, los
presidentes pusieron a sus líderes.
“Entonces no tener el control del partido a la larga puede causarle
conflictos al presidente no solo políticamente, sino en la tarea de
gobierno”, menciona.
Las primeras consecuencias de un conflicto comienzan a verse, consideró el experto, pues si los superdelegados
no están cumpliendo con su tarea y el presidente ya les ha mandado
llamar, eso habla de que ya la falta de control está pegando a las
instituciones del Estado.
“En otras épocas eso no trascendía no porque no ocurriera, sino
porque la polarización no era tan grave y el conflicto transcurría en
los márgenes legales del propio partido; pero aquí parece que Morena no
tiene la capacidad de hacerlo”, manifiesta.
El especialista considera paradójico que la elección interna más
conflictiva sea la del partido en el poder, pues es la que más debería
cuidarse para fortalecer al propio presidente de la República.
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