De Reporte Indigo
Noemí Gutiérrez y Julio Ramírez
Una grúa de casi 10 metros para una cámara de video, 147 sillas para reporteros, equipo técnico especializado para la transmisión en vivo y personal
para maniobrarlo es parte de lo que se requiere para que el presidente
Andrés Manuel López Obrador dirija su mensaje matutino. La conferencia mañanera
del presidente cambió la agenda informativa de los medios de
comunicación en el país en el primer año de gobierno, al grado de que el
propio mandatario analiza la posibilidad de hacerla también en fin de
semana.
En cada mañanera participan al menos cuatro personas de logística de medios, dos intérpretes de lengua de señas mexicana, dos fotógrafos y el equipo del Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales (CEPROPIE), cuyo costo no ha sido definido por la Presidencia de la República
El espacio designado para la conferencia mañanera tiene capacidad para 147 sillas apilables que no cubren ni la mitad del Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Los reporteros tienen que pasar sus pertenencias por un arco detector de metales ubicado en la puerta de acceso por la calle de Moneda
para el ingreso a Palacio Nacional. Este protocolo se realiza desde
sexenios anteriores para todas las personas que intentan acceder al
recinto.
En el Salón Tesorería está prohibido ingerir café y alimentos, ya que el piso de mármol es histórico y para su protección se instaló una alfombra.
El costo mensual de salarios de la gente de logística
es de 282 mil 837 pesos por las ocho personas que ahí laboran durante
cada mañanera, además del titular de la Vocería, Jesús Ramírez Cuevas,
cuyo sueldo bruto es de 153 mil 140 pesos.
Los dos intérpretes de lengua mexicana de señas
reportan un ingreso de 26 mil 822 y los cuatro fotógrafos 233 mil 995
pesos por mes. La Presidencia no dio a conocer el monto que percibe el
personal técnico y operativo destinado para la transmisión.
Lenguaje de señas en la mañanera se mexicaniza más
En la lista de sueldos aparecen dos intérpretes de lengua mexicana de señas quienes tuvieron que agregar frases del caló presidencial para comunicarlas a las personas con discapacidad auditiva.
“Me canso ganso”, “ese gallo quiere maíz” y “primero los pobres” son
algunos de los conceptos que desde diciembre de 2018 transmiten con sus
manos Laura Alvarez y Daniel Maya, dos de los cuatro intérpretes de lengua de señas en la conferencia de prensa matutina.
Son los encargados de que el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador llegue lo más claro a la comunidad sorda del país.
Laura Álvarez, estudiante universitaria de 31 años, reconoce que es un reto expresar las ideas y el mensaje del primer mandatario por su peculiar estilo, sin embargo, considera que se ha logrado adecuadamente.
Comenta que se realizó un análisis para comunicar los dichos,
refranes o palabras típicas de algunas de las zonas del país y que el
tabasqueño usa regularmente ya que el lenguaje de señas es muy literal, y
en algunos casos se expresa letra por letra.
Además han leído algunos de sus libros como el más reciente titulado
“Hacia una economía moral” para conocer su intención comunicativa y
estar a la par de su discurso.
Daniel Maya Ortega, quien estudió Pedagogía, cuenta que lo más complicado es la duración de las mañaneras.
“Lo más difícil es aguantar muchos minutos haciendo la actividad en
vivo por lo que siempre deben estar dos intérpretes que máximo en 20
minutos hagan el cambio para que el mensaje sea fresco y esté a la
altura”, puntualiza.
Los intérpretes trabajan de lunes a viernes en un
salón cercano al Tesorería de Palacio Nacional, a unos cinco metros del
Pódium del presidente.
Una de las pruebas de cómo realizar su trabajo fue
en la ceremonia de toma de protesta el 1 de diciembre de 2018 cuando en
su discurso en la Cámara de Diputados, López Obrador lanzó el famoso “me
canso ganso” por lo que buscaron una equiparación.
“Realmente el presidente cuando dice ´me canso ganso´ no está
diciendo que ´está un ganso cansado´, está diciendo que ´se hará´, que
´es algo firme´, que es algo que es algo que él se compromete y que no
importa lo que suceda se realizará”, explica Laura Álvarez.
Otro concepto que se adaptó es “ese gallo quiere maíz”, en donde se hace referencia al soborno
tratando de mantener la gracia de la frase. En el caso de la comida
regional, como los tamales de chipilín, se menciona el estado y un
deletreo de la palabra.
Álvarez destaca que la comunidad de sordos en el país es
políticamente activa, dando seguimiento no solo a las actividades de la Presidencia de la República, también en los Poderes Legislativo y Judicial.
Una de las observaciones que les han hecho es que no en todas las
conferencias matutinas en los estados tienen intérpretes lo que
atribuyen a la falta de especialistas en la materia y que ellos solo
participan en la Ciudad de México.
“Es mejor no tener un intérprete a uno malo”, asegura Daniel Maya.
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