Jorge Salazar García. 28/06/2021
Debido a que la política presupuestal de un gobierno se determina conforme a la correlación de fuerzas existentes y en razón de que las estructuras estatales fueron edificadas con base en los principios de una economía de mercado, la distribución de la riqueza en México seguirá conservando la misma tendencia favorable a los más ricos. Aunque en la 4ª transformación los salarios han sido sustancialmente mejorados, las grandes corporaciones patronales cuentan con eficientes mecanismos para conservar el mismo ritmo de acaparamiento. El actual régimen, no obstante disminuir las penurias del sector popular parece estar imposibilitado para cambiar los cimientos del modelo. Incluso, cabe la hipótesis de que está aplicando parte de la agenda 2030, pero sin atreverse a gravar la riqueza ni aumentar los impuestos a los ricos. También puede vislumbrarse cierta impotencia para bajar el porcentaje de IVA o ISR de los trabajadores, porque no habría suficiente dinero para los programas sociales. De todos modos ese documento, aprobado en 2015, tienen coincidencias importantes con su proyecto, pues ambos están encaminados hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental del planeta.
Pocos Estados podrían rechazar lo humano de los objetivos de esa agenda, pero hay algo no creíble en ella. Es difícil creer, por ejemplo, que lo mismos sujetos detentadores de la riqueza mundial se vayan a suicidar por el bien de la humanidad. Existe otra engañifa muy conveniente a los responsables del desastre mundial: confunden los efectos con las causas, ya que su modelo económico es el CAUSANTE del despojo cuyo EFECTO es la sobreexplotación y despojo de los pueblos. En descarga de los gobiernos dominados por el neoliberalismo cabe decir que ninguno podría satisfacer con equidad demandas de naturaleza antagónica, ni aún al estilo Robin Hood, porque es el SISTEMA el generador de la desigualdad, no un sector.
Durante 36 años el poder económico realizó un eficiente trabajo construyendo los mecanismos necesarios para multiplicar sus privilegios. Aplicando un plan integral cambiaron leyes, sembraron aliados en tribunales, congresos y partidos políticos, modificaron contenido educativos y se apoderaron de los bancos. Chile y México fueron los países donde, gracias a la educación, las reglas empresariales se enseñan como si fueran PRINCIPIOS y VALORES UNIVERSALES, convirtiendo al ciudadano en vulgar ambicioso, destruyendo familias y lazos comunitarios. Su éxito fue tan consistente que lograron convencer a las víctimas (los desposeídos) de que si alguien es pobre es por culpa propia, jamás del sistema.
Se puede dudar de que el sistema capitalista esté en su fase terminal, pero de lo que no hay duda es que la élite mundial se prepara para superarla en su beneficio. Los propios gurúes del capitalismo reconocen que sus privilegios deben disminuir. En 2019, por ejemplo, los más ricos al realizar el Foro Económico Mundial en Davos Suiza, propusieron humanizar las empresas preocupándose por la comunidad y sociedad en general. El fundador del Foro, Klaus Schwab, entre otras medidas, les pidió PAGAR MÁS IMPUESTOS, respetar los derechos humanos y no tolerar la corrupción. Lamentablemente, tomando en cuenta el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y el incremento de las ganancias obtenidas (1.6 billones de dólares) por las trasnacionales durante la pandemia, las propuestas fueron ignoradas.
Los datos siguiente, tomados del Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 publicado a instancias del PNUD ( (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) muestran la gravedad del asunto. Afirma que con la pandemia (2019-2020) se reactivaron el malestar, la frustración social y la concentración de la riqueza. Como consecuencia se aumentaron las protestas por la injusta distribución de los ingresos. Este informe registra que el 1% más rico controla el 28% de los recursos totales y el 10% más alto captó más del 57 % de los ingresos nacionales. En México es peor, pues mientras ese 1% se apropia del 31%, el 40% de las familias no pueden adquirir la canasta básica alimentaria. Es el elefante reumático que AMLO quiere mover por la buena, sin incrementar impuestos a los ricos ni gravar la riqueza. El documento confirma que la concentración del ingreso es persistentemente alta y/o aumenta en el tiempo; sobre todo en México, donde las fortunas se hicieron bajo el cobijo del poder político.
El abismo entre los que tienen mucho y el resto de los mexicanos crece como una bola de nieve deslizándose por la pendiente. Otro mecanismo que permite a los más ricos ampliar la brecha es el contable, lo utilizan sofisticadamente para evadir impuestos y obtener ¡SUBSIDIOS! Estatales de miles de millones de pesos por gastos fantasmas, falsas donaciones, regímenes especiales, diferimientos y deducciones de impuestos. Salvo las excepciones de rigor presentes en algunos pequeños y medianos empresarios, los grandes tiburones NO PAGAN IMPUESTOS y le roban al erario público. Para este año 2021 se calcula serán alrededor de 135 mil millones.
¿Podrá resolver esta sangría el actual régimen?
El presidente tiene claro que aumentar las contribuciones a los ricos mexicanos le generaría inestabilidad política y social que confrontaría pueblo vs pueblo. Sus llamados dirigidos a los patrones para que paguen impuestos y mejoren salarios le han granjeado el respaldo de millones de trabajadores. Sin embargo, al no obligar a la élite EXPLOTADORA a pagar contribuciones realmente, mejorar prestaciones y no aumentar precios, ese respaldo podría disminuir; sobre todo, el de aquel 32% de la población que piensan vale la pena luchar por la igualdad, combinando el voto y la protesta; sin contar, claro está, a quienes desde el inicio de su mandato no le creen, como los zapatistas y otros grupos populares que se organizan autónomamente en las comunidades para defender sus recursos y sus derechos.
Todo indica que los privilegios estructurales seguirán siendo prerrogativas de pocos. El tiempo de los trabajadores únicamente podrá llegar cuando dejen de esperar la Justicia como dádiva y se convenzan que “Las libertades (derechos) no se imploran, se conquistan” (AMLO). Se puede empezar reconociendo que la principal amenaza a la humanidad es el capitalismo-imperialismo como formas intolerables de explotación y depredación de la Madre Tierra (Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo y de la XIX Cumbre del ALBA-TCP, junio 2021).
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