Jorge Salazar García
Los incendios ocurridos en naciones como Canadá, Australia, Grecia y Estados Unidos así como las inundaciones que han asolado regiones de China, Alemania India, Suiza, Bélgica, etc. en este año, son acontecimientos relacionados con el cambio climático. Son efectos de las temperaturas extremas que están amenazando la vida en el planeta. Si bien existen datos científicos (https://www.nationalgeographicbrasil.com/historia/2020/01/terra-passou-por-mais-extincoes-em-massa-do-que-imaginavamos ) que suponen sucedieron 5 catástrofes globales naturales en los últimos 500 millones de años, también los hay donde se afirma que el modelo de desarrollo basado en la sobreexplotación de la Naturaleza y de personas esta acelerando la sexta. Evidentemente, si el equilibrio climático necesario para albergar la vida se rompe, millones de seres perecerán.
Por negocio millones de árboles son derribados diariamente en el mundo pues cada 3 SEGUNDOS se devasta un área igual a la de una cancha de futbol (https://www.pstu.org.br/brasil-perdeu-24-arvores-por-segundo-em-2020/ ) Por la misma razón son arrojadas millones de toneladas de desechos al mar y de gases efecto invernadero a la atmósfera. Los principales responsables de la destrucción de los ecosistemas están identificados, son los codiciosos capitalistas, quienes trasladan su culpa a la gente. La población no puede decidir que producir, simplemente compra y usa los productos (aceites, gasolinas, minerales, alimentos procesados, etcétera) que los capitalistas le ofrecen. El modelo de mercado es así, busca la máxima ganancia no el beneficio de la humanidad.
Aquel discurso empresarial de proteger a la naturaleza y generar un desarrollo sustentable, es diariamente invalidado por la gran devastación ambiental que ocasionan globalmente. No es descabellado pensar que la Pandemia del Covid-19 haya sido provocada intencionalmente para desviar la atención de la población o paralizarla con el terror y el aislamiento social inducidos. No obstante, es cuestión de tiempo para que la parte más informada de la sociedad identifique a los verdaderos culpables de la hecatombe que se aproxima y actúe en consecuencia. Seguramente ahora que el miedo por la pandemia disminuya, volverá a emerger la crisis económico-ambiental que nunca se fue, generada por ese 1 por ciento de capitalistas privilegiados, dueños de las plataformas digitales, centros financieros, industrial farmacéuticas, extractivas y militares.
La amenaza es real. Sus mismos organismos mundiales como el IPCC, en su comunicado publicado el 9 de agosto pasado, (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), informa que “se están observando cambios (sin precedentes) en el clima de la Tierra, en todas las regiones”. Explica la hipótesis de que el cambio podría “limitarse” siempre y cuando fuera reducida sustancialmente la emisión de los (GEI) gases efecto invernadero, CO2, principalmente. Eso significaría dejar de quemar combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) que son los que mueven la economía mundial, actualmente en crisis.
Los poderosos no cambiaran sus modos de producción basada en la energía barata al menos que la sustituya por otra que le rinda los mismo beneficios económicos o mejores. ¿Tendrá algo que ver el Litio de Bolivia, Afganistán y México? Nuestro país, debido a su dependencia económica de los E.U.A jugará un papel importante en los aspectos del litio, combustibles fósiles y plantas nucleares. Es muy probable que en los próximos años vuelva a insistirse, desde la secretaría de energía, que la nuclear es SEGURA y BARATA y revivirá los 4 proyectos de construcción de PLANTAS nucleares planeadas en el México neoliberal, que no acaba por irse.
Por otro lado, aunque las emisiones de los GEI SE REDUJERAN “de manera inmediata, rápida y a gran escala mejorando la calidad del aire, estabilizar el clima llevaría entre 20 o 30 años de esfuerzos coordinados a nivel global de manera conjunta por todos los gobiernos, sin ventaja para los imperios de la fuerza. Limitar, en el mismo plazo, el calentamiento alrededor del 1.5 ºC será un objetivo inalcanzable porque requiere el compromiso inmediato de las naciones que concentran la riqueza y los medios de producción. Debe tenerse en cuenta que entre 1850-1900 la temperatura promedio mundial se incrementó 1.1 ºC y se prevé que podría alcanzar los 1.5 ºC en el año 2040, considerado el límite del NO retorno.
Las temperaturas serán cada año más extremas, tanto los incendios como los congelamientos serán padecidos en lugares donde nunca antes ocurrieron. Las consecuencias de lo anterior es la destrucción de ecosistemas que conducirán a nuestro barco al desastre global. Este panorama apocalíptico comienza a vislumbrarse; ha nevado en desiertos, los incendios se multiplican en zonas frías; los glaciares milenarios se derriten y los niveles del mar aumentan.
Urge recuperar “la resiliencia de nuestros sistemas socio-ecológicos”. Corresponde al 99% de la población dar la lucha frontal contra las megaindustrias y los gobiernos que defienden este sistema donde TODO es mercancía y negocio. Recuerde que si permitimos que echen a pique el barco (la tierra) que nos alberga, nos hundiremos todos.
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