Jorge Salazar García.
En los próximos días, el discurso del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pronunciado en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 9 de noviembre, estará siendo debatido entre quienes apoyan y rechazan su gobierno. Seguidores y detractores revisarán su propuesta emitirán juicios sobre el Plan, lo mismo que políticos y economistas. Independientemente de si es adoptado o no es importante analizar lo propuesto en ese foro internacional donde se reúnen quienes tienen el poder formal para tomar decisiones al respecto. AMLO lanza la bolita y los líderes tendrán que asumir una postura frente a este asunto de la desigualdad social pues podría agitar las conciencias de sus sectores más vulnerables.
Veamos de manera breve algunos aspectos del discurso relacionados con la 4ª Transformación, empeñada en disminuir la nefasta influencia del poder económico sobre el político o dicho de otra manera, evitar que el modelo de mercado continué hundiendo en la pobreza a millones de mexicanos.
¿Es realizable el Plan?
Una parte del Plan, de indudable sentido humanista, ya ha sido puesta en práctica en México. Me refiero a la entrega directa de los apoyos económicos; la cual, en lo inmediato, ha funcionado bien. Evidentemente, la pobreza no será erradicada sólo distribuyendo dinero, pero al menos lleva alivio temporal a quienes no poseen nada. La gran diferencia entre el Plan y los programas sociales de la 4T es el origen de los fondos. Los recursos en el segundo caso, los aporta el Estado; en el primero, los particulares. Y es aquí donde “la puerca tuerce el rabo”. Como es sabido, los ricos prefieren ver morir de sed al gallo de la pasión que darle agua. Simplemente no existe antecedente en la Historia del Neoliberalismo que registre un desprendimiento económico voluntario sin antes haber asegurado el retorno de lo aportado. Consecuentemente, dicho Plan, No es realizable tal cual lo plantea AMLO y seguramente lo sabe; pero, astuto como es, parece ocultar algunos ases bajo la manga para que no se quede en pura utopía.
Abundemos, por ejemplo, en la cuestión de la operatividad del Plan. Encargar su aplicación a los responsables de la desigualdad social y sus aliados (ONU, FMI, Banco Mundial, llamados “aletargados” en el discurso) es de una candidez ajena al Ejecutivo. Sería como dar a cuidar las llaves de la cárcel al bandido preso, por decirlo llanamente. Posiblemente uno de los ases ocultos sea exhibir la sevicia de los tecnócratas y grandes empresarios poniéndoles enfrente un espejo. Al mismo tiempo que los distrae y confunde, les lanza un salvavidas para su autoreivindicación ante el mundo y además, fortalece la 4T, interna y externamente.
Otro asunto complejo es ¿cómo determinar justamente la cuota del 8% aplicada al capital y corporaciones para constituir el fondo común? Para empezar, nadie sabe el monto real de las fortunas de los poderosos. La tienen dispersada en bonos, bienes raíces, inversiones, cuentas bancarias, fideicomisos, etcétera, mostrando únicamente la punta del iceberg. El conflicto emanaría de la desconfianza insalvable de quienes ocupen los lugares intermedios de la lista de los 1000 al considerar injusto pagar lo mismo que este, proporcionalmente hablando. Sin embargo, por imagen, pudieran acordar una aportación voluntaria.
En cualquier caso, dicho Plan será aplaudido por muchos gobernantes pero no aplicado tal cual porque la mayoría actúa conforme lo dicta el DINERO. También festejaron el discurso de Fidel Castro en la asamblea general de la ONU (1979) sin acatar su propuesta de renovar y democratizar ese organismo para independizarlo de los “intereses, caprichos y decisiones de 5 países (Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia) los cuales niegan el derecho a la vida de millones de personas provocando su muerte por hambre o enfermedades curables, como hoy continúa sucediendo.
¿La corrupción es la causa?
Refiriéndose a la corrupción AMLO expresó: Hoy es tiempo de actuar contra la marginación, atendiendo las causas y no solo las consecuencias”. Dando a entender que la CORRUPCIÓN es la causa de la inequidad social. Lo mismo dijeron Peña Nieto y los organismos internacionales para justificar las consecuencias del modelo de muerte impuesto al mundo. Ellos culparon al consumismo (a la gente) para liberar de responsabilidad a los oligopolios extractivistas del calentamiento global. La corrupción no es un fantasma corporizado errante por doquier, es una conducta inherente a las personas, determinada, principalmente, por las condiciones económicas e ideológicas vigentes. Cualquier ciudadano, con secundaria terminada, sabe que la corrupción es un EFECTO, no una causa. Hasta el más humilde reconoce a la INJUSTICIA clasista, esencia del sistema, como una de las causas originarias de la desigualdad social. Esto lo sabe el presidente de México. Entonces …
¿Por qué sacar las castañas del fuego?
En la fábula “El mono y el gato” (La Fontaine), ambos animales al pasar por una cocina vieron sobre el fuego unas castañas … El mono le dijo al gato: -¡Amigo, es hora de dar el gran golpe! ¡Si yo tuviera las garras que tu tienes, esas castañas ya estarían en mi estómago!
El gato, ufano, creyéndose astuto, rápidamente comenzó a retirar una a una las castañas del fuego; mientras tanto, el mono se las iba comiendo sin que el gato lo advirtiera. Cuando el felino aún no había comido ninguna, entró el cocinero y expulsó a los ladronzuelos del lugar. El gato salió corriendo con su vanidad inflada y las garras chamuscas, pero con el estómago vacío. El mono igual escapó, pero con el estómago lleno y su integridad física a salvo. Moraleja: a veces el burlador es burlado. ¿Quién es quién en nuestra historia? El tiempo lo dirá.
Por lo pronto, AMLO, si lo aprovechan, podría ser útil al poder económico mundial. Su propuesta podría descargarles culpa y limpiar su IMAGEN ¡sin pagar obligatoriamente un impuesto progresivo hasta del 15 %! como se ha venido proponiendo en otros foros. Igual que al gato del cuento, por conveniencia, lo podrían hacer sentir cómo superhéroe proponiéndolo como SECRETARIO GENERAL DE LA ONU o candidato al premio NOBEL DE LA PAZ a cambio de que siga promoviendo de esa manera el combate a la pobreza.
Claro, dada la astucia del mandatario mexicano, existe también la posibilidad de que les “voltee el chirrión por el palito”, exhibiendo el fracaso global del modelo neoliberal. Tal cosa hizo al señalar a las corporaciones responsables de la privatización de lo que no debiera tener dueño por ser de todos, de legalizar lo inmoral y de acreditar lo abominable como negocio aceptable, desplazando la civilización por la barbarie.
AMLO como Fidel, aunque de modo distinto, han identificado al sistema, como la fuente de la inequidad social. Ya que desde las instituciones mundiales bajo control neoliberal y como decálogo sagrado, se promueve el otorgamiento de préstamos destinados al “desarrollo” de los pueblos, siempre ligados a la obtención de GANANCIAS, no a terminar con la pobreza.
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