domingo, mayo 29, 2022

AMLO, la riqueza y el Neoliberalismo.


“El secreto de las grandes fortunas es un crimen olvidado" (Balzac).
Jorge Salazar García.
Comencemos este artículo por delimitar a quién se le considera rico. De acuerdo a la empresa  “Encuesta de Riqueza Moderna”, cuyo dueño es el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, un patrimonio de 2 millones de dólares convierte a una persona en rica. Su equivalencia en pesos mexicanos serían alrededor de 40 millones. Con base en este monto, puede suponerse que la clase media la conforman quienes tienen menos de esos 40 Mdp y la clase pobre estaría integrada por personas sin ahorros. 
Esta forma de clasificar a la población en clases alta, media y baja esta contenida en el Programa Nacional de Protección a los Derechos del Consumidor, publicado como decreto en el Diario Oficial de la Federación (08/05/2014). El cuadro siguiente las muestra con sus características distintivas. 


De las características anteriores puede deducirse que la clase alta-baja (5%) tiene trabajadores a su disposición; las clases medias y la baja-alta (59%) están constituidas por quienes trabajan todos los días; en la clase baja-baja (35%) quedarían comprendidos los que carecen de empleo o éste es inestable. El 1% restante lo conformarían los parásitos voraces que despojan a todos los demás (99%).
¿Por qué la distribución de la riqueza es tan inequitativa?
El hecho de que existan tan pocos (1%) morbosamente enriquecidos no se debe a la suerte y en la mayoría de los casos ni al trabajo honesto. La concentración de la riqueza en pocas manos es producto del sistema capitalista impuesto al mundo por quienes poseen la fuerza de las armas. Nunca como hoy el capitalismo había sido tan salvaje e inhumano. Hasta antes de la conformación de los oligopolios ocultó eficientemente esa naturaleza depredadora que tiene al borde del cataclismo la vida en el planeta. El modus operandi de ese capitalismo salvaje (neoliberalismo) ha sido inducir crisis de todo tipo (alimentaria, energética, climática, sanitarias, financiera, etcétera) porque así escalan el ritmo de expoliación que incrementa sus fortunas. 
La semana pasada, aprovechando la crisis económica atribuida a la pandemia y guerra en Ucrania, los oligarcas se reunieron en Davos. Ahí plantearon la urgente necesidad de atender los problemas de salud, pobreza y ecología, que ellos mismos generaron. En esta ocasión, los asistentes al Foro Económico Mundial, propusieron terminar con la globalización del modelo y crear economías más justas. Nada nuevo, pues lo mismo, pero con otras palabras dijeron en 2019. Específicamente su fundador, Klaus Schwab, pidió a los mega millonarios “humanizar” a las empresas interesándose en la cuestión social, los salarios, pagar más impuestos; y, sobre todo, respetar los derechos humanos y no tolerar la corrupción. Dadas las enormes ganancias obtenidas (1.6 billones de dólares) por las trasnacionales durante la pandemia, el empeoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y la destrucción del medio ambiente, resultan más que hipócritas sus preocupaciones.
¿Cómo le va al neoliberalismo en México con la 4T? 
Siendo México el lugar donde se pusieron en práctica las recetas neoliberales de manera radical trasformando toda la estructura legal e institucional del país para beneficiar a los representante locales de ese 1% mencionado, sería útil revisar cómo les ha ido con la llegada a la presidencia de quien mandó al diablo las instituciones y llamó mafiosos e insaciables a los neoliberales. Lo más probables es que de haber continuado gobernando los traidores prianistas adoctrinados en el extranjero, México estaría mucho peor que ahora.
Cuando López Obrador llegó a la presidencia todo estaba al borde del colapso, la rabia acumulada por el abuso del poder puesto al servicio de los poderosos auguraba inestabilidad social incontrolable. AMLO, con especial sagacidad política, atemperó esas rabias humanizando la política y combatiendo la corrupción pero sin atacar el problema de fondo, pues aquella promesa de separar el poder económico del político se ha diluido, igual que la otrora condena al neoliberalismo. La estructura legal optimizada para el saqueo, la explotación y la impunidad permanecen y, pareciera que el “padre de la desigualdad social”, Carlos Salinas y la mayoría de los miembros de la mafia del poder fueron perdonados. Otros mafiosos  permanecen en el gabinete: “se nos quedaron… dijo AMLO en Colima, (5/03/2019). Además el Presidente les está “corrigiendo la plana de todo lo que hicieron mal”. 
De hecho, al mejorar salarios, luchar contra la corrupción y respetar los derechos humanos, AMLO cumple la agenda neoliberal del Foro Económico Mundial, pero sólo en parte, porque aquello de gravar las fortunas y aumentar impuestos a los ricos no lo hará debido a que lo prometió a las cúpulas empresariales. La tendencia concentradora de la riqueza continúa. Eso muestran los datos. Por ejemplo, en 2015, la empresa de servicios financieros con sede en Suiza “Credit Suisse Group” colocó a México en el rango 19 entre 30 naciones, por tener 84 millonarios en dólares. Para 2017 Forbes destacó que entre las 30 personas en el mundo poseedoras de alrededor de 100 mil millones de dólares estaba Carlos Slim. La fortuna de este amlo-salinista creció 4.6 veces de 1996 a 2017 (“La distribución de la Riqueza en México”. Dr. Miguel del Castillo Negrete, UNAM, 2017). En plena 4T (2021) a México ya se le ubicaba en la posición 10, confirmando lo dicho por AMLO (22/05/2022) de que “no hay un rico… que haya perdido dinero; al contrario, les ha ido bien”. Ciertamente, la política asistencialista a traído alivio a buena parte de la población, pero eso no modifica la causa de la pobreza e injusticia. Es una ley física: si un cuerpo se carga de electrones, tiene que tomarlos de otro. No puede haber inmensamente rico, si no hay despojo.
¿O AMLO, siendo candidato simuló ser anti neoliberal o simula ahora empatizar con el neoliberalismo? Cualquiera que sea la respuesta, asumir que el neoliberalismo, aplicado sin corrupción, “no sería del todo malo”, después de considerarlo (17/03/2019) una política de pillaje, antipopular y entreguista, es una incongruencia. ¿Cuáles son sus propósitos?; ¿calmar las rabias de los poderosos?, ¿ganar su apoyo para la sucesión presidencial?, ¿Enviar señales de empatía a los neoliberales yanquis?, ¿remitir mensaje a los precandidatos destapados?, ¿lanzar bombas distractoras mientras consolida la 4T? o ya de plano ¿sacar del closet su alma capitalista?


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