lunes, julio 25, 2022

Caro Quintero por Bartlett: ¿Trueque convenido?

Jorge Salazar García.25/07/2022
Nuevamente el actual director de la Comisión Federal de Electricidad, (CFE) Manuel Bartlett Díaz (MBD), es atrapado por el huracán político. El era el secretario de gobernación cuando fue asesinado el agente de la DEA (Administración de Control de Drogas), Enrique Camarena Salazar cuyo uno de sus autores materiales, el narcotraficante Rafael Caro Quintero (RCQ) fue re capturado el 15 de agosto pasado, a tan sólo tres días después de la reunión binacional México-E.U.A.
La cercanía del encuentro AMLO-BIDEN con el operativo de la Marina, de inmediato generó la especulación de que, este, era producto de un trueque convenido con Donald Tump en 2020: Estados Unidos liberaba al General Cienfuegos y México regresaba a Caro Quintero a la Cárcel (con propósitos de extradición), de la que había salido el 9 de agosto de 2013. Como el asunto inmiscuye a MBD, es probable que AMLO utilice la extradición del capo para que el Departamento de Justicia no insista en interrogar a Bartlett por el caso Camarena. Como es sabido “su nombre aparece en los expedientes de la investigación abierta” bajo la referencia CR-87-422 (Proceso). Eso pareciera estar haciendo el fiscal Gertz Manero al hablar con su homólogo yanqui Merrick Garland.
Este evento evoca otros hechos similares en los cuales MBD intervino dada su posición privilegiada en la estructura del poder. Nos recuerda la ejecución del periodista Manuel Buendía, la guerra sucia, el fraude electoral de 1988 y el asesinato de los perredistas Xavier Ovando y Román Gil operadores electorales de Cuauhtémoc Cárdenas. La captura del “narco de narcos” no fue fortuita, es el resultado de una cuidadosa estrategia militar donde se involucran organismos de inteligencia yanquis, principalmente la CIA, (Agencia Central de Inteligencia), y la DEA (Administración de Control de Drogas).  
El señor Bartlett fue pieza fundamental en la conformación de la “mafia del poder” priista; durante 44 años militó orgullosamente en el PRI, partido al que dijo pertenecería “hasta la muerte”. Viendo su traición, tal vez debió decir “hasta que el hueso nos separe”, porque fue eso precisamente lo que le llevó a romper su promesa en 2012 cuando el PT (partido del Trabajo) le regaló la senaduría plurinominal a instancias de AMLO quién, de ese modo, pagaba a Bartlett haber pedido el “voto útil” para él en la elección presidencial de 2006.
AMLO lo incorporó a la 4T por sus nexos, habilidades y sobre todo por la fabulosa información que le pudo haber proporcionado sobre los secretos políticos relativos a las agencias yaquis y a los presidentes  que le frustraron su aspiración presidencial, a los cuales sirvió LEALMENTE. Su ingreso al régimen amloísta le garantiza impunidad total, al menos hasta 2024.
Su más conocido latrocinio cometido, siendo secretario de gobernación de Miguel de la Madrid Hurtado (MdMH) y presidente de la Comisión Federal Electoral (CFE), fue haber operado el fraude del 6 de julio de 1988 con el cual arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas e impuso a Carlos Salinas de Gortari. Este, en pago, le otorgó la Secretaria de Educación Pública, la gubernatura de Puebla y una senaduría plurinominal (2000-2006) después de “perder” la nominación presidencial priista frente Fco. Labastida Ochoa. Recientemente, don Manuel, ahondó cínicamente la herida en la entrevista concedida al diario El Universal (2 de agosto) al negar ser neoliberal y culpar a otros por aquel fraude monumental.
Algunos morenistas le justifican su presencia en el gabinete por el valor que tuvo para abandonar el PRI y rechazar la reforma energética de Peña Nieto. No hay nada de eso, lo único que mueve su alma tecnocrática corrupta es el dinero y el poder. Es un híbrido de dinosaurio, camaleón y chapulín sumamente pragmático, calculador, discreto y mañosamente eficaz. Su rechazo a la reforma energética de Peña no reviste valor alguno, ni nacionalismo pues con la misma firmeza con que lo hizo apoyó también la entrega al extranjero de la petroquímica durante el Salinato. Su propósito era asegurar su puesto actual en la 4T.
Debe recordarse que de él dependía también la siniestra Dirección Federal de Seguridad (DFS) en dónde colocó a su amigo Manuel Zorrilla y a quién (a cambio de su sometimiento) había prometido la secretaría de Gobernación una vez que aquel llegara a la presidencia. En esa dependencia se fraguaba la persecución,  espionaje, tortura y supresión tanto de narcotraficantes, izquierdistas y periodistas señalados por las agencias yanquis como riesgos para sus intereses. Desde ahí, acatando la órdenes directas de MdMH (1982-1988) se coordinaba con la CIA y la DEA. Para ejemplificar lo anterior, revisemos brevemente el caso del periodista creador de “Red Privada asesinado en 1984.
Manuel Buendía Tellezgirón, dijo Carlos Ramírez, era una especie de vocero del sector progresista del sistema priista. Sus artículos sobre la CIA, la Casa Blanca, la derecha fascista, el neoliberalismo y el narcotráfico incomodaron a muchos poderosos. Criticó directamente al gobierno de MdMH a partir de publicar en su columna las denuncias de los obispos sobre la protección que los funcionarios daban a los narcotraficantes. De hecho, citando el artículo de C. Ramírez, “El periodismo antes, durante y después de Manuel Buendía”, dos días antes de su asesinato Buendía escribió: 
“El procurador general de la República y el secretario de la Defensa no deberían ignorar por más tiempo la advertencia que hicieron desde marzo los nueve obispos del Pacífico Sur, respecto al significado político que puede tener el incremento del narcotráfico en nuestro país, específicamente en los estados de Oaxaca y Chiapas. Los nueve dirigentes eclesiásticos coinciden con lo que saben otros observadores. Dicen que en este sucio negocio existe la complicidad, directa o indirecta, de altos funcionarios públicos a nivel estatal y federal”. 
Escribir con tal temeridad no le era nueva; ya en su libro, “La CIA en México” (1983), había expuesto los nombres de agentes y dos jefes de la CIA adscritos al país y reveló nexos de esa central con narcotraficantes (Caro Quintero Incluido) políticos (Bartlett) y grupos fascistas mexicanos. Se convirtió en un “objetivo” peligroso para Miguel de la Madrid quién firmaría el GATT con los Estados Unidos un año después del asesinato de Buendía. Dicho acuerdo comercial (antecedente del TLC (Salinista) y del TELCAN (amloísta) era un compromiso aceptado por Echeverría contenido en la carta secreta que Buendía publicó el 18 septiembre de 1977. Bartlett tuvo que haber sabido, (era su secretario de gobierno), que con ella se entregaba al Fondo Monetario Internacional la soberanía económica de México. En suma, Buendía tenía poderosos enemigos dentro y fuera del país y con motivos suficientes para eliminarlo. 
En el siguiente artículo versará específicamente sobre los asesinatos de Buendía y Camarena que involucraron a Manuel Bartlett siendo este Secretario de Gobernación.
 


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