domingo, julio 16, 2023

Robots con Inteligencia Artificial



Jorge Salazar García; Fernando Illescas

Actualmente, cuando la producción de bienes y servicios tiende a ser automatizada, la generación en crecimiento, se dice, será la última libre (Assange, 2012). Aunque la libertad en el capitalismo es una ilusión el cumplimiento de ese pronóstico depende de la rapidez y profundidad con la cual se digitalicen y roboticen los procesos productivos con inteligencia artificial.

 

Empecemos revisando lo referente a la IA. A grosso modo es una emulación de la inteligencia humana (capacidad de plantear y resolver objetivos complejos) mediante un lenguaje especializado como ADA o LISP, antes, y ahora Prolog o Haskell. También se usan lenguajes ‘normales’ como Phyton y C. Todos introducidos a un ordenador por un humano, caracterizados por generar nuevas frases verdaderas a partir del banco de conocimiento previo y una situación nueva.  La IA es capaz de generar reglas nuevas y validarlas de alguna forma prevista. Dependiendo del contexto, la IA puede generar respuestas ‘semejantes’ según situaciones previas registradas. Por ejemplo, puede generar respuestas ‘ad hoc’ para que un misil evada anti-misiles en un escenario único no experimentado antes y no previsto, basándose en lógica difusa (grado de semejanzas). Y puede hacerlo a mayor velocidad que cualquier ser humano. Otra aplicación impactante de la IA se llama ‘deep fake’. Transforma una persona en otra (youtube, Brad Pit) y mientras habla revierte el proceso.  A partir de esto puede hacerse un video en el que usted haga y diga lo que nunca hizo y dijo. Es decir, es el fin de los videos y fotos como pruebas judiciales, y principio de la difamación tecnológica. Usted puede ‘probar’ una inteligencia artificial en openai.com llamada ChatGPT. Recibe texto y emite texto. Convierte, por ejemplo, una secuencia algorítmica (pasos a seguir) a un lenguaje de alto nivel con sintaxis correcta y puede sintetizar un texto de hasta 2,400 caracteres o inventar gratuitamente un texto de ventas. Tiene ya en 6 meses 1.3 millones de usuarios. Una de sus“gracias’ más relevante es que ‘entiende’ lenguaje natural.  Antes el ordenador se programaba en código binario o leguajes de alto nivel. Ahora es un procesador sintáctico que analiza la redacción, la descompone (análisis) y elabora un significado (síntesis), lo procesa y responde de nuevo en ‘lenguaje natural’. Las habilidades de análisis y síntesis, casi excluidas de la educación neoliberal básica, ¡las ostenta esta máquina del demonio! Claro que no tiene auto-consciencia, pero sus alcances actuales son impresionantes. 

El robot es una combinación de piezas mecánicas conectadas y programadas para realizar funciones humanas específicas. Si tiene forma humana se le llama androide; si no, nos referiremos a esas máquinas como autómatas.  Un autómata podría ser también el programa que ‘corre’ una nómina operando con reglas fijas. En este sentido el Informe Mundial de robots (2021) rebela que hay 126 robots por cada 10,000 empleos. A esta relación se le llama densidad robótica y es inversa. Es decir, a más robots menos empleos y viceversa. La densidad robótica (DR=R/E) entonces, en 2021 fue de 0.0126. Este valor, por sí solo no dice mucho. Le explico: como la variable R está creciendo continuamente y los empleos (E) disminuyen, la densidad (DR) aumentará muy, muy rápidamente. Cuando R=E, DR=1,  significará que todos los empleos estarán siendo desempeñados por robots. Y eso está cerca. Los dueños de los medios de producción sólo esperan que los despidos masivos no alteren sus ganancias ni pongan en riesgo sus negocios. El robot existente más antiguo, el Gallo de Estrasburgo, funcionó más de 400 años (1352-1789). Movía las alas y el pico cada hora marcada por el reloj de la catedral de ese lugar. Joseph Frederick Engelberger considerado el padre de la robótica clasificó en 5 generaciones a los robots: Robots manipuladores, Robots en aprendizaje de secuencias fijas, Robots con sensores, Robots móviles, Robots inteligentes.

Sobre las funciones de los robots dotados de IA nadie, en su sano juicio, puede oponerse sirvan a la humanidad, pero tampoco nadie, considerando que los conocimientos utilizados para crearlos provienen de las generaciones anteriores, debiera patentarlos como propios, mucho menos utilizarlos para sobreexplotar al hombre, destruir su hábitat o perfeccionar matanzas. Es alarmante que Boston Dynamics fabrique robots blindados, armados de uso militar capaces de desplazarse en terrenos con atmósferas irrespirables, temperaturas elevadísimas capaces de transmitir y recibir instrucciones por radio y ahora con I.A. La utilización de la IA en robots ha permitido al capitalismo rediseñar estrategias de vigilancia mundial masiva. Actualmente China tiene la mejor IA y Japón la mayor densidad robótica. La carrera armamentista se ha acelerado, debido al diseño, en Estados Unidos, de un dron con IA capaz de lanzar misiles desde el espacio. Ya ha entregado a Ucrania el dron kamikaze para atacar a Rusia, lo cual puede llevar a la confrontación nuclear. Al respecto, son incontables los llamados a la cordura para evitar una conflagración mundial que pudiese provenir de una falla o uso intencionado de los robots de quinta generación.

Los impactos sociales y económicos serán tremendo. ¿Cuántos empleados requerirían los bancos para operar la cantidad actual de transacciones, sin computadoras?  Tal vez 20 o 30 veces más. La IA se está desarrollando para la toma de decisiones; o sea, para reemplazar puestos ejecutivos. La robotización en el sector privado y público está incrementando los despidos y la precariedad del trabajo, conforme a lo planeado por el poder político y económica. Algunos capitalistas menores vislumbran consecuencias catastróficas para el sistema. Piensan, con razón, que el caos y las rebeliones de los desplazados podrían derrumbar su sistema económico centrado en la acumulación de riqueza. La incertidumbre surge de que las condiciones sociales y políticas no habrán evolucionado lo suficiente para afrontar las consecuencias negativas para el trabajo. 

En estos momentos las máquinas-transfer hacen funcionar fábricas produciendo día y noche en total oscuridad, como Fanuc, industria japonesa que fabrica robots. No gasta luz en la iluminación ni agua en baños humanos. No existen seguros médicos, sueldos o cualquier otra prestación laboral (excepto Japón, donde los sindicatos lograron que los robot pague una cuota sindical). Como de ese modo los trabajadores no tienen ingresos para consumir, los señores capitalistas han lanzado su agenda 2030 proponiendo sean los gobiernos quienes den dinero a los desempleados (pensión universal) y se hagan cargo de la salud de los más pobres y discapacitados, a cambio de sumisión política. No obstante, el punto de inflexión llegará cuando, al no alcanzar el dinero público, el Estado decida gravar las fortunas o reprimir protestas. El trabajador no aceptará pacíficamente aumento al IVA (16%) o al ISR (30%) mientras a  los patrones sigan evadiendo impuestos

 Por lo pronto, los robots con IA no igualarán el potencial del cerebro humano, mucho menos se rebelarán (Kurzweil). Lo más lógico es que “nos fusionemos con este tipo de tecnología poniendo dispositivos inteligentes en nuestros cuerpos y cerebros para que nos hagan vivir más tiempo y más sanos” dando origen a los HUMANOS HIBRIDOS o cyborgs.

Es de vital importancia revisar la futura dotación de IA poderosa a los robots pues, además de ya afectar dramáticamente el presente, podrían desarrollar alguna habilidad específica superior a la humana en situaciones pragmáticas como la referida arriba. Los riesgos a mediano plazo (10-15 años) serán extremadamente peligrosos cuando la IA esté disponible para ese 15% de la población privilegiada. De hecho, Putin afirmó hace unos dos años que el primer país que dominase la IA dominaría el mundo también. 

¿Qué potencia acata el código de conducta responsable para la investigación y aplicación de la IA, emitido en 2008 por la Comisión Europa? Los corporativos industriales no lo hacen, ni siquiera toman en cuenta las 3 leyes de la robótica que propuso Isaac Asimov, actualizadas con la cero y la 4:

0. Un robot no podrá realizar acción alguna, ni por inacción permitirá que otro realice una acción que perjudique a los seres humanos, aunque entre en conflicto con las otras tres leyes.

1. Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes que reciba de los humanos, salvo si tales órdenes entran en conflicto con la primera ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia, siempre que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

4.-Los robot son objetos; no deben ser diseñados para evocar una respuesta emocional.

Por supuesto, debemos aplaudir aquellas aplicaciones de la IA que mejoran la vida de todos, no sólo a sus  propietarios quienes, de continuar teniendo el control, radicalizarán la crueldad del capitalismo. Cierto, los que puedan pagarla vivirán más años reemplazando órganos y atendidos por nanorobots médicos, pero ¿Para qué? ¿Para vivir rodeados de aparatos inteligentes sumidos en la superficialidad, despersonalizados, cosificados, colonizados tecnológicamente en su nuevo orden mundial?




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