domingo, febrero 04, 2024

Salinas regresa, por el caso Colosio.

“¡Él fue! ¡él fue! ¡él fue!”

Jorge Salazar García.

Nuevamente, los asuntos del dinero sucio en las campañas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio (LDC) agitan las pasiones políticas. Ambos involucran al “padre de la desigualdad” a quien la embajada gringa reconocía como jefe de la mafia local, llamándolo “Mister Salinas”. Este diabólico personaje continúa haciendo daño a México, pues la política y el dinero sucio corren por sus venas desde siempre.

Carlos Salinas de Gortari (CSG), educado en Harvard (1970-1978), pertenece a la estirpe priista más corrupta del país. Este Santana, siendo presidente, entregó las riquezas de la Nación a los grandes potentados. Desde entonces, les ha seguido sirviendo de cabildero dentro del Poder Judicial, Legislativo e instituciones como el INE, INAI, principalmente. 

La revelación de López Obrador sobre la operación de rescate del segundo asesino (Jorge Antonio Sánchez Ortega (JASO), realizada el mismo día del asesinato de LDC por Genaro García Luna (GGL) obedeciendo a su jefe Jorge Tello Peón (director del CISEN), es sin duda, un mensaje directo al considerado autor intelectual del magnicidio, Carlos Salinas. Primero porque echa abajo la “verdad histórica” del asesino solitario y segundo porque el segundo tirador, José Antonio Sánchez Ortega (JASO) y su rescatista GGL, eran también agentes del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) dependiente del ejecutivo. Es decir, matar a Colosio fue un plan concertado arriba. 

Destapar esa caja de pandora en plena guerra sucia electoral, pudiese tener como objetivo detener la intromisión de Salinas en este proceso de sucesión que se encamina hacia la descomposición. Presenciamos una batalla entre salinistas (PRI, PAN, PRD) y ex salinistas (MORENA, VERDE, PT). A los dos grupos conviene un río revuelto para posicionarse en la mente de los electores y ganar la mayoría parlamentaria el 2 de junio.

Genaro García Luna

Este sujeto, procesado por narcotráfico en los Estados Unidos, tiene en Salinas a un padrino político. Desde 1989 lo ingresa al CISEN a la edad de 21 años como responsable del área de contrainteligencia (espía). En 1998 es incorporado a la Policía Federal Preventiva (PFP) y al siguiente año asume el mando de esa institución, siendo presidente Zedillo. Vicente Fox lo nombra primero Director de Planificación y Operación de la Policía Judicial Federal (PJF) y después titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Al ascender Calderón (2006), GGL es nombrado Secretario de Seguridad Pública (SSP). Antes del sexenio de Peña Nieto, la revista Proceso da a conocer que García Luna frecuentaba a Salinas. En esas cloacas institucionales Salinas lo sostuvo durante 3 sexenios saqueando información confidencial, espiando a todos y borrando las huellas de los poderosos padrinos. 

Ahora sabemos que Salinas lo envió a rescatar al segundo tirador en Lomas Taurinas. Cabe agregar que las organizaciones del narcotráfico ya estaban dentro de las estructuras del Estado. El mismo padre del presidente, Raúl Salinas Lozano, tenía nexos con Juan Nepomuceno, líder del cártel del golfo. Tal relación fue investigada por el general Jesús Gutiérrez Rebollo y probó que la familia de Salinas y de Ernesto Zedillo estaba involucradas en el narcotráfico. Descubrió que Amado Carrillo había financiado la campaña de Zedillo. Al general lo encarcelaron pero Amado Carrillo también. Manlio Fabio Beltrones sugirió soborno al General para liberar al capo mencionado quien murió libre en 1997. Los médicos que le practicaron la cirugía fueron asesinados por lo que se sospecha que todo fue una operación criminal. De esos tiempos proviene ese narco Estado consolidado por Calderón, donde cada tlatoani pone al siguiente para cubrirse la espalda.

El narco Estado

Transcurría 1985 cuando agentes de la DEA secuestran, torturan y ejecutan a su compañero Enrique Camarena Salazar quien estaba a punto de revelar en EUA los nexos de políticos mexicanos de alto nivel con los narcos y la CIA en México. Existe la versión de que Manuel Bartlett participó en una reunión donde se planeó callar a Camarena. Seguramente este asesinato sirvió a EUA para imponerle a Miguel de la Madrid su sucesor, Carlos Salinas. Manuel Bartlett, considerado también un agente de la CIA, operó el fraude electoral de 1988 para cumplir ese acuerdo. Anabel Hernández en el libro “Los Señores del Narco” (2010) informa que en aquel entonces se pagaban 60 dólares por cada kilo de droga: 20 para el jefe de la zona militar, 20 a la  Policía Judicial Federal y 20 para DFS que dependía de Manuel Bartlett. Otra maleta especial se enviaba a los pinos.  Lo anterior había sido informado en 1995  por Pablo Tostado Félix, (lugarteniente de Jesús Esparragoza, el “Azul"), cuando fue interrogado por abogados de la arquidiócesis de Guadalajara por el caso Posadas. Tostado confiesa al obispo Sandoval Iñiguez que gobierno y narco trabajan juntos y que el Chapo Guzmán era intermediario de Raúl Salinas de Gortari, hermano de Carlos, a quien todos pagaban piso. Le dice que temía ser ejecutado ya que en 2004 agentes de la AFI, a cargo de Genaro García Luna, habían intentado desaparecerlo. Tostado Félix terminó colgado en su celda en 2009.

Ernesto Zedillo (1994-2000)

Otro afectado por la jugada de AMLO es el beneficiario directo del asesinato de Colosio. Pues este traidor de los Acuerdos de San Andrés también encubrió a Salinas. La siguiente historia confirma lo anterior: Jorge Amaral, testigo del segundo disparo realizado por Jorge Antonio Sánchez Ortega le pidió a Zedillo reabriera el caso con base a su testimonio y otras pruebas que le aportó. Zedillo le prometió hacer justicia “caiga quien caiga”. Por supuesto no lo hizo. Al contrario, ordenó torturaran y ofrecieran 4 millones de pesos al testigo para que cambiara su versión. Amaral acudió a AMLO en 2020, con la misma petición, tampoco tuvo eco. Es importante resaltar que López Obrador cenó dos días antes con LDC. Durante la entrega de la banda presidencial a Ernesto Zedillo fue unánime el coro de los presentes gritándole a Salinas ¡Él fue! ¡él fue! ¡él fue! Al preguntarle a Salinas si había existido un complot expresó: “en todo caso a quien había que preguntarle es a Ernesto Zedillo. Aludiendo que Zedillo, siendo el coordinador de la campaña de Colosio, no le acompañó el día del atentado. No fue el único, el secretario particular de Colosio, Alfonso Durazo, tampoco asistió al evento fatídico. Hoy es gobernador de Sonora. Estado donde gobernaba Manlio Fabio Beltrones en 1994.  

Manlio Fabio Beltrones (MFB)

Precisamente este activo mafioso fue quien interrogó a MA en la playa de Tijuana, sin tener la facultad legal para ello. Salinas lo confirmó en 1996: “Me comuniqué con el gobernador de Sonora para pedirle que, siendo el más cercano al lugar de los hechos, se trasladara a la ciudad de Tijuana, cosa que así hizo”. Él y su hermano Alcides Beltrones, director del aeropuerto de Tijuana, hablaron 30 minutos a solas con Aburto pidiéndole se declarara culpable; de lo contrario  matarían a su familia. Ese era el trato con Salinas, le dijeron. A ambos, los gringos los ligaron con el narcotráfico en 1997. Hoy Beltrones, con denuncias por desvío de fondos y fraudes multimillonarios busca inmunidad postulándose por el PRI a Senador. Salinas también le había prometido la presidencia para 2012. Al ser seleccionado Peña Nieto, Beltrones dijo disciplinado: “Uno tiene que decidir entre aspirar a ser una figura importante o un hombre útil. No podemos permitirnos la división”. Este bandido de cuello blanco es un operador nato de la vieja guardia; disciplinado, silencioso, sin escrúpulos; pero, sobre todo eficaz encubridor de los crímenes políticos neoliberales. Se inició en la política junto a Fernando Gutiérrez Barrios en la subsecretaria de gobernación en 1975. Forma parte del selecto grupo integrado por exgobernadores, expresidentes del partido y del país que viven en completa IMPUNIDAD. Este dinosaurio presidió la Cámara de diputados durante el desafuero de AMLO y en 2006 coló por la puerta trasera del congreso a Calderón. MFB es la clásica sanguijuela priista chupadora del erario y tejedora de alianzas por encargo. Se destaca por cumplir al pie de la letra lo que le ordenan. Por esa razón debe saber mucho sobre los asesinatos ocurridos desde que su primer jefe, el capitán Fernando Gutiérrez Barrios (FGB), presunto agente de la CIA, estructuró la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Debe saber también, por ejemplo, quién ordenó ejecutar en 1984 al periodista Manuel Buendía  en cuyo libro “La CÍA en México” desnuda nexos de políticos con el narcotráfico. Su asesino material, Rafael Moro, era agente de la DFS y el chivo expiatorio directo fue su director, Antonio Zorrilla, el cual obedecía al secretario de gobernación, Manuel Bartlett, porque le había prometido la gubernatura de Hidalgo cuando aquel fuera presidente. Los dos fueron sacrificados por Miguel de la Madrid: Bartlett no fue el elegido y Zorrilla perdió la candidatura y la libertad (1989).

Esta historia continuará el próximo 12 de febrero. “Salinas y sus sicarios”.


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