miércoles, febrero 13, 2013

Somos lo que comemos: la estrategia que falta

De Zócalo Saltillo
Ricardo Rocha

Lo que no se ha entendido en México es que el hambre, la desnutrición y la obesidad no son sólo consecuencias sino, fundamentalmente, causas del bajo crecimiento económico de apenas 2% en los gobiernos recientes.


En otras palabras, este país tiene menos posibilidades de futuro si no corregimos nuestros gigantescos problemas de nutrición en el corto plazo. Así que cuidar la alimentación y la salud mediante una alimentación suficiente e integral es indispensable para preservar no sólo la integridad física sino la vida de las personas –sobre todo niños– conservando el bono demográfico. Los expertos estiman un plan a largo plazo, al menos hasta el 2030. Ellos mismos han analizado los cinco sexenios recientes –tres priistas y dos panistas– y el resultado es aterrador: los programas implementados por voluntades políticas de corto plazo en materia alimentaria no sólo han fracasado en alcanzar sus metas sino que incluso han costado vidas y el deterioro de las condiciones vitales sobre todo entre la población más vulnerable, es decir, las niñas y los niños. Por eso aconsejan una planeación con metas específicas fijadas para el 2018, 2024 y 2030. Algo que implicaría necesariamente un gran acuerdo nacional.

De lo que se trata es de instrumentar una gran estrategia alimentaria y nutricional 2013-2030 sin precedentes en la historia del país, que reconozca que en una nación subalimentada todo lo demás carece de sentido. Para empezar, admitir que el modelo económico actual está en crisis; sumido en un largo periodo de estancamiento y con un crecimiento insuficiente que año con año genera un déficit de pobreza y resentimiento. Se requiere pues de un gran pacto social que acepte que para crecer a la tasa indispensable de 5% o a las deseables de 6 ó 7%, se requiere invertir en infraestructura, en ciencia y tecnología, en seguridad, en medio ambiente y en energía. Y es aquí donde radica la clave de toda esta argumentación: no se trata de regalar alimentos, sino de echar a andar una gran maquinaria generadora y procesadora que además sea muy productiva y se convierta incluso en uno de los grandes motores de nuestra economía. Para lo cual se requiere un cambio de 180 grados en la actitud gubernamental ante esta problemática: se necesita una visión de Estado para una estrategia alimentaria y nutricional; en cambio, la Cruzada Nacional contra el Hambre es apenas un acto de gobierno.

no se trata en absoluto de minusvaluar un esfuerzo como el implementado por el actual régimen. Por el contrario, hay que ponderar la sensibilidad y el valor para percibir una realidad de 20 millones de hambrientos, que sus antecesores se negaron a admitir.

La intención de estas líneas es compartir las inquietudes que por años hemos venido recogiendo en programas y reportajes muy diversos como México Gordo, México Hambriento y muchos otros, expresadas por nutriólogos, sociólogos y economistas que ven en la producción de alimentos el instrumento para preservar soberanía en un mundo global al igual que países autosuficientes como EU, China o Rusia.         

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