De Excelsior en Linea
Aplicando el calderonista “haiga sido como haiga sido”, será diputado federal por el MC.
Martín Moreno
15/05/2015 00:07
Malas noticias para Los Pinos... y para Mancera.
Twitter: @_martinmoreno
Marcelo Ebrard —sí, aplicando el calderonista “haiga sido como haiga sido”—, será diputado federal por el Movimiento Ciudadano (MC).
Era lo que no querían: a un Marcelo con presencia
política, con fuerza legislativa y con fuero. ¿El TEPJF puede revertir
la decisión del INE respecto a la diputación suplente de Ebrard?
Tal vez. Sin embargo, el costo político sería altísimo, el ambiente
preelectoral —a unos días del 7 de junio— se enturbiaría aún más, y ya
no habría duda de una persecución política en contra de Marcelo, cuyo caso ya está en la CIDH.
Marcelo les dio la vuelta. Así de sencillo.
Hoy por hoy, nadie duda de que, como suplente de su subalterno, René Cervera, Ebrard ocuparía una curul en San Lázaro, tras la licencia, por cualquier motivo, de Cervera. Jugada de ajedrez.
¿Por qué es importante este nuevo giro?
1) Por 2018. Peña Nieto y Mancera —en evidente alianza política—, lo menos que quieren es a Ebrard en el panorama de la próxima elección presidencial. Ni como potencial candidato de la izquierda ni como operador político de López Obrador o de cualquier otro. Saben que Marcelo
conoce a la perfección los resortes político-electorales que mueven al
DF, y por ningún motivo quieren darle vida. Por lo pronto, y ante la
decisión del INE, en Constituyentes y en el Zócalo tienen que tragar
sapos.
2) Por la Reforma Política del DF. Atorada en la Cámara de Diputados
en un ejercicio de congruencia, ya que la reforma peñista-mancerista
aprobada en el Senado es un bodrio político-burocrático que solamente
beneficia al establishment gubernamental-partidista, sin beneficios directos para los ciudadanos, con la llegada de Marcelo Ebrard
a San Lázaro, la reforma sería, seguramente, modificada o sepultada,
pero no vería la luz tal y como la autorizaron los senadores. Ebrard, por naturaleza política, sería el encargado de diseccionarla y revertirla, desfigurando, de paso, la alianza Los Pinos-GDF.
3) Por el factor AMLO. Mientras la relación entre Mancera y Ebrard está en punto muerto y bajo abierto enfrentamiento, Marcelo, de manera discreta, sigue manteniendo la amistad y el apoyo de AMLO. ¿Por qué pesa este vínculo? Por el temor que se le tiene a López Obrador rumbo a 2018. Tan es así que el PRD y el PRI se han aliado para intentar evitar, a toda costa, que AMLO
y Morena triunfen en las elecciones del domingo 7 de junio, se
reposicionen en el DF, y que sea su plataforma para lanzar, por tercera
vez en su vida, a AMLO como candidato presidencial. Un Ebrard
fortalecido sería de mucha ayuda para el tabasqueño. Por eso no
quieren, entre otros puntos, dejarlo llegar a la Cámara de Diputados.
La decisión del INE sacudió el tablero de ajedrez político en el DF y, en cierta medida, rumbo a 2018.
Cierto: aunque el TEPJF puede volver a intervenir, habría dos puntos claves a seguir:
Primero, el jurídico: según los especialistas, la designación de Ebrard
como diputado suplente no está sujeta a las reglas de precampaña que
son las que, según el tribunal electoral federal, habría violado Marcelo. Son dos rieles diferentes. No se cruzan.
Segundo, el político: si el TEPJF insiste en bloquear a Marcelo,
los costos serían tan altos que podrían provocar dos efectos:
desestabilización política ante un claro despojo de los derechos
políticos-ciudadanos de un mexicano, en una abierta decisión de Estado, y
la intervención, en ámbitos internacionales, de la CIDH, terrenos
pantanosos para el gobierno federal.
Todo indica que Marcelo Ebrard será diputado federal.
Y lo dicho: en política, no hay derrotas definitivas.
Twitter: @_martinmoreno
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