De Reporte Indigo
Imelda García
El debate por el reparto de la Cartilla Moral a manos de la Iglesia evangélica va más allá de la posible violación del Estado laico por ese solo acto.
Expertos difieren sobre lo que significa que este y otros grupos
religiosos hayan ganado terreno desde que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tomó protesta como presidente de México.
Aunque el primer mandatario se refiere a Benito Juárez como ejemplo personal y eje de su Administración, el discurso y los hechos del jefe del Ejecutivo demuestran algo distinto.
El presidente Juárez proclamó, en el siglo XIX, la separación de la Iglesia católica
y el Estado, tomando las riendas de los asuntos que entonces eran
atendidos por la institución religiosa, despojándola de sus bienes,
impidiéndoles el acceso al poder político y a participar en tareas del
Estado. México se convirtió entonces en un Estado laico.
Contrario al ideario juarista, el presidente López Obrador ha abierto cada vez más las puertas a la participación de las iglesias en ciertas tareas y actividades bajo el argumento de que son coadyuvantes en la reconstrucción del tejido social
La cercanía del presidente con líderes cristianos evangélicos
ha representado una oportunidad para que otras denominaciones,
distintas de la Iglesia católica, ganen terreno en la arena pública.
La discusión se profundizó después de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) otorgó a la asociación civil La Visión de Dios una concesión para transmitir radio y televisión a nivel nacional.
En ese contexto se inscribe el lanzamiento de la Cartilla Moral, un
documento con principios de moral pública y personal cuyo objetivo
fundamental es, según lo dijo el propio presidente, fortalecer los valores de los mexicanos.
Los cuestionamientos aumentaron después de que se diera a conocer que
la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) y sus 7 mil congregaciones serían las encargadas de repartir la Cartilla Moral y lo harán casa por casa y templo por templo.
Incluso, la Iglesia católica, que aglutina la mayor cantidad de
fieles en el país, se negó a participar en esta actividad y recordó al
presidente López Obrador que México es un Estado laico.
Todo indica que aunque en las formas puede ser cuestionada la participación de grupos religiosos en tareas públicas, legalmente no hay nada escrito que se los impida; incluso, se les va abriendo camino.
En mayo, la Secretaría de Gobernación modificó su reglamento interno
para crear una Subsecretaría de Desarrollo Democrático, Participación
Social y Asuntos Religiosos, en la que habrá una Unidad de Asuntos
Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social, lo que abre
las puertas a la participación de las iglesias en asuntos de Estado.
La mesa está puesta para el debate. Por un lado están quienes
justifican el regreso de elementos religiosos a la vida pública del
país; por otro, hay quienes ven en esto el peligro de un retroceso para
las libertades personales.
Te puede interesar: Iglesias evangélicas iniciarán entrega de la Cartilla Moral de AMLO la próxima semana
La fe, un recurso político
Una de las metas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha estado clara desde el principio: buscar no solo el bienestar material del cuerpo, también el del alma.
Esta máxima ha servido para que el mandatario vaya abriendo puertas
que durante años estuvieron cerradas para las iglesias y todo lo que
éstas representan.
El presidente López Obrador ha procurado estar cerca de los grupos
religiosos durante toda su vida política, rasgo que se acentuó durante
los 12 años que buscó la Presidencia de la República.
Los simbolísmos religiosos en la actual administración van desde el nombre del partido “Morena”, que evoca a la Virgen de Guadalupe
Simbólicamente, el jefe del Ejecutivo ha echado mano de varios elementos que evocan a la religión católica, la que cuenta con el mayor número de fieles en el país.
Estos símbolos van desde el nombre de su partido, “Morena”,
derivado del Movimiento de Regeneración Nacional y que evoca a la
Virgen de Guadalupe; hasta el lanzamiento de su campaña como
precandidato a la presidencia de la República el 12 de diciembre del
2017, día en que se celebra a la Virgen del Tepeyac.
Lo mismo recibió la bendición de un grupo de jóvenes evangélicos en
Torreón, Coahuila, en febrero del 2017; y en marzo del 2018, previo a la
campaña presidencial, se definió a sí mismo como cristiano “en la extensión amplia de lo que significa el cristianismo”.
Vino después la alianza electoral con el Partido Encuentro Social (PES), claramente identifcado con grupos cristianos pentecostales.
Ya en la campaña electoral también sostuvo encuentros con la cúpula del catolicismo mexicano.
El acercamiento con los grupos religiosos y el uso de referencias a
la divinidad o a la moral cristiana se hicieron más patentes una vez que
ganó los comicios del 1 de julio del 2018.
Incluso diversas denominaciones religiosas participaron también en la redacción del Plan Nacional de Desarrollo (PND), tarea en la que el Ejecutivo delinea la visión y estrategias del gobierno que comienza.
El uso de frases y reflexiones relacionadas a la moral cristiana son recurrentes, por lo que ha convertido a la fe en un recurso político que utiliza con frecuencia.
En este nuevo gobierno debe imperar, debe reinar, la verdad, que es revolucionaria, que es cristiana. La mentira es reaccionaria, es del demonio, dijo el 3 de diciembre del 2018 al referirse a la creación de la Comisión de la Verdad del caso Ayotzinapa
La Biblia “es un libro de valores en donde están preceptos básicos
morales. Ahí se dice que no se debe de maltratar al forastero, que se
tiene que dar apoyo y solidaridad al migrante”, lanzó el presidente
López Obrador el 14 de junio pasado en un evento en Chiapas.
Dentro de su idea de recuperar los valores y reconstruir el tejido social, López Obrador convocó a cuatro personas de su confianza para redactar la Cartilla Moral.
En su primera edición de 10 mil ejemplares que fue puesta a
disposición del público, en la portada aparecían las figuras de Sor
Juana Inés de la Cruz, Leona Vicario, Benito Juárez y Francisco I.
Madero.
Aunque fue cuestionada por contener principios de comportamiento
para todas las personas, el debate se transformó en uno donde se
cuestionó el Estado laico cuando la Confraternice se reunió con el
presidente en Palacio Nacional y ahí se acordó que participarían en el
reparto del documento en todo el país.
El uso de frases y reflexiones relacionadas a la moral cristiana por parte del Presidente López Obrador son recurrentes, por lo que ha convertido a la fe en una herramienta para ganar adeptos
“No hay ninguna violación al Estado laico. Es muy
importante definir qué es el Estado laico. En esencia es que no haya una
religión oficial o predilecta, que el Estado no tenga preferencias por
ninguna religión y que se respete la libertad a creer o a no creer.
“Si en las iglesias se ayuda a fortalecer valores, lo celebro; si en
las logias se fortalecen valores, lo celebro; si en la asociación civil
de ateos se fortalecen valores, lo celebro; si en la asociación civil de
agnósticos se fortalecen valores, lo celebro. ¡Que vivan los valores!
¡Que viva lo espiritual! Que no reine y predomine lo material. No solo
del pan vive el hombre”, dijo AMLO en la conferencia matutina del 27 de
junio.
Te puede interesar: Cartilla Moral es como esperar que con enseñar receta sane un enfermo: Iglesia Católica
Abriendo camino
Antes de cumplir los 100 días como presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador ya se había reunido con representantes evangélicos
agrupados en la Confraternice.
A diferencia de otros sexenios, en la actual administración se ha dado una mayor oportunidad a grupos religiosos de participar en la vida pública del país, lo que ha representado una coyuntura para que otras denominaciones, distintas de la Iglesia católica, ganen terreno en la arena pública
Arturo Farela, su líder, pidió al mandatario que se
abriera la posibilidad para que se les pudieran otorgar frecuencias para
realizar labores de evangelización que llegaran a miles de personas.
“En México es más fácil que existan canales pornográficos a que
existan canales donde se transmitan principios y valores de amor a la
familia, amor a la patria, amor a las instituciones, yo creo que ya es
tiempo que se dé libertad a todas las confesiones religiosas”, expuso
Farela al salir de su segundo encuentro con el presidente en marzo
pasado.
El 22 de mayo, la asociación civil La Visión de Dios, relacionada con la iglesia Visión Cristiana
—con presencia a nivel internacional— recibió del Instituto Federal de
Telecomunicaciones una concesión para poder transmitir servicios de
radio y televisión
Los líderes evangélicos se comprometieron a coadyuvar con el gobierno de López Obrador en programas contra las adicciones y para el fortalecimiento de los valores.
En esa estrategia entra la entrega de la Cartilla Moral a los
ciudadanos, tarea que la Confraternice llevará a cabo y que otras
denominaciones han criticado.
La Iglesia católica rechazó participar en el reparto del documento de la Cartilla Moral y llamó al Ejecutivo a recordar que México tiene un Estado laico que debe respetarse
Mario Ángel Flores, rector de la Universidad Pontificia de México,
sostuvo en una entrevista publicada por la revista Contraréplica que una
cosa es que las iglesias participen en actividades para la paz y, otra
cosa, es que sean parte de la estrategia gubernamental.
“(Es) un paso riesgoso en el marco constitucional del Estado laico.
Esta ya es una alteración. No quiero hablar de violación a las leyes,
pero sí de una alteración a los márgenes de actuación, de colaboración,
en un Estado que no puede inmiscuirse en las actividades de las
Iglesias, ni ellas ser parte de las actividades de éste”, comentó
Flores.
Otros grupos evangélicos no afiliados a la Confraternice también rechazaron participar en esta actividad
Opiniones encontradas por el Estado Laico y la Cartilla Moral
Para Elio Masferrer Kan, antropólogo de las religiones y académico de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH),
es un acto de cinismo criticar no solo la participación de parte de la
comunidad evangélica en actividades que apoyen la tarea del Gobierno
federal, sino la concesión de radio y televisión que le fue otorgada a
una agrupación por el IFT.
En el primer punto, el historiador señala que no hay un solo
enunciado en la Constitución ni en ley o reglamento alguno, en el que se
prohíba expresamente a las iglesias acompañar al Gobierno federal en
tareas propias de su actividad.
Masferrer califica como un absurdo decir que es el presidente Andrés Manuel López Obrador quien está cancelando el Estado laico
y eliminando el legado de Benito Juárez, pues el regreso de la Iglesia
—especialmente la católica— comenzó a darse con la reforma de 1992,
impulsada por el expresidente Carlos Salinas de Gortari, cuando se abrió
nuevamente el diálogo con la Iglesia.
A esto se sumó otra reforma impulsada por el PRI en
el 2011 para modificar la Ley de Asociaciones Religiosas y abrir más el
terreno de participación de las iglesias, particularmente la católica.
Masferrer considera que la diferencia de las reformas pasadas y lo
que sucede en el gobierno de López Obrador es que ahora no es la Iglesia
católica quien tiene la preferencia.
Hay quienes consideran que es una barbaridad darle una concesión a esta asociación civil para transmitir radio y televisión. ¿Y entonces por qué no plantean quitarle la concesión a ‘María Visión’, que está desde 1994; a Radio Ibero, a Radio Anáhuac y a Radio Huayacocotla, en Veracruz?
- Elio Masferrer Kan
Antropólogo de las religiones y académico de la ENAH
Por su parte, Roberto Blancarte, especialista en el estudio de las
religiones y académico de El Colegio de México, opina que el
involucramiento de las iglesias en la vida del Estado es una ruptura con
la concepción de la laicidad y un retroceso de un siglo y medio para el
país.
“Es un retroceso que se hace de manera impune, porque ni siquiera se
intentó cambiar la Constitución, ni se modificaron las leyes, sino que
solamente se cambió el reglamento de la Secretaría de Gobernación y ya
se sienten habilitados para hacer un giro de 180 grados en materia de laicidad del Estado y de separación del Estado y las iglesias”.
El especialista considera que la división de la Iglesia y el Estado
en que se basa la laicidad del país está implícita en la Carta Magna y
en todas las leyes que de ella emanan, por lo que es un falso debate
decir que si no está textualmente prohibida la participación de las
iglesias en tareas del gobierno, éstas pueden hacerlas.
“La participación de las iglesias afiliadas en la Confraternice para repartir la Cartilla Moral es abrir la puerta a la evangelización de las comunidades con el pretexto de llevar un mensaje del Estado mexicano”.
Además, el experto indica que esta acción del presidente tendrá
consecuencias negativas, como la disminución de derechos que se ganaron a
lo largo de varias décadas —como el matrimonio igualitario, la
interrupción legal del embarazo o el acceso a una muerte digna—.
Dos expertos en religión hablan sobre lo que implican las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador en materia religiosa para el país. Uno defiende las posturas del jefe del Ejecutivo, mientras el otro acusa que se está violando la laicidad del Estado
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