De El Universal
Foto: Archivo/Universal
María del Rosario Piedra Ibarra, activista e hija de la recién galardonada con la medalla Belisario Domínguez, que otorga el Senado de la República, Rosario Ibarra de Piedra, asegura que su postulación para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) es porque ha llegado la hora de que la justicia llegue a todas las víctimas del Estado mexicano.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Piedra Ibarra afirma
que la Comisión necesita una reestructuración de fondo, que le permita
tener un marco jurídico para hacer más de lo que actualmente puede;
incluso, un cambio de nombre por ‘Defensoría del pueblo’.
Su labor desde la lucha por los derechos humanos de personas con
alguna discapacidad, dice, la pone en una ventaja cierta; y rechaza que
su cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador no la convierte en una ‘candidata a modo’.
Piedra Ibarra es una de las pocas candidatas mujeres a presidir la CNDH y
afirma que para México es necesario y es tiempo de que una mujer retome
las riendas de un organismo como ese, pues representan un sector social
de los que más derechos violentados han tenido siempre.
-¿Por qué desea presidir la CNDH?
El principal motivo es que la justicia llegue para todas las víctimas
que, de una u otra forma, han tenido vulnerados sus derechos, porque la
Comisión, desde su creación hasta la fecha, ha sido solamente una
instancia de simulación y no ha sido autónoma, no ha sido una instancia
eficaz, una instancia que realmente vaya de mano de las víctimas.
-¿Cuál es su principal propuesta?
Que sea una institución autónoma del gobierno, que
tenga esa independencia que la haga un organismo eficaz y que realmente
se haga un diagnóstico de cómo está el país, porque es una cosa
alarmante. Otra sería una reestructuración, la CNDH
cuenta con un consejo consultivo que no ha estado activo, se temerá que
revisar si realmente las visitadurías, cumplen con los objetivos
esperados.
-¿Una reestructuración de fondo o de forma?
De fondo, ese es el objetivo, sino, ¿para qué querría estar ahí, si
es para estar de florero? De qué me serviría estar ahí si no voy a
ejercer una reestructuración. Aunque también creo que también se tiene
que hacer un análisis crítico, serio, de qué es lo que se tiene que
modificar en esta comisión, para que realmente funcione.
-Pero, ¿ya tiene alguna idea de qué cosas se podrían reestructurar?
Se tiene que hacer el análisis, para hacerlo con seriedad, no por
ocurrencia, pero primeramente, que pueda tener la capacidad de, en un
determinado momento, si se tiene que enfrentar a un ministerio público, a
una fiscalía, se tendría que tener el respaldo jurídico para seguir
profundizando, eso es lo principal.
Se tiene que trabajar transversalmente, o sea que esta Comisión tenga
esa visión de enfoque de género, de inclusión, de todos, para escuchar a
todo aquel que sienta que sus derechos son vulnerados y eso es lo mas
importante, la receptividad.
Y creo que esta Comisión debería de llamarse de otra forma, ojalá que
fuera una Defensoría del pueblo, para que estén incluidos todos, porque
la gente que ha vivido carente de educación, en pobreza extrema o que a
veces no sabe ni leer ni escribir, sí se asume como parte del pueblo.
Debe saberse que es para todos.
-Por su cercanía con el presidente, ¿usted podría ser una candidata a modo?
Pueden decir lo que gusten, pero lo que vale es la realidad. Acabamos
de tener una prueba, no se podía aceptar la medalla Belisario Domínguez
solo así, mientras no hubiera la justicia, pero también, mi madre,
tenía que hacerlo de una manera respetuosa.
Tenemos, hasta ahora, confianza en el presidente, pero la respuesta
que él ha dado nos indica que también necesita de una instancia
independiente, no una instancia comparsa, si realmente quiere llevar a
cabo la transformación del país. Va a necesitar esa instancia que no sea
sumisa, que no se doblegue y que no quiera quedar bien con el poder.
-Solamente una mujer ha presidido la CNDH, desde su creación, ¿cree que es tiempo que una mujer regrese a la presidencia?
En general, es tiempo de que las mujeres retomen el papel en el que
históricamente hemos sido rezagadas y olvidadas. Hemos sido violentadas
históricamente en todos nuestros derechos y bueno, no es algo que lo
esté inventando, no teníamos derecho a la educación, no teníamos derecho
a votar, tuvimos que luchar por eso.
-Ser cercana a la gente, y no una jurista, ¿la pone en ventaja o en desventaja?
Para mí es una ventaja. Soy una activista mas no una ignorante del
derecho. Me siento con la seguridad de poder decir cuándo se violenta un
derecho, porque lo he vivido, y porque, a veces, se puede tener toda la
teoría y recitarla, repetirla, pero a la hora de aterrizar esa teoría
se cometen errores garrafales.
Tengo la escuela de la experiencia, los casos de desaparición forzada
son como un curso incentivo de que en México nunca ha existido el
Estado de derecho, y qué pena, porque tenemos una de las mejores
constituciones, pero está en letra muerta, y eso es lo que tenemos que
ir cambiando, y lograr la participación de la ciudadana.
cev
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