martes, marzo 10, 2020

Guerra petrolera entre la OPEP y Rusia afecta precios

De  Reporte Indigo

Nayeli Meza Orozco

El petróleo desencadenó una nueva guerra que pone en riesgo a todo el mundo. Los protagonistas en el campo de batalla son Rusia y Arabia Saudita, quienes rompieron con sus acuerdos y hoy se disputan una mayor participación en el mercado energético.
Todo comenzó cuando el pacto de tres años entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia terminó de manera sorpresiva la semana pasada luego de que Moscú rechaza una nueva reducción colectiva de 1.5 millones de barriles al día con el objetivo de hacer frente a la crisis de salud global por el Covid-19.
 
En respuesta, la OPEP eliminó todos los límites a su propia producción con lo que abrió la puerta a que los productores aumenten sus volúmenes de forma drástica.
Ante un posible escalamiento en la disputa, la Agencia Internacional de la Energía redujo el nivel de la demanda mundial de petróleo para este año, algo que no sucedía desde la crisis de 2009
Tras el rompimiento en las negociaciones, Arabia Saudita aprovechó que el acuerdo entre Moscú y la organización expira a finales de este mes y anunció que aumentará el bombeo de sus barriles, además de que recortará entre 4 y 6 dólares el precio de sus entregas en abril con destino a Asia, mientras que las exportaciones hacia Estados Unidos bajarán hasta 7 dólares, de acuerdo con datos citados por Arab News.
En sintonía, la petrolera nacional Saudi Aramco anunció una reducción en el barril de Arabian Light a un precio histórico de 10.25 dólares.
Diversos analistas consideran esta táctica como una declaración de guerra, debido a que el país árabe es el exportador número uno del mundo y al aplicar la reducción de precios se convertirá en el mayor ganador.
Este golpe deteriora la delicada salud del mundo, que en este momento atraviesa por un resfriado en al menos 95 países a causa del coronavirus.
La nueva guerra inducida por los sauditas provocó que los precios del crudo se desplomaran cerca de un 30 por ciento, su caída más fuerte desde la Guerra del Golfo en 1991
Para Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC, las medidas que tomó Arabia Saudita tienen la intención de castigar a Rusia, sin embargo, esta guerra de petroprecios pondrá en jaque a todo el mundo y solo unos cuantos saldrán beneficiados.
“Este es un momento histórico, nunca había ocurrido algo similar porque Arabia Saudita siempre había privilegiado la estabilidad de los precios del crudo, pero con todo lo que está pasando al interior del país sus decisiones tienen otros tintes y el gobierno árabe pasó de ser protector a proactivo, pero menos asertivo”, explica el experto.

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Cambio de estrategia

Los desencuentros entre los integrantes de la OPEP provocaron que el precio del petróleo se desplomara el lunes. El Brent cerró con una caída por encima del 20 por ciento, a 34.39 dólares por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI), perdió hasta 31.6 por ciento con un cierre en 30.24 dólares por barril.
Ante un posible escalamiento en la disputa, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) redujo el nivel de la demanda mundial de petróleo para este año, algo que no sucedía desde la crisis de 2009.
Según el informe de la agencia, la demanda tendría que contraerse en unos 90 mil barriles diarios (bd) en contraste con el año pasado. No obstante, la AIE también publicó dos escenarios: en el pesimista caería 730 mil bd y en el optimista solo 480 mil bd.
Las instituciones financieras también se mostraron nerviosas por la guerra petrolera. Morgan Stanley recortó su perspectiva para el Brent en el segundo trimestre a 35 dólares por barril desde una estimación de 57.50 dólares.
El contragolpe de Arabia Saudita para doblar al oso ruso desestabilizará al mercado global en el corto y mediano plazos, aunque Rusia podrá enfrentar la presión, ya que su nivel de deuda es bajo y cuenta con un tipo de cambio flexible para hacer frente a esta situación al menos durante unos meses.
Victor Ramírez, consultor independiente del sector energético, comenta que los problemas entre los integrantes de la OPEP no son nuevos, pero la disputa más reciente es una amenaza que puede ocasionar grandes daños porque se atravesó en una coyuntura complicada.
Esta guerra de precios llegó en un mal momento para México porque la economía se encuentra en una fase de estancamiento y esto pone en riesgo las inversiones porque ahorita nadie va a querer abrir la cartera
- Gonzalo Monroy
Director general de la consultoría GMEC

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Mercados pagan cara la factura de la guerra petrolera

Los mercados bursátiles vivieron un déjà vu. Desde Asia hasta América, las pizarras de las bolsas de valores se tiñeron de rojo durante la sesión del lunes.
En la Bolsa de Nueva York (NYSE, por sus siglas en inglés) se suspendieron operaciones de las 9:34 am a las 9:49 am con el objetivo de evitar una mayor caída y controlar el pánico de los inversionistas. Este mecanismo no se activaba desde el 1 de diciembre de 2008, en plena crisis financiera.
El impacto económico ocasionado por Covid-19 y la guerra global de precios del petróleo provocó que el Dow Jones cayera 7.79 por ciento, la mayor baja desde el 15 de octubre de 2008.
En tanto que los índices Nasdaq y el S&P 500 experimentaron sus peores descalabros en términos porcentuales desde el 1 de diciembre de 2008, al desplomarse 7.29 y 7.60 por ciento, respectivamente.
México no fue la excepción. La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) sufrió la mayor contracción en 11 años luego de que el IPC retrocedió 6.42 por ciento, mientras que el FTSE de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) perdió 6.49 por ciento
En el caso de Europa, la bolsa de valores de Milán cerró con una caída de 11.17 por ciento, en medio del anuncio del gobierno de Guiseppe Conte que amplió a todo el territorio peninsular la cuarentena por el coronavirus.
Edgar Arenas, gerente de estrategias de inversión de CIBanco, explica que en los últimos 90 días se han experimentado tres eventos que minaron el crecimiento de renta variable, el cual tenía más de una década de expansión, la más larga en la historia.
“El mercado había enfrentado bien todos los golpes, pero al ocurrir en un periodo tan corto y en una fase en la que el ciclo económico se fue agotando, todos los inversionistas quieren obtener ganancias y eso desestabiliza sobre todo porque la incertidumbre es el factor presente”, detalla el analista.
Luego de que las bolsas de valores de todo el mundo experimentaran su peor día desde la crisis financiera de 2008, el presidente Trump y el gobierno mexicano anunciaron una serie de medidas para dar calma a los inversionistas

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Las palancas de emergencia

Horas después de que el mercado estadounidense cerrara, el presidente Donald Trump planteó la idea de recortar o impulsar un “alivio de impuestos” sobre la nómina con el objetivo de compensar el impacto negativo del coronavirus. Los posibles incentivos fiscales se suman a un paquete de gastos de 8 mil 300 millones de dólares que el mandatario firmó el mes pasado.
En el caso de México, la Comisión de Cambios, integrada por funcionarios de Hacienda y Banxico, salieron al rescate al anunciar que incrementaron el tamaño del programa de coberturas cambiarias liquidables en moneda nacional de 20 mil millones de dólares a 30 mil millones.
En febrero de 2017, la comisión pagan cara anunció el programa de coberturas con el propósito de propiciar un funcionamiento más ordenado en el mercado cambiario de nuestro país. Desde entonces, se han realizado subastas por un monto de 5 mil 500 millones de dólares y los vencimientos que se han presentado fueron renovados en su totalidad.
Edgar Arenas se muestra optimista y adelanta que los mercados se pueden recuperar en las siguientes semanas apoyados de datos económicos sólidos, aunque al menos en Estados Unidos, destaca que estas medidas anunciadas son un paliativo para un problema que necesita de una mayor solución.
No es la primera vez que el petróleo desequilibra al mercado, pero en esta ocasión fue como el clavo que cerró al ataúd. Frente a este tipo de eventualidades se deben analizar nuevas alternativas para que el mundo deje de depender de una economía petrolizada
- Edgar Arenas
Gerente de estrategias de inversión de CIBanco

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Momento de tomar acciones ante la guerra y el coronavirus

Aunque en este momento México cuenta con finanzas públicas sanas en contraste con otras décadas, no será suficiente para hacer frente a la actual situación.
Por ello especialistas consultados aseguran que es momento de que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, ponga soluciones sobre la mesa con el objetivo de evitar un mayor impacto y que la Secretaría de Energía a cargo de Rocío Nahle haga una reestructuración de la política energética del país.
Los efectos del Covid-19 y la guerra de los petroprecios pueden ocasionar un detrimento en los recursos públicos de México, aun cuando la actual administración protegió con coberturas petroleras un porcentaje de los ingresos provenientes del crudo.
A inicios de enero pasado, la Secretaría de Hacienda informó que completó el programa de coberturas petroleras para el ejercicio fiscal de este año por un monto de 20 mil millones de pesos, con el que se garantiza un precio promedio de 49 dólares por barril en caso de una caída abrupta en el valor del crudo.
El programa consistió en la adquisición de opciones de venta cotizadas en los mercados financieros internacionales que se financiaron con recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP).
Cifras de Hacienda muestran que, desde que se comenzó esta contratación en 2001, las coberturas petroleras ascienden a mil 200 millones de dólares. Durante el ejercicio fiscal de 2019 su costo fue de 23 mil 489 millones de pesos, con lo que se cubrió un precio de 55 dólares por barril de crudo.
Parte del problema para México es que la mitad de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios se gastaron cuando no había una crisis y el dinero que queda es insuficiente
Sin embargo, el mayor inconveniente es que hasta la fecha el hombre a cargo de las finanzas del país no ha informado cuál es el porcentaje de la plataforma de exportación que se blindó a través de las coberturas para el 2020.
Victor Ramírez destaca que llama la atención que aún se desconozcan los detalles de este programa cuando anteriormente eran datos de dominio público y preocupa que se le esté apostando a proyectos sin viabilidad como la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía.
“El problema de no contar con información clara es que se abre la puerta a las especulaciones, más cuando se trata de un tema que compromete a las finanzas públicas del país. La situación se vuelve más compleja cuando se analiza que el gobierno tiene menos dinero del que pensaba y lo gasta en donde no se necesita”, precisa el consultor independiente del sector energético.
El gobierno de México debe buscar mecanismos para solventar el impacto a las finanzas públicas provocado por esta tormenta energética a pesar de que cuenta con el programa de coberturas petroleras

A medio tanque

El gobierno mexicano cuenta con un salvavidas para sortear contratiempos: el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP). Pero durante el año pasado dispuso de 125 mil millones de pesos con el objetivo de lograr la meta del superávit primario de 1.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a causa de una menor recaudación fiscal. Es decir que en este momento la administración cuenta con medio tanque para solventar el impacto derivado de la guerra de los petroprecios.
A pesar de que el gobierno cuenta con la cobertura, Gonzalo Monroy, director general de la consultoría GMEC, considera que se generará una insuficiencia presupuestal porque el mecanismo debe pagarse hasta octubre o noviembre.
Esta guerra de precios llegó en un mal momento para México porque la economía se encuentra en una fase de estancamiento y esto pone en riesgo las inversiones porque ahorita nadie va a querer abrir la cartera
- Gonzalo Monroy
Director general de la consultoría GMEC
Además el experto en la materia explica que buena parte del problema es que la mitad de los recursos del FEIP se quemaron cuando no había una crisis y el dinero que queda es insuficiente.

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