“Para los poderosos, justicia y gracia; para los jodidos, la ley a secas».
La semana pasada el general Cienfuegos, después de haber sido hecho prisionero en los Estados Unidos bajo lo cargos de narcotráfico y lavado de dinero, retornó a nuestro país como resultado de la gestión diplomática realizada por el gobierno mexicano. A todos sorprendió este hecho sin precedente en la historia de la relaciones México-E.U.A. Tal pareciera que al fin nuestra Nación ganó una partida a los prepotentes y abusivos gobiernos del coloso del norte. Sin embargo, dado que esa inusitada respuesta surge dos meses antes del cambio del presidente de E.U. que califica la contienda electoral como fraudulenta, el regreso del General ha generado muchas especulaciones e interrogantes, a cual más interesante. Algunas recurrentes en la redes son: ¿Qué negociaron Trump y AMLO? ¿De verdad se impuso la soberanía Nacional? ¿Será que Trump paga a AMLO el no reconocimiento inmediato de Biden? ¿Es una decisión para ponerle piedras en el camino a Biden o allanárselo? ¿Por qué Cienfuegos SI y Diego García NO?
Si la razón de fondo fuera realmente la aplicación de la JUSTICIA, ambos TRUM y AMLO pasarían a la HISTORIA como lo primeros jefes de gobierno que hicieran a un lado las encubridoras razones de Estado para hacer valer las Leyes. Cualquiera que haya sido la causa, aparentemente la diplomacia mexicana hizo valer su soberanía ¿Cuál será el costo? Es sabido que los Yanquis no tienen amigos sino intereses y menos renunciarían a lo ganado en la iniciativa Mérida (combatir el narcotráfico y crimen organizado). Es imposible que los E.U.A. hayan renunciado perseguir y castigar a quienes desde el exterior afecten a ciudadanos norteamericanos o sus intereses.
Es probable que el presidente de México, conocida su sagacidad política, haya cedido a presiones de la mafia de poder con el propósito de conservar la gobernabilidad, pero ¿será suficiente para mantenerla a ralla? ¿Habrá negociado con el General su impunidad a cambio de la cabeza de Peña Nieto y la de algunos mandos involucrados en la violación de los derechos humanos (Ayotzinapa, 68, Tlatlaya, Acteal, etcétera)? ¿Combatirá, ahora sí la corrupción existente dentro de las fuerzas armadas?
Es bueno que Cienfuegos y cualquier transgresor la ley sea procesado en los tribunales del país donde nació, y delinquió. El problema es que el sistema de justicia está cooptado por la delincuencia organizada, desorganizada y de cuello blanco. Es una estructura tenebrosa controlada por jueces, agentes y ministros sumamente corruptos que aseguran la IMPUNIDAD de sus verdaderos jefes. El caso Cienfuegos marcará a la 4T en lo referente a la JUSTICIA. Si ésta logra vencer al siamés monstruoso de la CORRUPCIÓN-IMPUNIDAD, AMLO será recordado como un gigante de la congruencia y honestidad. Si su intensión es emular aquella frase que se le atribuye a Benito Juárez que dice“Para los amigos, justicia y gracia. Para los enemigos, la ley a secas”, entonces igualaría el trato que Enrique Peña Nieto dio a Humberto Moreira (2016) quién acusado de los mismos delitos en España resultó acá más inocente que un bebé recién nacido.
En México, en los últimos 40 años, el aparato de Justicia estuvo sometido al poder Ejecutivo y al económico. Aquí como en E.U.A. las leyes son usadas por los ricos a su favor. Eso demostró la organización Mexicanos contra la corrupción y la impunidad al descubrir que el 75% de los mexicanos piensa que aquí se aplican las leyes dando trato preferencial a los poderosos. Todo ciudadano, pobre, sujeto a procesos legales sabe que sí no reparte dinero, le aplicarán rigurosamente la LEY. “Hecha la Ley, hecha la trampa” reza el cínico refrán mexicano muy parecido a la conocida frase norteamericana que dice que las leyes se hicieron para ser violadas. Con dinero puesto en las manos correctas un culpable se vuelve inocente y viceversa. Tanto las fuerzas armadas como el poder judicial han sido fuentes de injusticias. El presidente lo sabe y por esa razón alguna vez aceptó la posibilidad de crear una comisión ciudadana de la verdad. No se le puede acusar de incumplir tal ofrecimiento en tanto no termine su mandato, pero cada acto relativo a soldados y jueces ya perfilan la respuesta.
Indudablemente el General mexicano ha recibido un trato preferencial por razones de ESTADO, sabe mucho de las fechorías de los GRANDES (gobernadores, empresarios, agentes de la DEA, jueces, CIA, etcétera). La mafia del poder, presionando a AMLO, garantiza que el General no pise la cárcel en México porque, como dijera el presidente Franklin Delano Rooselvelt (1933-1945) refiriéndose al dictador nicaragüense Anastacio Somoza: “Sí, es un hijo de puta, pero es su hijo de puta”. Su detención, nada tiene que ver con los derechos humanos violentados por el ejército desde hace más de 40 años. Eso NO importa en absoluto. La historia muestra crudamente la realidad: todos los altos mandos militares corruptos en el mundo capitalista han tenido el apoyo de los Estados Unidos, ¿por qué tendría que ser diferente con nuestro General?
¿Será el juicio al general el Salvador de la credibilidad de la 4T o el arma que con CIENFUEGOS convierta en cenizas las promesas de AMLO sobre la JUSTICIA y la lucha contra la IMPUNIDAD?
* Parafraseo de la sentencia atribuida, sin pruebas, a Benito Juárez: “Para los amigos, justicia y gracia. Para los enemigos, la ley a secas”.
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