Jorge Salazar García. 3/12/23
De no haber triunfado con 10 punto porcentuales de diferencia, no valdría la pena escribir una sola palabra sobre el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, (JM), candidato de “La Libertad Avanza” que obtuvo el 55.6 % de los votos. Otra razón para hacerlo, es que este personaje es un producto exitosamente posicionado, por la mercadotecnia, como salvador de los pobres y de Argentina. Siendo realmente un mercenario ultraderechista que le hace el trabajo sucio a ese 1% de supermillonarios codiciosos que, despojados de cualquier escrúpulo humanitario, joden al mundo. Sin duda, este personaje causará mucho dolor mientras gobierne, profundizará la explotación y la desigualdad favoreciendo a las élites económicas de su país. Habrá repercusión en América Latina, sobre todo en México donde habrá elecciones.
Dada la confrontación de las ideologías vigentes en el mundo, identificadas con los sistemas políticos del capitalismo y el socialismo, la complejidad del fenómeno es enorme. Un artículo no bastaría ni siquiera para describir al próximo presidente de Argentina que dice hablar con el espíritu de su perro. Esto obliga a centrar el análisis en aquellos aspectos que, desde nuestra perspectiva, contribuyan a entender lo ocurrido y a visualizar algunas consecuencias especificas que, sin duda, como una bomba de tiempo nos explotarán en la cara. Hoy Argentina no llorará por sus ciudadanos, estos llorarán por ella*.
Para poder esclarecer el significado de “capitalista libertario” o anarco capitalista adjetivos que el mismo JM se adjudica, será necesario explicar antes, sintéticamente, qué es y propone el CAPITALISMO como sistema, condenado por este personaje. Después se revisarán algunas razones del por qué los trabajadores argentinos votaron por Milei, sus semejanzas con mexicanos derechistas y sus posibles efectos en la próxima sucesión presidencial en México. Naturalmente, será necesario también conocer las tesis socialistas, comunistas y aclarar cómo es posible que dos "ismos" contrarios coincidan en sus extremos.
Los “ismos”
Los “ismos” políticos plantean una manera de organizar el poder, la sociedad, la economía, la propiedad de los medios de producción y la libertad, esencialmente. A excepción de los Anarquismos donde desaparecen los Estados-autoridad, todos conciben al Estado como una estructura necesaria para regular los intereses sociales. En el epígrafe se muestra un esquema sintetizado propio, mostrando gráficamente una dirección temporal hacia la evolución () y otra hacia la regresión (). Los ismos identificados con la DERECHA política conducen a la explotación de muchos por quienes se consideran superiores (patrones). Los de IZQUIERDA, al contrario, pretenden terminar con la explotación, privilegiando lo colectivo (trabajadores). Hasta el momento, están vigentes el capitalismo y el socialismo. El primero derrotó al segundo durante la guerra fría. En subsecuente artículo se expondrán las causas de esta derrota, a usted corresponderá calificar, desde sus particulares condiciones, cuál es mejor.
Capitalismo
El comercio y los intercambios siempre han existido en la Historia, no así el Capitalismo ni el Estado moderno. Antes de estos, el Estado Feudal encabezado por un Rey, gobernaba unido a la nobleza, (Aristocracia), el clero y los señores feudales a los siervos, plebe y esclavos. Los primeros poseían la tierra, el tesoro y los ejércitos. La función de los gobernados era obedecer y producir. Más tarde, los artesanos y comerciantes, organizados en los burgos, conformaron la burguesía, la cual se posesionó de los medios de producción y del capital. Con el fortalecimiento de este poder económico y el desarrollo industrial, quedaron constituidos los capitalistas y proletarios, clases antagónicas. Esto, al inicio, trae mejoras sociales, mayor libertad y mejor reparto de recursos. El Capitalismo sustituye al feudalismo creándose un Estado moderno, parlamentario, donde las dos clases mencionadas quedan representadas por medio de elecciones “democráticas” y división de poderes.
Entre los principales escritores que dieron fundamento teórico al capitalismo, están Adam Smith, David Ricardo y Jackes Turgot, considerados los creadores del Liberalismo Económico que justifica la propiedad privada, la concentración de la riqueza y la libertad individual para producirla.
De la obra de Adam Smith publicada en 1776 “La Riqueza de las Naciones” se transcriben resumidos los 4 postulados de su teoría.
a) El lucro (codicia) es un impulso natural.
b) Es natural que los esfuerzos individuales se conjuguen para lograr el bien social.
c) Para que “a” y “b” ocurran, debe permitirse que el desarrollo económico siga su propio curso conducido por una mano invisible reguladora del mercado a través de la oferta y la demanda.
d) Esto es bueno y perfecto, pues Dios creó un Universo a su imagen y semejanza, por lo tanto no se equivoca.
Esta teoría, fue llevada al terreno de la práctica en los Estados Unidos. Desde su independencia (1776) los líderes de los colonos europeos, respaldados por los banqueros descendientes de los burgueses, adoptaron el capitalismo como su sistema de gobierno. Convencidos de que hacían lo correcto, asumieron que Dios los había elegido por ser una “nación emprendedora y ordenada” para llevar la civilización a los salvajes quienes tenían formas de organización colectivas. Afirmaban (lo siguen haciendo) que esas naciones eran pobres por tener demasiados seres parasitarios que no producen riqueza y que por esa razón se ven obligados a matar a hijos, ancianos, enfermos o dejarlos a que mueran de hambre o devorados por las fieras”. Y eso en la naciones emprendedoras no sucede . ¿Quiénes son improductivos?
Como en el capitalismo también hay seres improductivos, lo justifican argumentando que “La ayuda más inmediata se consigue estimulando el egoísmo”. Que la pobreza se debe a que el estado limita a los codiciosos. De no hacerlo, la riqueza que estos producirían se desparramarías hacia abajo, beneficiando a los pobres. Si usted es admirador de los yanquis y tiene menos de 35 años, seguramente identificará a los productivos con los empresarios, patrones o ricos. En cambio, si tiene un poco de sentido común, rechazará que los abogados, burócratas, maestros, escritores, artistas, militares, sacerdotes, músicos, comerciantes son improductivos pues al pagar impuestos fomentan el trabajo y crean riqueza. El capitalismo es un canto de sirenas para incautos desinformados que exalta lo peor del ser humano, pues no explica por qué desde hace más de 200 años sólo ha traído guerras, explotación, destrucción, miseria, sufrimiento y genocidios. Ah, claro, y una enfermiza concentración de la riqueza en poquísimas manos. Aunque el capitalismo fue revolucionario en sus inicios, ni la libre competencia ni la “mano invisible” © mencionada existieron nunca debido a los monopolios que lo impiden.
Neoliberalismo
Las anteriores 4 verdades del capitalismo, llevadas al extremo, dieron lugar al Neoliberalismo, cuya tesis central consiste en limitar la intervención del Estado a proporcionar seguridad a los negocios, crear leyes para fomentar el mercado y administrar justicia. Y en lugar de conjugar los esfuerzos (b) para lograr el bien común, los neoliberales se unieron para satisfacer su insaciable codicia (a).
Este escalamiento, fríamente calculado y resumido en el “Conceso de Washington” consiste en reformar estructuralmente al Estado para abatir la pobreza e inequidad social ¡que ellos mismos habían generado! Sus recetas se aplicaron en Chile después de un golpe militar, (1973), sangriento encabezado por el general Augusto Pinochet, (1973), asesorado por Henry Kissinger. En México se impuso después del fraude electoral de 1988 operado por Manuel Bartlett (golpe blando). Impusieron a Carlos Salinas de Gortari, quien planeó concluirlas en 2018 y fueron calificadas como irreversibles por el candidato del PRI, Antonio Meade. Privatizaron empresas y bienes públicos, redujeron el gasto social, crearon estímulos para los emprendedores, exaltaron la competencia y el libre cambio; regularon (disminuyeron) los derechos laborales, entregaron educación, salud, ejido, y cooperativas a particulares.
El capitalismo ha sido absolutamente ineficaz para disminuir la explotación del trabajador. Cada capitalista, centrado en su egoísmo, intenta explotar al máximo a los otros, su naturaleza es el despojo y el robo. Es FALSO, por ejemplo, que paguen impuestos. Es más, los roban reclamando devoluciones por gastos que generalmente o no ocurrieron o inflaron con técnicas evasivas de contabilidad. Amparados en leyes creadas a modo se apropian de la riqueza que producen los trabajadores, comerciantes, pequeños empresarios, quienes pagan en impuestos el 30% de su salario además de los de consumo y servicios.
Capitalismo libertario.
Esto es una pavada, una interpretación radical del neoliberalismo conveniente a los sectores privilegiados. Milei lo menciona como una interpretación arbitraria del capitalismo. Eso no existe como teoría política. Sin embargo, a los oídos de los jóvenes argentinos adoctrinados en el consumismo, individualismo, emprendedurismo, cuyo único objetivo vital es ser rico, sin importar nadie ni nada más, suena tentadora las propuestas de Milei. ¿A quién no le suena maravilloso acabar con los políticos rateros parasitarios? Pero esto y los demás pendientes se abordarán en los próximos artículos.
*Parafraseo del título de canción de Andrew Lloyd “No llores por mi Argentina”.
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