Indicador Político
Carlos Ramírez
La participación entusiasta del presidente nacional panista Gustavo
Madero Muñoz como coordinador del Pacto por México tiene que ver con el
rediseño del PAN como partido de oposición conservadora. Y reproduce,
casi puntualmente, la alianza del PAN de Luis H. Álvarez con el gobierno
salinista....
La de Madero es una de las tres opciones del PAN: Regreso a la oposición
leal, aliada a gobiernos reformistas; las otras dos --la doctrinaria y
la pragmática-- quedarán en minoría. Madero decidió pactar con el
gobierno priísta en función de reformas que el PAN como gobierno, a lo
largo de dos sexenio, fue incapaz de diseñar, impulsar y negociar.
Con Madero, el PAN estaría reconociendo explícitamente que su papel no
es el de gobernar directamente la República sino el de operar como
partido-bisagra en la construcción de reformas, aunque en esquemas de
negociación en los que tendrá que ceder posiciones políticas y
doctrinarias para alcanzar indirectamente y diluidas algunas de las
propuestas panistas de gobierno.
Madero se formó políticamente en el grupo político de Francisco Barrio,
uno de los primeros beneficiarios de la negociación del PAN con el
gobierno de Carlos Salinas de Gortari: Ernesto Rufo en 1989, Carlos
Medina Plascencia en 1991 y Barrio en 1992 fueron producto de
concertacesiones panistas con el gobierno de Salinas operadas por el
entonces dirigente nacional panista Luis H. Álvarez para otorgar el aval
del PAN a las polémicas elecciones presidenciales de 1988 a cambio de
reformas y posiciones de poder. Rufo y Barrio fueron producto
directamente de Salinas y Medina llegó al gobierno interino por la
protesta panista
contra el candidato priísta a gobernador Ramón Aguirre Velázquez por su
escandaloso fraude electoral contra Vicente Fox; Medina fue el panista
mejor posicionado localmente, era alcalde de León, para ocupar el
interinato que al final duró seis años.
Barrio había sido víctima política de un fraude electoral en 1986
operado por en aquel entonces dos figuras priístas de primer nivel: el
secretario de Gobernación de la administración delamadridista, Manuel
Bartlett Díaz, y la dirigente seccional del Sindicato nacional de
Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo. La razón política
del fraude radicó en el argumento de que Chihuahua era la sede de la
Revolución Mexicana y no podía caer, dijo Bartlett, “en manos de la
reacción”. El fraude fue impugnado por los más importantes intelectuales
de entonces que exigieron la anulación de las elecciones, pero sin
resultados. El historiador Enrique Krauze, en su historia de los
presidentes, concluyó que se trató de un “fraude patriótico”.
Madero comenzó su carrera política en Chihuahua, en el gobierno de
Barrio, y de ahí se fue posicionando en niveles crecientes de cargos de
elección popular a través del PAN, primero como diputado y luego como
senador, y siempre al amparo del grupo de Barrio. Como senador en el
sexenio panista de Calderón, Madero se estrenó como parte de una jugada
golpista del grupo calderonista en la cámara alta para deponer al
entonces coordinador de la bancada, Santiago Creel Miranda, por su
filiación al grupo panista de Fox.
En los juegos palaciegos de poder, Madero fue electo presidente nacional
del PAN en diciembre de 2010 y le tocó la desastrosa campaña
presidencial de la candidata Josefina Vázquez Mota, quien se quedó
atrapada entre la falta de apoyo del gobierno de Calderón y el abandono
de los panistas que previeron su derrota.
Luego del saldo electoral de julio del 2012, Madero se lanzó a la
reorganización del PAN para mantenerse en el poder, a pesar de la
derrota presidencial. Como presidente del partido, Madero careció de
iniciativa y de movilidad política, aunque después de la derrota ha
buscado adelgazar el PAN a su mínima expresión, sacarlo del espacio de
partido en busca del poder y buscar avances mínimos a través de
negociaciones con el PRI.
El modelo político de Madero se parece al PAN de Luis H. Álvarez, que
avanzó en posiciones de poder no por consolidación electoral sino por
concertacesiones con el gobierno de Salinas de Gortari. La gubernatura
para Barrio en 1992 fue operada por Salinas como una forma de consolidar
al grupo de Álvarez en el PAN, al grado de que Barrio fue considerado
en su momento como “el primer gobernador priísta del PAN”. En 1998,
rehecho el priísmo chihuahuense ro regresando al PAN a la condición de
cofradía política y no partido con necesidad de más bases y militantes
para consolidar el poder. De hecho, se trata de formas de operar
exactamente iguales a las de Alvarez en el salinismo, aunque con el dato
contrario de que el PAN apenas hace un año estaba en la presidencia de
la República.
La ampliación de la militancia en los setenta con la derecha
empresarial, en los ochenta con la subordinación a los Estados Unidos
bajo la presidencia panista de Pablo Emilio Madero, el ala oportunista
de los Fox en los noventa y el fracaso en el ejercicio del poder en el
primer decenio del siglo XXI distorsionó el pensamiento político panista
y Madero extravió el rumbo del partido al asociarlo de nueva cuenta con
el PRI como una decisión de desesperación política para no ser borrado
del mapa nacional.
Por lo pronto, panistas han criticado a Madero por señalar que el
Presidente Peña Nieto “se vistió de gloria” al indiciar a Elba Esther
Gordillo, porque Madero pareció olvidar que él y ella fueron compañeros
diputados y se aliaron para aprobar la iniciativa de IVA en medicina y
alimentos que el PRI finalmente desechó y provocó la caída de la
dirigente del SNTE. Y más porque Madero nunca se atrevió a criticar a
Gordillo en los tiempos de Fox y Calderón.
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